viernes, 28 de octubre de 2016

BATALLA FINAL POR VENEZUELA. DE LA DICTADURA DE MADURO A LA DICTADURA DE LA MUD, Por Heinz Dieterich, para Vagos Peronistas

Heinz Dietercih


Heinz Dieterich 27.10.2016

Batalla final por Venezuela

De la Dictadura de Maduro a la Dictadura de la MUD, para Vagos Peronistas

1. Los vencedores de la Batalla final

Con el choque directo entre el Presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, y el General en Jefe Vladimir Padrino López, la batalla por el control del Estado venezolano ha entrado a su fase final. El desenlace, que define al vencedor, es previsible. Tan previsible como la batalla de Stalingrado (mi artículo, 27.4.) o la guerra contra Saddam Hussein. El madurismo entra a esta batalla final sin vanguardia, ni retaguardia. A la cabeza tiene un avatar propagandístico malogrado de Hugo Chávez y un teniente anticomunista (Diosdado Cabello), cuyas tácticas de defensa de poder de aparatchik --combinadas con la ausencia de estrategia-- pavimentan el camino hacia la derrota final. En la retaguardia no hay nada: ni masas, ni profundidad estratégica, ni poder económico (default técnico del Estado y PdVSA), ni apoyo de Estados latinoamericanos poderosos; sólo bayonetas. Como Saddam Hussein, se enfrenta, en creciente aislamiento internacional, al país más poderoso de la tierra; cuyo operador hemisférico político-militar más hábil, brutal y peligroso --el sátrapa Premio Nobel de la Paz Juan Manuel Santos--- lo tiene a un lado, con siete bases militares gringas y una frontera porosa de 2,200 kms, y el Comando Sur y la Cuarta Flota imperial, por el otro. La ceguera estratégica e hybris (soberbia) de no haber usado la “Solución Sandinista”, con tiempos convenientes para el chavismo y el corolario de un Plan Marshall con caracteres chinos, cuando había condiciones para hacerlo, se pagará muy cara. Como aprendió Saddam Hussein, cuando su fraseología de la “Madre de todas las Batallas” colapsó ante fuerzas superiores. Porque, en la guerra real, a diferencia de las fantasías, sin vanguardia ni retaguardia, nunca se vencerá.



2. Al choque de los Panzer (acorazados)

Actualmente, Venezuela se está convirtiendo de un teatro de operaciones de escaramuzas con armas ligeras en un campo de choque de acorazados y artillería pesada. El diagrama de flujo de esta conversión es fácil de trazar: 1. El desconocimiento de facto del derecho constitucional del referendo revocatorio, por parte del Cabellismo-Madurismo. 2. El desconocimiento político-jurídico del gobierno por la MUD y el llamamiento a la rebelión popular: acusando “al régimen de Nicolás Maduro” de cometer “un golpe de Estado”; solicitando la intervención inmediata de la Comunidad Internacional y de la Corte Penal Internacional (sic); exigiendo “a la Fuerza Armada Nacional no obedecer ni ejecutar ningún acto o decisión que sean contrario a los principios constitucionales..., emanados del Poder Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral” y, convocando “al pueblo de Venezuela...a la defensa activa, constante y valiente de nuestra Carta Magna, de la democracia y el Estado de Derecho, hasta lograr la restitución del Orden Constitucional”. 3. La diáfana réplica de Padrino López, de que las FANB bloquearán esa estrategia de acceso al poder de la MUD. 4. La colérica e insultante contestación de Ramos Allup en la Asamblea Nacional, donde llamó al Comandante de las Fuerzas Armadas “alcahuete”, que “avergüenza a las Fuerzas Armadas”, que deje de “fanfarronear”, las armas y el uniforme para ir a discutir sobre política pues, “no sabe ni ser ministro para la Defensa”. 5. La reunión del Consejo de Defensa de la Nación, con ausencia de Ramos Allup, la devaluación del Dialogo de la Paz (30.10.) por parte de la MUD y del reaccionario episcopado nacional, encabezado por los cardenales Baltazar Porras y Urosa Savino, y el de facto llamamiento al asedio –e, implícitamente, asalto-- opositor al Palacio de Miraflores.



3. Dictaduras y democracias

Ante tales hechos se ha intensificado el debate sobre si Venezuela ahora vive en una dictadura o una democracia. Lamentablemente, la incultura científica-política de la “izquierda” latinoamericana, cuyas cabezas procesan, en términos generales, la chatarra ideológica de la burguesía, no ayuda a aclarar este tema, que es importante para la praxis a seguir. La ciencia ha establecido claramente, que la entidad que llamamos Estado, no es un fenómeno autónomo (stand alone phenomenon), sino que sólo se da en coexistencia con una clase dominante, a la cual sirve. Por eso es necesario diferenciar entre el tipo de Estado (feudal, esclavista, capitalista, socialista etc.) y la forma del Estado, que puede ser monárquica, republicana, parlamentaria, presidencial, centralista-vertical, etcétera. El Estado venezolano moderno siempre ha sido un Estado burgués, porque siempre ha sido el engendro de una formación socio-económica capitalista-burguesa. Lo que ha variado es su forma, que ha sido más democrática o menos democrática, en función del superávit de la renta petrolera. Con el bloqueo del referendo revocatorio y el desconocimiento de la división de poderes, la actual facción política burguesa en el poder ---la cúpula del PSUV--- empieza a abandonar la forma de un Estado democrático. Esta reducción de los espacios constitucionales es un procedimiento habitual en todos los tipos de Estado, cuando entran en situaciones de crisis, y va desde el Pinochetazo en Chile hasta el Caracazo en Venezuela y el golpe de Estado parlamentario contra Dilma Rousseff.



