lunes, 22 de noviembre de 2021

¿TRIUNFO O DERROTA? por Lido Egisto Iacomini* para Vagos y Vagas Peronistas

 



¿Triunfaron los derrotados en las urnas mientras los presuntos vencedores en los números no se atrevieron a festejar? Es sabido que la política en Argentina es muy peculiar, y que siempre a los analistas extranjeros se les queman los papeles al momento de intentar comprender la endiablada política criolla y particularmente si se trata de ese movimiento de “incorregibles”, que es el peronismo.


Sin embargo no podemos ni debemos eludir el  intento de descifrar qué sucedió en nuestro país este miércoles 17, un acontecimiento encadenado a la derrota numérica en las elecciones generales del 14 de Noviembre. Sin embargo esta coyuntura nos remite inexorable a la derrota inesperada y trascendente del 12 de Setiembre, las PASO que formalmente sólo decidían las internas partidarias. Derrota que desató una crisis política de proporciones al interior del movimiento popular mayoritario. La derecha opositora creyó encontrar la brecha, ya no para afianzar un camino de recuperación del poder en el 2023, sino para avanzar en una actividad destituyente: comenzó por lanzarse por la presidencia de la Cámara de Diputados y trepó a la cima de la desfachatez anunciando que estaba preparada para una “transición” del gobierno.


¿En qué se apoyó la derecha macrista para semejante despropósito antidemocrático? En la certeza de que el 14 de Noviembre la debacle electoral del peronismo sería fenomenal, alimentada por la crisis económica provocada por las dos pandemias: la económica, que ellos podían insuflar alentando una corrida del dólar y potenciando la inflación con la disparada de precios, y la del Covid, bajándole el precio al enorme esfuerzo sanitario hecho por el gobierno de los Fernández. Pero sucedió lo contrario porque en el desprolijo recambio ministerial forzado por la carta de la vicepresidenta Cristina hubo un acierto puntual: el nombramiento de Feletti en Comercio para frenar el flagelo de la inflación que destruye todos los intentos de recomposición salarial y a la vez en el peronismo se dio una reacción visceral, especialmente en la provincia de Buenos Aires, que permitió lo que se dio en llamar la “remontada”.


Este movimiento no fue uniforme y seguramente hay una avanzada que fue la que cargó la mochila y la que convence de que el peronismo es siempre capaz de renacer entre las cenizas por más que cada tanto lo den por muerto. Ayudó seguramente cierta hiperactividad que transmitió el jefe de gabinete y unos pocos gobernadores provinciales, entre los que se destacaron el Coqui Capitanich y el Kichi más algunos intendentes cómo Katopodis y Mayra Mendoza. Pero el mérito fundamental fue el del olfato del pueblo que reaccionó, ante el rancio olor a  retorno de Maurizio, y si bien hubo una enorme masa de abstenciones, ciudadanos que no acudieron a las urnas, en proporción récord, y votos en blanco, los votos positivos fueron los suficientes para frenar la actividad destituyente, bajarles las ínfulas a la derecha y recuperar la esperanza.


Pero donde se hizo más notable el papel del activismo militante fue en la convocatoria a Plaza de Mayo hecha por el Presidente para el 17 de Noviembre, fecha cara del calendario peronista. Un vuelco de masas ya que innumerables y variopintos sectores populares se hicieron presentes para ordenar con su movilización el escenario político y poner en su lugar a los diversos protagonistas. Había sido el conjunto del movimiento sindical quien con Alberto Fernández se hizo cargo de la iniciativa, dándole volumen y envergadura a la movida. Sin embargo, sin ningún esbozo de demérito para los diversos sectores sindicales movilizados, es necesario decir que la masividad de los movimientos sociales en sus distintas vertientes y la presencia espontánea de una gran masa de “independientes” o gente suelta, muestra la nueva y en desarrollo realidad social: el trabajo informal, las actividades de servicios escasamente sindicalizadas y la disminución relativa de las actividades sindicalizadas en los nuevos escenarios de trabajo.


Pero también es necesario tener en cuenta otra peculiaridad coyuntural: una gran parte de los contingentes de los movimientos sociales, que vinieron a defender “su” gobierno y repudiar al macrismo y a la derecha, son los mismos que cotidianamente cruzan los puentes y se acercan al centro de la ciudad a protestar y exigir mejores condiciones de vida y de trabajo, por planes sociales y atención. Tienen una gimnasia y organización experimentada para la movilización, lo hacen por barrio y en grupos familiares y de cercanía. 


