miércoles, 21 de agosto de 2019

LO VERDADERO ES EL TODO, Por Claudio Javier Castelli para Vagos y Vagas Peronistas





A propósito del libro de Jorge Luis Cerletti: “Poder y dominio. Talleres de reflexión y discusión política”, Ediciones del Jinete Insomne, Cuadernos de tierra socialista, Buenos Aires, 2019. 

Se presenta hoy miércoles 21 de agosto de 2019, a las 19hs., en Talcahuano 256, primer piso. (Auditorio del Ceppas-Inecip) Evento público.



Estamos ante un muy buen libro para desarrollar debates: ¨Talleres de reflexión y discusión política”, con una conceptuación clara aunque exigente. Y creo que es de formidable utilidad para esta época como lectura política sobre todo para los más jóvenes. 

Doce capítulos abarcando desde “la necesidad de un nuevo pensamiento”, “la complejidad del poder”, “la horizontalización del poder” “el poder enemigo oculto de la liberación”, “la Sociedad civil”, “Cultura un concepto polémico”, Hegemonía quien prevalece en la dominación”, “la posverdad, los golpes blandos y la nueva derecha”, “Sujeto y potencialidad revolucionaria”, “la incertidumbre, Proyecto político y modelo”, “Acerca del desarrollo nacional”, y por último “Populismo y emancipación (diferencia y afinidades)”. 

Como ven doce capítulos con temas nodales para la cuestión de la transformación de nuestro país, uno más interesante que el otro y así todos. 

Como muchos me conocen saben que además de mí ya larga amistad con Jorge, me embargan serias discrepancias motivadas en diferentes miradas sobre la matriz del pensamiento de Jorge. 

En esta oportunidad tomo la propuesta de la necesidad de nuevo pensamiento y quiero referirme al concepto de totalidad y alrededor de esta idea es que planteo la controversia.. Digo totalidad y haga referencia a un universo infinito que tiene relaciones infinitas entre todas las partes del todo, pero donde cada parte tiene verdadero sentido en relación solo con el todo y es que teniendo esa característica cada parte es también infinita aunque sea finita. 

En los sesenta y setenta la plenitud era la lucha política de tal forma que el historiador, Eric Hobsbawn, en “El Siglo XX”, concluye su interpretación del el siglo en 1991 con la caída de la ex Unión Sovietica, siglo que había empezado en su idea con la primera guerra mundial en 1914, siglos de luchas, rebeldías, guerras y revoluciones. 

Durante todas esas luchas políticas existía una matriz determinada de la totalidad, de cosmovisión. La ciencia moderna, el ultradesarrollo del capitalismo financiero, las especialidades profesionales, las formas docentes de nuestras universidades hacen que se vaya perdiendo de vista el todo para ir acentuando la fragmentación, la separación, la división, la clasificación. 

Se está muy feliz con la fragmentación por sobre todas las cosas hace ganar mucho más dinero. Es muy difícil para un urbanita no estar atosigado por la inmediatez del vivir cotidiano separador. 

El texto de Jorge insiste con la raíz de la polis: la unión de la persona con la comunidad. Pero acaso la reconstrucción del todo no puede hacerse separando lo político, lo social, lo económico y lo cultural. Era una forma de ver comunes en los 70 que acarreaba ciertas premisas sobre la base de la inexorabilidad de la revolución socialista, de la praxis política y siempre de la transformación del mundo. Acarreaba también las clasificaciones de la ciencias duras y tenía en su raíz las premisas del cambio imposible porque toda clasificación es una selección que alguien hace e impone al mundo social si es que hay alguna posibilidad de decir que existe lo social. 

Hay un solo mundo donde la cultura, la economía, lo político, lo social se da en un solo haz espacio-temporal, podríamos denominar a ese haz: espíritu en sentido hegeliano de autoconciencia, autorreferencia, historia y que contiene lo que el cristianismo bíbilico introdujo como la palabra griega de Neuma, que podríamos interpretar como hálito finísimo, la sed más íntima de cada hombre que el “lazo social” no atrapa. En ese haz las emociones, los sentimientos se dan al mismo momento que la máxima racionalidad que es la pasión. Esa pasión y su cristalización permanente de Ushuaia a La Quiaca es característica del ser argentino. Hay mucha pasión en este texto de Jorge. 