4. La pregunta decisiva para Venezuela

En este sentido, el gobierno burgués venezolano está haciendo lo que hacen todos los Estados burgueses. Se puede lamentar esta praxis y moralizar sobre ella. Pero, mientras las sociedades son sociedades de clase, esta será la lógica de actuación de la organización social que llamamos Estado. Usando el lenguaje de Shakespeare, la disyuntiva es clara. Si se quiere acabar con Calibán (Estado) hay que acabar con Próspero (elites dominantes). 



Mientras tanto, la pregunta decisiva para la praxis política en Venezuela es la siguiente: ¿Será más democrática y funcional para el país una dictadura burguesa de la MUD que la dictadura burguesa del Madurismo? Porque la ilusión de un creciente sector de la población, que después del Madurismo vendrá la democracia y la vida del Primer Mundo, es solamente eso: una ilusión pasajera. Y, si no lo creen, que vuelvan la mirada hacia Argentina y Brasil.









jueves, 27 de octubre de 2016

¿DÓNDE ESTÁ HOY EL PODER EN EL MUNDO?, Por Leonardo Boff (Fuente: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=798)

Leonardo Boff, teólogo de la liberación

Donde está hoy el poder en el mundo
2016-10-28



Hay un hecho que debe preocupar a todos los ciudadanos del mundo: el desplazamiento del poder de los estados-nación hacia el de unos pocos conglomerados financieros que operan a nivel global, cuyo poder es mayor que el de cualquiera de los Estados tomados individualmente. Estos realmente detentan el poder real en todas sus ramas: financiera, política, tecnológica, comercial, medios de comunicación y militar.

Este hecho ha sido estudiado y seguido por uno de nuestros mejores economistas, profesor del posgrado de la PUC-SP con amplia experiencia internacional: Ladislau Dowbor. Dos estudios de su autoría resumen la vasta literatura sobre el tema: “La red de poder corporativo mundial” del 04.01.2012 (http: /www.dowbor.org/wp) y el más reciente de septiembre de 2016: “Gobierno corporativo: el poder caótico de los gigantes financieros”.
Ladislau Dowbor, economista


Es difícil condensar el cúmulo de informaciones que parece aterrador. Dowbor sintetiza:

“El poder mundial realmente existente está en gran parte en manos de gigantes que nadie eligió, y sobre los cuales cada vez hay menos control. Son billones de dólares en manos de grupos privados cuyo campo de acción es el planeta, mientras que las capacidades de regulación global van a gatas. Investigaciones recientes muestran que 147 grupos controlan el 40% del sistema corporativo mundial, siendo el 75% de ellos, bancos. Cada uno de los 29 gigantes financieros genera un promedio de 1,8 billones de dólares, más que el PIB de Brasil, octava potencia económica mundial. El poder ahora se ha desplazado radicalmente” (cf. Gobierno corporativo, op. cit).

Además de la literatura específica, Dowbor refiere los datos de dos grandes instituciones que sistemáticamente a lo largo de los años se ocupan de los mecanismos de los gigantes corporativos: el Instituto Federal Suizo de Investigación Tecnológica (rivaliza con el famoso MIT de EE.UU.) y el Credit Suisse, el banco que dirige las grandes fortunas del mundo y, por lo tanto, sabe de estas cosas.

Los datos presentados por estas fuentes son sorprendentes: el 1% más rico controla más de la mitad de la riqueza del mundo. 62 familias tienen un patrimonio igual al de la mitad más pobre de la población de la Tierra. 16 grupos controlan casi todo el comercio de materias primas (cereales, minerales, energía, tierra y agua). Debido a que toda la comida obedece las leyes del mercado, sus precios suben y bajan a merced de la especulación, quitando a vastas poblaciones pobres el derecho a tener acceso a una alimentación suficiente y saludable.

Los 29 gigantes planetarios, de los cuales el 75% son bancos, empezando por el Bank of America y terminando con el Deutsche Bank, son considerados “sistémicamente importantes”, pues su eventual quiebra (no olvidemos que el más grande, los Lehamn Brothers de América del Norte, se declaró en quiebra) llevaría a todo el sistema al abismo o muy cerca, con consecuencias nefastas para toda la humanidad. Lo más grave es que no hay regulación para su funcionamiento, ni puede haberla, porque las regulaciones son siempre nacionales y ellos actúan planetariamente. No hay todavía una gobernanza mundial que cuide no sólo de las finanzas sino del destino social y ecológico de la vida y del propio sistema-Tierra.