Es un apoyo al gobierno pero también un alerta para que su esperanza no sea una vez más defraudada. Esta verdadera “remontada” postpandemia, hundió las expectativas de Juntos y los llevó a mostrar la fractura expuesta que profundizó sus divisiones. Echó por tierra su triunfalismo y ellos mismos se exhibieron como perdedores.


¿CRISIS DE REPRESENTACIÓN?


Pero no cerramos los ojos y decímos que a pesar de la “remontada” los números muestran que sufrimos una fuerte fuga de votos, que además de los negativos también fueron a engordar la izquierda del FIT, en su mejor elección, y a la nueva derecha fascistoide en conformación, con Milei y Espert liderándola. Pero no fueron hacia el macrismo y eso está en la base de su frustración, pero sobre todas las cosas muestra que nuestras fuerzas políticas, a izquierda y derecha, están en un proceso de reconfiguración y reacomodamiento. También es necesario considerar que sobrevuela la posibilidad de una crisis de representación a las puertas de cumplirse los veinte años del momento en que esta crisis tuvo su mayor significación. 19 y 20 de Diciembre del 2001, asambleas populares por doquier, que se vayan todos, un peronismo vaciado por el menemato y derechizado por la derrota política y militar de sus vanguardias y un radicalismo vaciado de irigoyenismo, también derechizado. La antipolítica era el signo dominante y la utopía un pecado de la ingenuidad.


Fue Néstor Kirchner quién logró, apoyado en su tradición y su historia, volver a insuflarle vida al peronismo asfixiado e inerte y hacerle recuperar representatividad. Es decir fue Néstor quien logró iniciar un proceso de salida de la crisis de representación pero este se vio interrumpido por su muerte y quedando como es suspenso en medio del acoso que el kirchnerismo (la nueva fase o expresión del peronismo según más gusten), sufrió bajo el gobierno de Cristina y el triunfo del neoliberalismo. La derrota del 12 de Setiembre pareciera reabrir la crisis y yo creo que el triunfo del 14 de Noviembre solo le pone pausa pero no una superación. Para eso superar….


…los trances que se vienen:


….resolver una reconstrucción económica amenazada por el tema de la deuda externa y derrotar ampliamente a la derecha en el 2023. Al movimiento popular argentino eso le requerirá una enorme iniciativa y creatividad. Pero una creatividad no sólo tacticista a la que está más habituado sino el de un aporte sustancial en la forja de un nuevo pensamiento actualizado que le permita superar los horizontes obturados por las crisis múltiples o entrelazadas que hoy afectan no sólo a nuestro país y nuestro pueblo, sino a la humanidad. La crisis del neoliberalismo puso en un jaque perpetuo al capitalismo trasnacionalizado y a la globalización de cuño imperialista mientras caminamos hacia un desastre climático de pronóstico reservado. Quizás el Gral. Perón  no tuviese toda la clarividencia necesaria para anticipar todas las rugosidades y traspiés que sufriríamos tras el intento del Comandante Chávez y los presidentes latinoamericanos coetáneos para construir y consolidar la Patria Grande que imaginaron. Pero su idea del continentalismo señala que la visión geopolítica que alimentaba desde sus años del Colegio militar no andaba tan descaminada.


Y si bien es imposible e inconveniente renunciar a la riqueza agropecuaria exuberante que el Dios que no existe nos ha legado, ha llegado la hora de replantear el modelo industrial y productivo de un mundo que camina a enorme velocidad hacia una revolución tecnológica sin precedentes. A un mundo del trabajo desconocido, del que el período pandémico nos mostró una pizca, donde la virtualidad hará que nunca más veamos un billete y donde el equilibrio entre el trabajo manual y el intelectualidad ni lo imaginaron los marxistas más fantasiosos.


Sin Patria Grande no habrá patria: así de simple. Y las contradicciones internas de algo tan grande son sólo comparables a las que tendremos que encarar y resolver para llegar a semejante unidad. Y la inserción internacional será otra cosa que lo que la cantinela de “estar en el mundo”  la derecha nos reclama. Volviendo al General… ¿será posible sostener la neutralidad de la Patria Grande ante la disputa entre las superpotencias de la actualidad?  ¿ es posible  un lugar para una nación de solo 50 millones en la perspectiva de la multipolaridad?  