Y en el mundo: los especialistas conjuran contra los enciclopedistas y los eruditos, estos tienen a Hegel de su lado y la frase de que “Lo verdadero es el todo”, famosas palabras de Hegel. 

Fue impugnada por Kierkegaard, cito de memoria ¿Para qué ese todo y ese absoluto abstracto? “Yo quiero una verdad por la cual vivir y morir”. Empieza la finitud, los rudimentos de la filosofía de la existencia. Es un individuo cada vez más aislado con su relación con Dios. 

Theodor W. Adorno impugna también la totalidad Hegeliana como “lo falso”, el todo es “lo falso”. Pero son las premisas que Adorno tenía en la cabeza: Hitler, Stalin, los totalitarismos del Siglo XX y su atroz resultado. El mundo ha cambiado muchos desde entonces las masacres se cumplen con publicidades de hoteles internacionales, tarjetas de créditos y góndolas de supermercados mientras millones jamás podrán ingresar a ninguna parte. 

Sobre la idea de totalidad nosotros decimos nunca se puede asir o si se configura se desvanece, se desarma y vuelve a configurarse en una búsqueda permanente, pero es referente imprescindible como una idea rectora kantiana es la fuerza de los imposible Los Psicoanalistas hablan aquí de deseo. No hablamos de totalidades cerradas sino abiertas. El neoliberalismo lo entendió muy bien satisfacer la aspiración íntima del ser: la idea de mundo o universo. El ser y cada cosa se da en sí y para sí. En sí en relación a sí mismo y para si es cuando ese sí mismo se realiza totalmente en la comunidad con sus aspiraciones íntimas satisfechas. A ese universo hay que agregarle lo cósmico el destino del planeta y su soledad en ese mismo universo cósmico. 

Allí no puede estar ausente Dios cualquiera sea la idea que tengamos de él. Hay que dejar atrás frases pomposas como que la religión es el opio de los pueblos. Hoy el opio de los pueblos son los medios de comunicación hegemónicos. Lo he dicho mil veces. EL Dios espiritual y la idea metafísica de Dios que reúne, que acoge, que junta o sonríe ante el caos cósmico. La palabra alemana Aufheben que traduzco por asumir y conservar, integrar, algunos hablan de síntesis, otros de superar, otros de levantar, otros de suspender, pero es la idea de “síntesis de contrarios e iguales” que se asume. 

Es acá cuando coincido parcialmente con Burke y Hegel y sus críticas a la revolución francesa, sobre la idea de empezar todo de nuevo. La idea de “tierra arrasada”. No se trata de hacer todo de nuevo: todo lo que existe tiene derecho a existir, acaso se trata de revisar las condiciones de esas existencias. De la democracia por ejemplo me satisface plenamente que se vote cada dos años y cada cuatro se hagan elecciones generales. En los 70 se pensaban en Lenin para después de la revolución y su dictadura del proletariado. Nadie cree en eso, pero no se si en las premisas de quienes propagan un cambio en el mundo está presente con seriedad profunda, digo con seriedad profunda “la democracia realmente existente” como dice Jorge. 

Son algunas de las diferencias que albergo no solo con Jorge sino con cosmovisiones demasiado ancladas en pensamientos que la historia ha demostrado cómo cansados, caducos o cuando menos incompletos.. 

Con estas diferencias pondero el libro de Jorge, todo esto me motivó su lectura. Muchas gracias al resto de los expositores:al compañero Javier Azzali y el gran Cura compañero Domingo Bresci, a Ediciones del Jinete Insomne, por el libro, a Francisco Godinez, Juan Ruffo y Alberto Binder. Y sobre todo muchas gracias al tesón inquebrantable de Jorge Luis Cerletti. 

Buenos Aires, 21 de Agosto de 2019.-

1 comentario:

  1. Y no es que Dios esté ausente en el cosmos sino que no hay que confundir teísmo con panteísmo.

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