Nuestros conceptos se evaporan cuando, nos recuerda Dowbor, se lee en la portada de The Economist que la facturación de la empresa Black Rock es de 14 billones de dólares, mientras que el PIB de los EE.UU. es de 15 billones de dólares y el del pobre Brasil escasamente llega a 1,6 billones de dólares. Estos gigantes planetarios manejan alrededor de 50 billones de dólares, el equivalente a la deuda pública total del planeta.

Lo importante es conocer su propósito y su lógica: buscan simplemente ganancias ilimitadas Una compañía de alimentos compra una mina sin ningún tipo de experiencia en el ramo, sólo porque da beneficios. No hay ningún sentido humanitario, como por ejemplo, tomar una pequeña porción de las ganancias para un fondo contra el hambre o para disminuir la mortalidad infantil. Para ellos, eso es tarea del estado y no para los accionistas que sólo quieren ganancias y más ganancias.


Por estas razones entendemos la iracundia sagrada del Papa Francisco contra un sistema que sólo quiere acumular a costa de la pobreza de las grandes mayorías y de la degradación de la naturaleza. Una economía, dice, “que está centrada en el dios dinero y no en la persona: este es el terrorismo fundamental contra toda la humanidad” (en el avión de regreso de Polonia en septiembre). En su encíclica ecológica lo llama un sistema anti-vida y con tendencia suicida (nº 55).

Ese sistema es homicida, biocida, ecocida y geocida. ¿Cómo puede prosperar tal inhumanidad en la faz de la Tierra y todavía decir que no hay alternativa (TINA = There Is No Alternative)? La vida es sagrada. Y cuando es sistemáticamente agredida, llegará el día en que puede tomar represalias destruyendo a quien la quiere destruir. Este sistema está buscando su propio fin trágico. Ojalá la especie humana sobreviva.



Leonardo Boff

lunes, 24 de octubre de 2016

LA CGT TRIUNVIRA, Y EL PARO O LAS SOLUCIONES ¿Y EL DÍA DESPUÉS?, Por Horacio González (Fuente: La Tecl@ Eñe, Revista Digital de Cultura y Política)



La CGT triunvira, y el paro o las soluciones

¿Y el día después?



"¿Si hacemos paro, que pasará entonces el día después?", es la frase que pronunció uno de los triunviros de la CGT “unificada”, protagonistas del "fin de la historia sindical", los mismos que escucharon los mensajes de la nueva filosofía que brota de las jefaturas de gabinete que creen haber ganado la partida y dirigen por telecomando, twitter y telepatía "trascendental" los destinos del país. La disyuntiva “paro o soluciones”, daña de manera grave toda la historia sindical del país, y pone sobre el mundo social argentino un acento sombrío que esperemos no sea definitivo.



Por Horacio González*

(para La Tecl@ Eñe)


Habitualmente el "día después" origina un leve sentimiento de intranquilidad, aunque no se trate de otra cosa que del transcurrir habitual de las horas en cualquier clepsidra. Pero ese día, aunque entrañe algo desconocido y aún no transitado, no puede poner en jaque nuestra actualidad, nuestro modesto presente, que sabemos bien que se va

derramando con su metódica arenilla escurridiza, hacia el lado donde ocurrirá el día que inevitablemente va a sucederle al insípido hoy en que ahora me encuentro. Por eso, aunque un tinte apenas perceptible de

ansiedad nos roza cada vez que pensamos "en cómo será mañana", no se trata en ningún caso de sentir que se levanta una pared inmutable que nos separa de lo que vendrá. Y cuando se trata de dirigentes sociales, es casi obligatorio pensar en que todo curso del tiempo encierra numerosas dificultades, y que su recorrido es abrupto, lleno de ripios y traqueteos. Y que hay que asumir siempre las consecuencias de una decisión. Para eso está el día después. No es que hay día después porque hay decisión; hay decisión porque siempre sobreviene el día después.



La política es un saber que en general no está escrito. Su "teoría" goza de grandes manuales, o sino de memorias o de libros de consejos, algunos de los cuales quedan en la memoria de la humanidad. Pero por más "escrituras" que haya, todo dirigente o todo militante sabe que de la maraña espesa del "hoy", surgirán sucesos posteriores y escalonados, algunos de los cuales verificarán ciertas previsiones y otros se regirán por una contingencia inevitable, ese material bruto y sorprendente que es el "mañana", que hará que los hombres que planificaron y conversaron en interminables cenáculos, sientan que demasiadas veces su obra queda en ruinas, derribada por lo imprevisible, por el duro dictamen de lo incalculable. Quien no sepa, intuya o imagine estas sucintas especulaciones sobre la conciencia histórica y la subjetividad militante, no parecería estar en condiciones de abordar una acción política significativa. Rompería su condición misma de hombre político, sometida a la prisión amenazante de un pensamiento inmovilista y estatuario.