Habrá quien me diga que hoy nos urge más el problema de la desigualdad, de la deuda y de la inflación y no puedo sino decirle que es cierto. Pero también es cierto que sin una perspectiva que se asiente en un horizonte de mediano y largo plazo, todo esfuerzo de resolver lo inmediato fracasará a corto plazo o poco más. Está muy bien que el ministro Guzmán busque aliarse con la Giorgieva para pelearse con Lipton y que Alberto Fernández busque conversar con Macrón o la Merkel en la misma dirección. 


Pero si el destino de esta negociación sigue siendo turbio como para alcanzar un acuerdo allí arriba, extrañaremos no haber tenido un canciller con un perfil suficientemente fuerte para alcanzar una alianza con el resto de países deudores, y principalmente latinoamericanos, para dar la pelea todos juntos contra los dueños del “mundo”. Y para eso  ese canciller no tendrá que dejar día sin viajar a Lima, Montevideo, Brasilia o La Paz. Y ese destino puede ser turbio porque el FMI no acepte un acuerdo que nos permita la reconstrucción y el crecimiento y nos fuercen  un acuerdo de expoliación, por una caída de los pagos que llaman default o por una decisión soberana de desconocer una deuda ilegal. Hasta ahora nuestro gobierno ha negado esta última posibilidad con lo cual rebaja los límites de nuestra disposición negociadora. No ofrecemos una perspectiva fuerte de aspereza en nuestra negociación. No nos comportamos como posibles díscolos sino como buenos alumnos. Pero si no tenemos éxito con este modelo de negociación no somos aspirantes creíbles a triunfar en el 2023 y la crisis el Frente se agravará y el destino del peronismo tambaleará.


Si somos capaces de un programa inmediato, contando con la resolución de la deuda a nuestro favor, podremos elaborar un plan quinquenal acorde con un pensamiento político actualizado y construir reconfigurado el frente político apropiado. No habrá una oferta electoral propia con perspectiva de triunfo sólo pensando en sus integrantes, fuesen quienes fuesen, sin éxito en estos dos años de gestión, sin pensamiento nuevo, sin programa y proyecto adecuado a la situación nacional, regional y geopolítica internacional.


Esos son los verdaderos parámetros para medir un triunfo o una derrota. Todo lo demás son fuegos artificiales transitorios.


*Participación Popular





viernes, 12 de noviembre de 2021

EL AISLAMIENTO AFECTÓ A LA POLÍTICA COMO EL COVID 19 A LAS PERSONAS por Jorge Luis Cerletti* para Vagos y Vagas Peronistas

 


El riesgo de contagio del Covid 19 ha forzado a la sociedad a sostener una serie de medidas y precauciones que alteran los hábitos a pesar del generalizado proceso de vacunación. Como ser, guardar una distancia mínima de dos metros entre las personas, portar barbijo en su actividad cotidiana y desistir de  reuniones numerosas que en general están prohibidas o bajo control. En caso de enfermarse, mantener una cuarentena de aislamiento. Esta situación ha generado variadas dificultades en las relaciones sociales que también se reflejan en la política. 


Entonces, si nos trasladamos al campo de la política y soslayamos los organismos del Estado situándonos en el ámbito de la militancia, existe una baja de la actividad y un debilitamiento de las relaciones. En cierta medida las limitaciones de la vida social se  hacen sentir en la praxis política. Y si bien se mantienen las conexiones a distancia, las dificultades para los encuentros personales  perturban la actividad y le restan dinamismo. Vale decir, se sustituyen o disminuyen los intercambios personales y/o de grupos y se  potencia  la comunicación virtual. Esto también se refleja en el freno o ralentización de las movilizaciones populares.

 

Tal fenómeno  exhibe las limitaciones y las dificultades  que enfrentan  los movimientos populares y la actividad política en general. En ese sentido, crecen los obstáculos para enfrentar a la derecha y a su poder mediático. Está claro que el gobierno de Alberto Fernández favorece al movimiento popular pero no son pocos los obstáculos que le generan las grandes Corporaciones y la derecha en general, además de sus propias limitaciones. El resultado negativo de las últimas PASO constituye  un fuerte llamado de atención.  Las próximas elecciones del 14/11 son de renovación parcial del Congreso. Se eligen 127 diputados y 24  senadores.  Serán una suerte de test que revertirá o no dichas PASO y que exhibirá el actual balance de fuerzas. 