Tal parece ser la situación que ha provocado el gobierno en los dirigentes de la CGT, al menos en los que acatan las orientaciones de un llamado "Triunvirato". Quizás se entusiasman porque los que así se llamaron en el siglo XIX han sido contemplados por lo menos en una Avenida, aunque no se caracterizaron por su activismo, sus iniciativas y su generosidad hacia los pueblos. Pero éstos de ahora, dudosamente figuren en ninguna nomenclatura. Es fácilmente deducible cuál será su lugar en la historia por algunas frases que han pronunciado. Una quedará en la memoria de la infamia, en cuanto esta valoración moral se refiere al desconocimiento de esa fibra interna que tiene todo "mandato", sea el conferido por grandes instituciones colegidas, sean los que surgen de mínimos acuerdos que cada conciencia individual tiene con los fragores que producen los hechos previsibles o imprevisibles que siempre nos rodean. La infamia no ¿surge de un proyecto explícito para provocar el mal; simplemente brota de una conciencia que ya se encuentra exhausta para mantener algún dificultoso equilibrio entre lo que se espera de nosotros y lo que nosotros esperamos de esa expectativa ajena que se vuelca sobre lo que siempre en nosotros es materia de dubitación: ¿qué podemos o qué no podremos cumplir? La frase a la que nos referimos es la de un dirigente del mencionado triunvirato de la CGT, un "triunviro", no importa quién, porque de una manera u otra la han dicho todos. "¿Si hacemos paro, que pasará entonces el día después?".



Es una alusión al vacío, a la inmovilidad, a la concepción de que luego no hay nada, de que ninguna lucha es posible, de que no hay futuro, de que no gobernamos nuestra vida, de que la historia es una página en blanco y que nuestra condición humana sólo se reduce a una prieta masa de tendones y nervios congelados, que espejan sin diferencia alguna la voluntad de otros, la voluntad de un extraño, que ahora piensa por nosotros: el propio gobierno nacional, que nos ha confiscado en un acto paralizante de su mirada fría. Nosotros no tenemos más ideas, ni tiempo, ni dignidad.



Nos hacía descubrir esos empresarios de profesión que el riesgo es de ellos. Nuestra idea del riesgo debe proscribirse, pues apenas somos empresarios advenedizos; lo somos, aunque no se nos llame así, y por eso la magnífica y angustiante idea de riesgo, no puede ser nuestra. Como sindicalistas empresarios somos semejantes a los empresarios "sindicalistas", aunque sin su historia, sus estilos, sus manías. "Hasta en eso ahora nos parecen mejores a nosotros". Es que parecía que los criticábamos pero ya ellos yacían en nosotros. Llegaron. Gobiernan nuestra conciencia sindical, y para peor, nuestra conciencia del tiempo.







Ellos éramos nosotros; no hay fisuras. Incluso uno de los triunviros se asombró de los que ante tantas evidencias, en relación a las memorias sindicales de todos los tiempos, harían pensar que un paro nacional sería lo más necesario, ostensible y obvio, meditó reconcentrado, para decir que "sí, que algunos compañeros querrían parar, pero nosotros

queremos soluciones". Esa disyuntiva, o paro o soluciones, resquebraja de manera grave, sino gravísima, toda la historia sindical del país, incluso la de las anteriores burocracias, y pone sobre el mundo social argentino un acento sombrío que esperemos que no sea definitivo. Quiebra el lenguaje de esos dirigentes desde su enunciado mismo. Una cosa era el antiguo "realismo de los dirigentes que cuidaban las organizaciones", esa burocracia que nunca satisface y que oscuramente tiene sus razones en el instinto de prudencia que siempre es dudoso, mucho más cuando se lo quiere invocar por un sindicalismo talmúdico cuyo texto sagrado es el de desear ser comandados por jóvenes ministros ejecutivos.



Pero ahora que les confiscaron el lenguaje, es más triste. Aceptaron ser los primeros protagonistas del "fin de la historia sindical", pues escucharon los mensajes de la nueva filosofía. Es la que brota de ufanas jefaturas de gabinete que al final creen haber ganado la partida. Dirigen por telecomando, twitter y telepatía "trascendental" a expertos sindicalistas maduros, agrietados desde hace años en sus puestos, con un par de promesas inocuas revestidas de órdenes aderezadas con la indumentaria de la "modernización" o los "tiempos que han cambiado".



Son esos nuevos filósofos del "fin del tiempo de la CGT", los que les mostraron que con paro, el día después, estarían vacíos, con los ojos perdidos recorriendo las paredes de sus institutos gremiales antiguos, repletos de bustos, banderines y pergaminos, ya inútiles, ante los cuales su mirada les devolvería la evidencia de una conciencia desventurada. Hicieron el paro. ¿Y ahora? Pues bien, luego parecía no haber nada. Un panel en blanco. Y a esa idea de vacío histórico llegaron estos tistes dirigentes. No hay duda que aunque digan que todo lo hacen por prudencia, aún con mesura, aún con aquella gris sabiduría ya escrita, serán superados por lo que cualquier dirigente nunca debió olvidar. Que si la historia tiene una existencia cabal, a veces silenciosa y nada estridente, es porque siempre hay un día después, y son precisamente las grandes decisiones las que crean ese día después, tallándolo con la dignidad de un paro.



Se para para poder seguir. No se para, en cambio, cuando algunos se dejan invadir por la pesadilla de una historia que hacen otros, y como en una alcancía siniestra, nuestra conciencia sólo se dispone a esperar, estatuarios, la moneda que cae como depósito, que tintinea pero detiene la vida.



Buenos Aires, 22 de octubre de 2016



*Sociólogo, ensayista. Ex Director de la Biblioteca Naciona
l

domingo, 23 de octubre de 2016

EL DESORDEN MUNDIAL: EL ESPECTRO DE LA DOMINACIÓN TOTAL, Por Leonardo Boff (Fuente:http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=797)


El desorden mundial: el espectro de la dominación total
2016-10-21

Leonardo Boff, teólogo de la liberación


Es el último título de Luiz Alberto Moniz Bandeira (Civilização Brasileira, 2016), nuestro más respetado analista de política internacional. El autor ha tenido acceso a las fuentes de información más seguras, a múltiples archivos, a lo que se une un vasto conocimiento histórico. Son 643 páginas densas, pero escritas con tal fluidez y elegancia que da la impresión de estar leyendo una novela histórica.

Moniz Bandeira es ante todo un minucioso investigador y, al mismo tiempo, un militante contra el imperialismo estadounidense, cuyas entrañas corta con un bisturí de cirujano. No sin razón fue preso entre 1969 y 1970 , y de nuevo en 1973, por el temible Centro de Informaciones de la Marina (Cenimar), por oponerse críticamente, en el contexto de la guerra-fría, al principal soporte de la dictadura: Estados Unidos.

Los materiales de que dispone le permiten denunciar la lógica imperial presente en el subtítulo: “guerras por procuración, terror, caos y catástrofes humanitarias”. Quien alimenta todavía admiración por la democracia norteamericana y procura alinearse con los designios imperiales (como hacen los neoliberales brasileros), encontrará aquí un vasto material para reflexión crítica y datos para una lectura del mundo más diferenciada.
Luiz Alberto Moniz Bandeira

Dos lemas orientan el centro de poder del estado norteamericano con sus innumerables órganos de seguridad interna y externa: “un mundo y un solo imperio” o “un solo proyecto y el espectro de la dominación total (full-spectrum dominance/superiority)”. Es decir, la política externa norteamericana se inspira en el (ilusorio) “excepcionalismo” del viejo “destino manifiesto”, una variante “del pueblo elegido por Dios, raza superior”, llamada a difundir en todo el mundo la democracia, la libertad y los derechos (siempre según la interpretación imperial que prestan a estos términos) y a considerarse (pretendidamente) “la nación indispensable y necesaria”, “ancla de la seguridad global” o el “único poder” (lonely power).

Ya en el siglo XVIII Edmund Burke (1729-1797) y en el siglo XIX el francés Alexis Tocqueville (1805-1859) presentían que el presidente norteamericano tenía más poderes que un monarca absolutista y que eso degeneraría en una military democracy (p. 55). Efectivamente, con George W. Bush a raíz de los atentados a las Torres Gemelas”, se instauró una verdadera democracia militar, con la declaración de la war on terror y la publicación del patriotic act que suspendió los derechos civiles básicos hasta el habeas corpus y dio permiso para las torturas. Esto, ciertamente, configura un estado terrorista.
George W. Bush

Como varios científicos norteamericanos, citados por Moniz Bandeira (p. 470), afirmaron: “ya no hay una democracia sino una economic élite domination a la cual debe someterse el presidente. Las decisiones son tomadas por el complejo industrial-militar (la máquina de guerra), por Wall Street (las finanzas), por poderosas organizaciones de negocios y por un pequeño número de norteamericanos muy influyentes. Para garantizar el “espectro de la dominación total” mantienen 800 instalaciones militares en el mundo, la mayoría con ojivas nucleares y 16 agencias de seguridad con 107.035 agentes civiles y militares. Como afirmó H. Kissinger: “la misión de América es llevar la democracia, si es necesario mediante el uso de la fuerza” (p.443). En esta lógica, de 1776 a 2015, o sea, en los 239 años de existencia de los EUA, 218 han sido años de guerra y sólo 21 años de paz (p. 472).

Se esperaba que Barack Obama diese otro rumbo a esta historia violenta. Ilusiones. Cambió solo los nombres, pero mantuvo todo el espíritu excepcionalista y las torturas en Guantánamo y en otros lugares fuera de Estados Unidos como en tiempos de Bush. A la perpetual war le dio el nombre de Oversee Contingency Operation. Por decisión personal (penal), autorizó cientos de ataques con drones y con aviones no pilotados, matando a los principales líderes árabes (p. 476).