El resultado reciente de las mismas sacudió políticamente al campo popular que perdió, inesperadamente, esas elecciones. Importante derrota que conmovió a nuestro campo y abrió un sustantivo debate interno en busca de revertir la situación, con la mirada puesta en las próximas elecciones del 14 de  noviembre. En cierto modo, esto refleja el peso de la inmediatez en la situación política  actual y nuestra propia debilidad. Al menos, la volubilidad de un electorado que aparece más imprevisible de lo esperable. En rigor, digamos que el campo popular no alcanza a responder las demandas actuales emergentes de la situación. Y en ese sentido, las fuerzas populares no logran revertir la realidad socio-económica que ha generado la derecha. Ni el kirchnerismo ni el peronismo en general, han logrado desmantelar a las fuerzas reaccionarias de la derecha y mucho menos desbancar a los dueños del poder económico. 


Semejante desafío no es exclusivo del momento actual. Si se abreva en el curso de nuestra historia se pueden apreciar los diferentes momentos en que la hegemonía del movimiento popular alternó con dictaduras o con gobiernos de diversos representantes de la derecha. La que, a su vez, supo ampararse en las Fuerzas Armadas cuando se vio superada por las expresiones populares y sin perspectivas de triunfo. Así ocurrió con el golpe del Gral.  Uriburu en 1930 que derribó al debilitado gobierno de Hipólito Yrigoyen instaurando la denominada década infame. 


El surgimiento del peronismo y el triunfo electoral de Juan Domingo Perón en las elecciones de 1946, abrieron nuevas páginas de nuestra historia que a lo largo del tiempo incluyen distintos golpes militares como el de 1955 que derrocó al popular y legítimo gobierno de Perón. 


En Latino América hoy existe una suerte de equilibrio bastante inestable. López Obrador en México; Pedro Castillo en Perú; Maduro en Venezuela; en Bolivia Luis Arce y en Argentina Alberto Fernández. En el polo opuesto: Bolsonaro en Brasil; Iván Duque en Colombia; Sebastián Piñera, en Chile, Mario Abdo Benítez, en Paraguay. En Centro América, la excepción positiva es Cuba con el gobierno de Miguel Díaz-Canel .… 


Dentro de ese panorama sigue teniendo gran peso el poder de los EE.UU. que alcanzó cierto climax con el gobierno reaccionario de Trump cuya torpeza no llegó a debilitar sus efectos nocivos. Que ahora gobierne Biden le da una apariencia más racional a la hegemonía yanqui sobre el continente. Es que la incidencia negativa del coloso del Norte sobre el pueblo latinoamericano no es ninguna novedad sino que es parte de nuestra historia y se mantiene, así como las resistencias populares. 


La radicalización de los movimientos populares experimenta un estancamiento sino un retroceso. La explotación del gran capital sobre nuestros pueblos gravita con fuerza y la incidencia del FMI. resulta un claro exponente de ello. El control gubernamental de los Estados nacionales es un instrumento clave para los procesos que promueven su autonomía  y es indisociable de la independencia del gran capital internacional. En ello se inscribe la disputa sobre su control.    


A pesar de sus limitaciones, la contraposición del gobierno actual de Alberto Fernández con el de Macri que lo precedió, ilustra claramente lo que venimos exponiendo.

 

La lucha continúa y se impone la necesidad de vencer. Las próximas elecciones del 14 de Noviembre es un test político para el futuro inmediato. Perderlas sería más grave que el contratiempo de las PASO… 


A cerrar filas y no bajar los brazos. 


 9/11/21


(*) Jorge Luis Cerletti nació en Buenos Aires en 1937, arquitecto. Fue profesor de Economía Política en la Universidad del Salvador y de Historia Social en la Facultad de Derecho de la UBA. Fue uno de los fundadores e integrante del grupo de reflexión La Mesa de los Sueños, también del grupo Repro (Reflexión y producción) y colaborador del CEPPAS, (Centro de políticas públicas para el socialismo). Producto de su dilatada militancia realizó numerosos ensayos políticos. Como coordinador de la colección Cuadernos de la realidad, dirigida por Raúl Sciarretta y editada por Granica, publico en ella tres ensayos: “Desarrollo industrial y concentración monopólica”, “La oligarquía terrateniente” e “Imperialismo y dependencia” (1974) y los siguientes libros: Retazos para una historia” (ficción 1983, Peña Lillo Editor); “El nuevo orden mundial, el socialismo y el capitalismo depredador” (1 991, Centro Editor de América Latina); sigue: “El poder y el eclipse del socialismo” (1993, Centro Editor de A.L.); “El Poder y la necesidad de un nuevo proyecto” (1994, Ediciones Mesa de los Sueños); “El poder bajo sospecha” (1997, edit. De la Campana) y “Las relaciones de dominio como lazo social (1999, edición del autor); “Políticas emancipatorias - crítica al Estado las vanguardias y la representación” (2003, edit. Biblos) y “Estado democracia y socialismo” (2014, edic. El jinete insomne, publicado por el Ceppas, centro de políticas públicas para el socialismo).






miércoles, 10 de noviembre de 2021

ELECCIONES, VOCES Y RUIDOS por Gerardo Cabail* para Vagos y Vagas Peronistas

 


"…el camino importa poco, la voluntad de llegar basta para todo…" 

Albert Camus


Al momento de empezar estas líneas, recibo información de la Weychafe Moira Millan, me dice que el lunes 1 de noviembre ocuparon pacíficamente las oficinas del IAC (INSTITUTO AUTARQUICO DE COLONIZACION Y FOMENTO RURAL), en la ciudad de Esquel, Chubut, en repudio a las políticas de racismo y despojo de nuestra gente mapuche tehuelche en los territorios. Esperan al Director del IAC para exigir que se termine con el remate de tierras para las transnacionales y el latifundio. Soy consciente que este tema no cruza la General Paz, está muy lejos de todo, menos de la lucha y el amor ancestral de los pueblos originarios por su territorio (o lo que queda de él), pero pienso que estos hermanos tienen algo que por acá nos falta, saber interpelar al otro para ser vistos. Me pregunto si los que NO fueron a votar, por ejemplo, no buscaron con su ausencia ser vistos, interpelar a una dirigencia más centrada en sí misma que en la construcción colectiva de una sociedad más inclusiva.


Antes de las elecciones de octubre, un amigo que desde hace años trajina el Conurbano por cuestiones laborales, me anticipó el resultado que no preví, y que finalmente se dio: PERDIMOS. Entendí que vivo en el campo, en el más amplio sentido de la palabra, y por mas militancia, información, viajes, participación en foros y reuniones, cierta sensibilidad social para interpretar el futuro cercano se diluye, o tal vez el deseo de ver florecer un proyecto colectivo, perfectible, por cierto, no me deja medir la magnitud de grandes problemas, como los niveles de indigencia, pobreza, desempleo, desinformación deliberada, entre otras.  

  

No obstante, imagino que podemos consolidar un proyecto político nacional y popular más allá de la elección del 14 de noviembre, fecha que seguramente nos mostrará mejores resultados que los de octubre, (y mi amigo del Conurbano no suele equivocarse). Admito que el Frente de Todos no está cruzado de brazos, aunque vocación frentista digamos que nos falta, ¿tardamos dos años para darnos cuenta que son los grandes grupos económicos concentrados los fijadores de precios?, esos precios que le ganan a la inflación por goleada si no hay verdaderos hombres de Estado al frente de los controles, y se da nada menos que en alimentos y medicamentos, entre otros, aunque los citados son los más sensibles para nuestro pueblo, y recuerdo de paso, que en el origen de la violencia y los conflictos está el déficit o falta de alimentación, la malnutrición dificulta, entre otras cosas, un pensamiento lúcido, pero algunos creen que esto en Argentina no pasa (la industria alimentaria agradecida). Tampoco escapan de la concentración los medios de comunicación y la industria cultural, por eso rescato los pueblos originarios que inauguraron el concepto de comunicación con identidad, es decir recuperaron voces perdidas por plantarse con su propia identidad. Ayer recibimos al compañero y Diputado Nacional Hugo Yasky en Bragado, (va por la reelección) quien participó en una mesa-debate sobre políticas de producción y trabajo, llamando a la unidad para recuperar los votos perdidos en las PASO. 


Asumo un 14 de noviembre con mejor desempeño electoral, sin dejar de pensar con nuestra propia identidad política en el 2023, sabiendo que los monopolios de la información ya lo pensaron, con la identidad de ellos, claro. La cuestión es si nosotros tenemos la voluntad de llegar, o si solamente estamos en el camino. 