Con cierta decepción, Bill Clinton constató: “Los Estados Unidos no han vencido ninguna guerra desde 1945” (p. 312). De Irak huyeron en silencio en la oscuridad de la noche (p. 508).

El libro de Moniz Bandeira entra en detalles mínimos sobre la Guerra en Ucrania, en Crimea y en el Estado Islámico en Siria, con nombres de los actores principales y fechas.
Bill Clinton

La conclusión es avasalladora: “Dondequiera que intervienen Estados Unidos con el specific goal of bringing democracy, el objetivo específico de llevar la democracia, esta se compone de bombardeos, destrucción, terror, masacres, caos y catástrofes humanitarias… entran para defender sus necesidades e intereses económicos y geopolíticos, sus intereses imperiales” (p.513).

La cantidad de informaciones presentadas sustentan esta afirmación, no obstante las limitaciones que siempre podrán ser aducidas.







jueves, 20 de octubre de 2016

POLÍTICA COMO CUIDADO PARA CON EL PUEBLO, Por Leonardo Boff (Fuente: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=795)


Leonardo Boff, teólogo de la liberación


Pasaron ya las elecciones municipales en un contexto político dramático, con un gobierno federal con baja credibilidad y con legitimidad discutible.

Gran parte de los políticos tienen como objetivo llegar al poder por intereses y una vez en el poder, promover la reelección. Muchos de ellos no viven para la política sino de la política. Se deforma así la naturaleza de la política como búsqueda del bien común. Y lo que es peor, el político interesado se sitúa por encima del bien y del mal. Sólo hace el bien cuando es posible y el mal siempre que sea necesario.

Pero es importante denunciar que se trata del ejercicio perverso del poder político. Max Weber en su famoso texto de 1919 a los estudiantes de la Universidad de Munich, desanimados por las condiciones humillantes impuestas por las potencias que vencieron a Alemania en la primera guerra mundial, La política como vocación, ya había advertido: «Quien hace política busca el poder. Poder como medio al servicio de otros fines o el poder por sí mismo, para disfrutar del prestigio que el poder confiere». Este último modo de poder político ha sido ejercido históricamente por gran parte de nuestras élites a fin de beneficiarse de él, olvidando al sujeto y destinatario de todo poder, que es el pueblo.
Max Weber

Necesitamos rescatar el poder como expresión político-jurídica de la soberanía popular y como medio al servicio de objetivos sociales colectivos. Sólo este es moral y ético. Es imperativo, pues, contar con políticos que no hagan del poder un fin en si y para su provecho, ligados a procesos de corrupción, tan largamente publicitados, sino una mediación necesaria para realizar el bien común, a partir de abajo, de los excluidos y marginalizados. El paleocristianismo llamaba a esto liturgia, que significaba: servicio al pueblo.

En este contexto queremos recuperar la figura sin par de político de los tiempos modernos que es Mahatma Gandhi. Para él la política «es un gesto amoroso para con el pueblo» que se traduce por el «cuidado del bienestar de todos a partir de los pobres». Él mismo confiesa: «Entré en la política por amor a la vida de los débiles; viví con los pobres, recibí parias como huéspedes, luché para que tuviesen derechos iguales a los nuestros, desafié a reyes, no sé cuantas veces estuve preso». Lo mismo se podría decir de otra figura ejemplar, Nelson Mandela, que después de decenas de años de prisión superó el apartheid de Sudáfrica.
Mahatma Gandhi

En estos tiempos de desesperanza política por causa del mucho odio que se extiende en la sociedad, y también por lo que no pocos denuncian como un golpe parlamentar-judiciario contra una presidenta consagrada por una elección mayoritaria, necesitamos reforzar a los gobernantes que se proponen cuidar del pueblo y hacer que el cuidado sea la línea de conducta de la vida social en el municipio, en el estado y en la federación.

A decir verdad, Brasil necesita urgentemente de quien cuide de los pobres y marginados. Lula y Dilma se propusieron intencionadamente cuidar y no administrar al pueblo, mediante políticas sociales de rescate de su vida y su dignidad. Actualmente predomina una política que cuida menos del pueblo y más de los ajustes rigurosos en la economía, de la estabilización monetaria, de la inflación, de la deuda pública federal y estatal, de la privatización de los bienes públicos y de nuestra alineación con el proyecto-mundo. Todo esto se hace sin escuchar al pueblo e incluso en contra de derechos sociales a duras penas conquistados.

Que no se diga que tal diligencia representa el cuidado para con el pueblo. Cuidado meticuloso y hasta maternal lo hay, sí, para con las élites dominantes, para con los bancos y para el sistema financiero nacional e internacional que tiene lucros exorbitantes.

En lugar de cuidado, en la política hay administración de las demandas populares, atendidas de forma paliativa, más para acallar la inquietud y ahogar la revuelta justa que para atacar las causas de su sufrimiento.

El cuidado para con el pueblo exige conocer sus entrañas por experiencia, sentir sus llamadas, compadecerse de su miseria, llenarse de iracundia sagrada y escuchar, escuchar y una vez más escuchar. Debería haber un Ministerio de la Escucha, como existe en Cuba. En este Ministerio deberían estar los discípulos de Paulo Freire y no los seguidores de Pavlov y de Skinner, maestros de una visión mecanicista de la vida humana.
Paulo Freire

Escuchar la saga del pueblo, sus padecimientos y sus esperanzas, las soluciones que encontró, el Brasil que sueña. Él quiere bastante poco: trabajar y con su trabajo dignamente pagado, comer, vivir, educar a los hijos, tener seguridad, salud, transporte, cultura y tiempo libre para seguir a sus equipos preferidos y hacer sus fiestas y músicas. Pero lo que más quiere es dignidad y ser reconocido como persona y ser respetado.

El pueblo merece ese cuidado, esa relación amorosa que espanta la inseguridad, proporciona confianza y realiza el sentido más alto de la política.





martes, 18 de octubre de 2016

CORREA: "UN GOBIERNO DE TRUMP ES MEJOR PARA AMÉRICA LATINA", Por Heinz Dieterich, para Vagos Peronistas


Donald Trump
Hillary Clinton
Heinz Dieterich
Heinz Dieterich 15.10.2016

Correa: “Un gobierno de Trump es mejor para América Latina”

1. Caos ideológico de los “progres”

En el “Encuentro Latinoamericano Progresista” (Quito, 29/30.09), el presidente ecuatoriano Correa fue preguntado, si era una broma su afirmación, que “para América Latina el candidato preferencial sería Donald Trump”. Correa contestó que para América Latina era mejor que ganara Trump. “¿Cuándo llegaron los gobiernos progresistas al poder, con Obama o con Bush? Era tal el rechazo a las políticas elementales de Bush, que generó toda una reacción en América Latina. Lo mismo generaría Trump. Exacerba las contradicciones, pero por el bien de Estados Unidos y por mi aprecio personal hacia ella, quisiera que gane Hillary (Clinton)”. ¿Cómo se explica que una persona inteligente como Correa haga una declaración tan inconsistente y científicamente absurda? Inconsistente, porque si Trump es mejor para la Patria Grande, ¿por qué quiere Correa que gane Hillary Clinton? Absurda, porque en el actual contexto hemisférico su hipótesis de correlación --A mayor opresión, mayor unificación-- es una nonsense correlation, una correlación sin sentido empírico.

Por supuesto, en una entrevista televisiva (RT) siempre es posible equivocarse. Pero, la importancia de este caso, al igual que los comentarios de su canciller franco-británico sobre la democracia, consiste en que refleja la incoherencia ideológica que reina en los protagonistas de la Revolución Bonita latinoamericana y que contribuye estructuralmente a la incertidumbre política de las masas.

2. ¿Quién se beneficiaría en AL con Trump?

Trump es un abusador sexual misógeno que quiere abolir los derechos más elementales de las mujeres, conquistados en siglos de lucha. Ese bully se ha aliado con los grupos sexistas más reaccionarios de Estados Unidos, como la Pro-Life Coalition, en contra del derecho de la mujer al aborto y la planeación familiar. Asimismo, se ha comprometido a nombrar jueces anti-aborto a la Corte Suprema de Justicia. En consecuencia, la mitad de la población latinoamericana (mujeres) saldría perjudicada existencialmente en sus derechos vitales. Se abre un abismo valórico entre el intelectual Correa y el hijo campesino Mao Zedong, quién siempre sostuvo, que las mujeres “sostienen la mitad del cielo”.
Mao Tze Tung


Sin embargo, el bully sexista Trump no sólo es misógeno, sino también racista y xenofóbico. Para impedir el cruce de los inmigrantes fácticos a Estados Unidos pretende construir una gigantesca muralla en la frontera sur, pagada por México. Para él, los mexicanos son esencialmente “violadores” y traficantes de drogas, hecho por el cual reclama la expulsión de once millones de ellos (sic). Los islámicos, a su vez, son básicamente “terroristas”, que hay que alejar del país.