* Médico veterinario y docente (UBA y Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires). Se capacitó en producción porcina en Iowa, Estados Unidos. Se desempeñó como Promotor-Asesor del programa Cambio-Rural-INTA. Fue Concejal electo por el Frente para la Victoria (2007-2011 y 2011-2015) en Bragado -Pcia. de Buenos Aires- donde reside actualmente.

domingo, 7 de noviembre de 2021

UN SUEÑO IMPOSIBLE por Gustavo Tenaglia* para Vagos y Vagas Peronistas




Poco después de las paso, Ignacio Fidanza escribía en  La “Política On line” que la gran elección de Schiaretti, la irrupción de Milei, incluso el surgimiento de Manes y el triunfo de Frigerio, acaso sugieren que hay una Argentina que valora la posibilidad de un país capitalista y pro mercado, de base agropecuaria. Crecer a partir del campo, no en contra.”

Habría que avisarle que ese país no existe y que intentar fundarlo es un sueño imposible.

Y recordarle  que todos los intentos procapitalismo de mercado con base agropecuaria, desde Martínez de Hoz en adelante, pasando por el menemismo y la alianza y terminando en el catastrófico gobierno de Mauricio Macri deberían bastar para confirmarlo.

Esa experiencia parece que no alcanza. El viejo sueño agropecuario renace una y otra vez en una sociedad que no aprende y no escarmienta, alimentada por mitos que se repiten como verdades y que nunca lo fueron: “el granero del mundo”, “éramos la séptima economía del mundo”,  “todos somos el campo”, verdaderas zonceras que Jauretche no alcanzó a escribir.

La economía primaria agroexportadora se había agotado en 1930. Para entonces ya había dado todo lo que tenía para dar y, como enseñaba el maestro Aldo Ferrer,  empezaba a ser un corsé que impedía el crecimiento. Eso en términos generales, sin hablar de la distribución interna de la riqueza en el marco de una espantosa desigualdad.

Hasta los conservadores de la década infame entendieron que se requería intervención estatal, cierre de la economía, juntas reguladoras y toda la batería que en esa década se utilizó para intentar remontar la cuesta.

Después vino el peronismo, que profundizó el rol del estado y le dio otro sentido, al servicio de la independencia económica, saliendo del estatuto legal del coloniaje y avanzando con las nacionalizaciones y el control de la política monetaria y el comercio exterior. Y además, con la gente adentro, convirtiendo a los trabajadores en aliados de esa transformación y sacándolos de la condición de meros espectadores de la prosperidad ajena a la que la oligarquía la condena, ayer, hoy y siempre.

La libertadora cortó con sangre ese círculo virtuoso, que solo pudo retomarse en algunos períodos comparativamente breves, como los gobiernos de Néstor y Cristina,

Los presupuestos que propugnan los liberales (achicar el estado es agrandar la nación, desregulación económica, apertura de la economía, flexibilización laboral, emprendedurismo) los hemos escuchados todos, los hemos sufrido todos y tuvieron, siempre, consecuencias catastróficas. El resultado siempre fue el mismo: endeudamiento, caída del nivel de actividad económica, aumento de la desocupación y de la pobreza y  marginalidad para sectores cada vez más amplios de la población.

Ese sueño imposible de atrasar el reloj de la historia y volver  a 1930, tienen otro costado: sin industrias no hay obreros, sin obreros no hay sindicatos, sin obreros y sin sindicatos no habría peronismo. En ese paraíso liberal todos seríamos emprendedores, cuentapropistas, monotributistas o locadores de servicios y viviríamos felices elaborando cerveza artesanal.

Los liberales prefieren ignorar que no hay ningún gran país exclusivamente agropecuario.  No comprenden que la Argentina será industrial o no tendrá destino. Pasan por alto que la actividad agroexportadora es incapaz de dar trabajo (recordemos que gobernar es crear trabajo) a toda la población. Y que en ese desempleo gigantesco el salario se deprime y desaparece, rigiéndose por la ley de hierro de David Ricardo.

Por algo los ciclos liberales son cada vez más cortos. Las consecuencias que generan sobre el nivel de vida de la gente los hacen insostenibles en el tiempo.

Ese sueño, entonces,  es imposible. Más temprano que tarde se estrellará contra la realidad.

Aún en las peores circunstancias nos queda ese íntimo optimismo. Y la certeza, como profetizó Salvador Allende en su último mensaje, de que la historia es nuestra y la escriben los pueblos.

 

*Gustavo Tenaglia (Chivilicoy 1956), abogado, docente universitario, miembro del Poder Judicial de la Pcia. de Buenos Aires, escritor.