Las inversiones directas estadounidenses en América Latina deben regresar a “God´s own country”. Si no, hay que penalizarlas fiscalmente, por ejemplo, imponerle un impuesto aduanero de 35% a las importaciones mexicanas (y 45% a las chinas), aunque esto generaría una crisis económica generalizada en la Patria Grande y, a nivel mundial. Como miembro de la plutocracia gringa prácticamente no paga impuestos y se ufana de su calidad de parásito fiscal como “genio empresarial”; pese a que los ciudadanos pobres pagan su parasitismo con la miseria social. Tiene una gravitación natural hacia la violencia y el abuso. Aboga abiertamente por torturar a los familiares de “terroristas”, como hicieron los Nazis. Con la presidencia, se le daría el botón nuclear, en un sistema político totalmente corrupto y un Pentágono y la CIA, llenos de figuras como Herostratus, pero nucleares. Durante la Guerra de Yom Kippur entre Israel y los países árabes (1973), se ordenó de emergencia a las fuerzas nucleares estadounidenses, “preparar la guerra nuclear contra la Unión Soviética”. Los oficiales no podían consultar al Presidente Nixon, porque estaba borracho. Henry Kissinger, no elegido por nadie, se hizo cargo de la situación. En este sistema, bajo la Constitución estadounidense, una orden del presidente Trump de usar armas nucleares, no podría ser vetada por nadie. Hace algunos meses, Trump preguntó tres veces en una hora a un experto de política exterior, por qué, si Estados Unidos tenía armas nucleares, no podía usarlas (“if we have them why can't we use them?"). ¿Ya lo habrá entendido? Last but not least, Trump ya anunció que cancelará los avances de Obama con Cuba y amenazó, genéricamente, a todos los gobiernos populares latinoamericanos. A la luz de esos hechos, y se podrían mencionar muchos más: ¿Existe algún método de optimización racional que permite afirmar, que a América Latina Trump le conviene más que Clinton?

3. Trump y Clinton ante la Patria Grande

La diferencia esencial para la Patria Grande, de eventuales presidencias de Clinton o Trump, es la previsibilidad. Ambos son lumpen-políticos y demagogos del gran capital, del complejo militar-industrial-financiero. Como tales ejecutarán la misma política exterior frente a América Latina, que impusieron sus antecesores. Pero, Clinton es más previsible y controlable, que Trump. Y, por eso, ni un sólo presidente (CEO) de las primeras cien empresas más importantes de Forbes ha donado un sólo centavo a Trump. El Gran Capital sólo extiende una carta blanca a un estrafalario, aunque sea de su propia clase, cuando los riesgos de la inversión son previsibles. Trump no cumple con esta condición. Por eso, carecía desde el inicio del apoyo genérico de la oligarquía.

Rafael Correa
4. La verdad que Correa calló

Correa debía haber dicho, para no faltar a la verdad, que Trump le conviene a la Federación Rusa. Porque dentro de su ignorancia, incultura y demagogia general, cuenta con una “virtud”. No comparte la narrativa hitleriana y las provocaciones bélicas con tendencia hacia la guerra nuclear, de los neofascistas (neocons) Clinton, Obama, Bush, contra Rusia. Su posición sobre Siria, Iraq, DAESH, etc., es absolutamente correcta, porque está basada en los hechos y el sentido común, no en el belicismo criminal y demagógico de los neofascistas. Esta verdad le hubiera convenido, inclusive, en lo personal, en cuanto a su proyecto de retiro bohemio post-2017, en Bélgica. Clinton nunca perdonará, que el único obstáculo a su elección fue Wikileaks. Y, Wikileaks es Julián Assange en la Embajada del Ecuador en Londres. Si Clinton decide, después del 2017, cobrarle a Correa el favor que le hizo a Assange, no tendrá ninguna seguridad en la Unión Europea, que no es más que un apéndice neocolonial del Pentágono, de la CIA y del State Department. Sus únicos refugios invulnerables serían Moscú o Beijing.

5. Revolución bonita y misión clasista

El hecho, de que un hombre inteligente como Correa exprese semejante superficialidad en la importante televisora global Russia Today, superficialidad que confunde aún más a los pueblos latinoamericanos, indica la incertidumbre ideológica que ha invadido el software de los protagonistas de la revolución bonita. Ven el implacable roll back (avance) del monroeísmo gringo y su invalidación de todas las estrategias progresistas disponibles: el desvanecimiento del Socialismo del Siglo 20, en Cuba; la desaparición de la lucha armada cuál vía al poder, en Colombia y el fracaso de su propio desarrollismo socialdemócrata, en Venezuela, Brasil, Argentina, y también en Europa (Syriza, Podemos, los Verdes, etc.). Pero, por su carácter de clase como políticos e intelectuales burgueses, potenciado por la amenaza de destrucción monroeísta, carecen de una propuesta civilizatoria post-capitalista del Siglo 21. Atrapados en la inminencia sistémica, inventan utopías y fraseologías que la clase dominante global convierte en distopías, cuando quiera.

6. La métrica de la liberación

La tarea de la crítica consiste en “deshacer las flores imaginarias” de las cadenas oligárquicas ---die imaginaeren Blumen an der Kette--- para que el hombre tire las cadenas y goce de las flores auténticas de la vida. Contra esta métrica ética-política de la praxis y liberación humana, formulada por el genio de Karl Marx en 1843, debe medirse todo enunciado público. En una escala de cero a diez, los intelectuales orgánicos de la Revolución bonita estarían en el nivel tres. Y esto es más grave cuando la Patria Grande es huérfana de consejos estratégicos, porque las voces de los grandes líderes como Fidel, Hugo Chávez, Lula y Marulanda, han desaparecido. Hay que resistir las tentaciones, particularmente fuertes en los países andinos, de llenar el silencio de los Grandes con bramidos.