lunes, 27 de febrero de 2017

LA EXPERIMENTACIÓN, Por Horacio González (Fuente: Página 12, 26/02/17)

Horacio González


Poco a poco, hemos despertado a la evidencia. Las acciones, las frases, las decisiones del gobierno de Macri, incluyendo sus viajes a España o adonde sea, componen una gran experimentación. Pero sobre lo humano sin más, no sobre ninguna otra materia específica. El ensayo y error es apenas uno de sus capítulos. La experimentación va más allá. Es una experimentación sobre la condición humana misma. Disciplina trabajadores, las crecientes cuotas de despidos tienen razones económicas pero también de experimentación sobre las vidas ajenas. Derraman miedos subterráneos o explícitos, mantienen una permanente represión en las conciencias, sea brusca, sea sutil. Pero no es solo eso. El gobierno de Macri está inspirado por una idea de experimentación total sobre las existencias. Sobre sus condiciones morales, laborales e intelectuales. Y sobre los escenarios mismos de sustento de la idea de persona. Persona como identidad, trabajo y libre disposición para la esfera afectiva pública y privada. A eso apunta la experimentación, a vulnerar esas instancias de reconocimiento entre personas, construidas en forma autónoma a través de sus propias biografías.

Bajo una leve cutícula Constitucional –nunca la Constitución fue más veces violentada en tan poco tiempo– el gobierno de Macri pone al conjunto del pueblo argentino, incluidos sus votantes, bajo el signo de la experimentación total. No es simplemente la derecha neoliberal que muchos vieron y con justa razón denunciaron, sino un poder de experimentación sobre valoraciones, deseos y creencias de la población. Este hombre que en su indecorosa megalomanía afirma “que se levanta todas las mañanas pensando solo en nosotros”, desea provocar una transfiguración general a escala completa del pueblo argentino, como ha dicho en España, una “autopurificación”. Si alguien cree que eso es posible, ya desde hora tan temprana del día, ¿cómo no va a adoptar innumerables clisés para presentarse como “el que escucha”, el que sabe “volver a fojas cero”?

Es así que esta escuela de la experimentación total sobre lo humano no tiene dificultades para volver continuamente a ese mítico lugar iniciático, epifanía de una verdad de origen. La fundacional “foja cero”. Esta frase es precisamente la autodefensa para seguir aplicando la experimentación que mezcla inclemencia y simulado candor purificante. Pero de lo que trata exactamente, es de la cancelación de la forma crítica de la conciencia. Por eso, cualquier cosa efectuada puede esfumarse fácilmente. ¿Por qué darle mayor importancia a lo actuado, si la posibilidad de borramiento es la clave de la experimentación mágica sobre lo humano? Los hombres y mujeres son frágiles cáñamos de humo, juncos provisorios. ¿Por qué no comprenderían el reloj incesante que nos lleva a tachar un paso dado, si la realidad es invisible o amoldable? Bastan las decisiones sigilosas, fuera de la mirada pública. 

Millones de twitters mandados por robots lo confirman. ¿Vimos alguna vez alguna rebelión por el hecho de suministrarle a los desesperanzados la medicina de los protocolos mecanicistas o conductistas? La escuela gubernativa de la experimentación a tiempo completo, convierte la esperanza en pauta obligatoria, materia de probeta, objeto de una marea de mensajes mandados desde la Agencia Nacional de Trolls, (¿quizás la llamaríamos ANT?, reemplazo adecuado del ya desactualizado Gran Hermano.

La experimentación sobre la condición misma de lo humano anula el libre juego de las pasiones, transmuta todo movimiento en algo a ser inspeccionado por máquinas de lenguaje y reduce la política a la técnica del carpetazo. Un país en manos de la tecnología del carpetazo, corre el riesgo de la reducción de cada vida a información calificada, encriptada en una serie de bits, que se traducen en acciones infamantes según el orden que les dicta alguna oficina secreta. El lenguaje informático que se impone nos ayuda a pensar en el valor de las criptas. Esta podría tener en su puerta de acero el slogan “cada vida es un breve puñado de bits”. Así, cada uno, no importa oficio, edad o cualidades, tendrá su carpeta. El carpetazo es abrir las vidas por medio de una disección súbita, desparramando sus ingredientes, histórica y silenciosamente sedimentados. Experimentar sobre lo humano es entonces la creación de los hombres encarpetados. 

Somos hombre y mujeres encarpetados. Nuestra carpetas viene del experimento sobre lo humano, allí están anotados nuestros miedos y reservas de amistad o de confianza, de simpatía o de odio. Gobiernan sobre nuestras vísceras inmanejables para convertirlas en amortiguadas; las disecan. Lo experimental sobre la condición humana es la necia sabiduría de quienes explotan ese jardín neolítico de pasiones para crear poderes sigilosos, trans-constitucionales, para el cándido amor de las poblaciones. Experimentar sobre lo humano provoca la liberación de un contenido que fue previamente calculado y figurado por los aparatos automáticos que seleccionan las entrañas a ser expuestas. 

Queremos dejar de vivir encarpetados, protocolizados. Que ciertas profesiones, médicos, ingenieros, jueces, precisen de protocolos o mejor de un orden justo de procedimientos y que haya códigos para eso, es aceptable, necesario. No es aceptable, en cambio, que la democracia se convierta en un Procedimiento Encriptado, en una Carpeta regulada por la Experimentación que cuando abre los folios que están a la espera, se festeja en los bunkers clandestinos del estado el daño producido en los otros. Era para mandar a alguien al cadalso. Eso no es democracia. Eso no es república. Es experimento, atenazamiento obligatorio bajo la fachada del “look”.

Lo humano es una elaboración sobre la libertad que examina sus propios focos de necesidad, la posibilidad argumentada de renegación verdadera de un acto, el juego incesante entre el perdón y la promesa. Esto es parte de la condición humana. Nada tiene que ver con el método del ensayo y error, presentado como propio del que sabe reconocer sus traspiés, pero que en realidad es una fórmula de control y de ajuste del cálculo de daños. La clase empresarial que gobierna no cree estar actuando en la incerteza, que reserva para las vidas populares, para la “gente”. Cuando sienten la incerteza en sus propias filas, aplican algún ítem del Laboratorio de Fojas Cero, que decreta no haber ocurrido lo que sí ocurrió. Está la historia de la carta robada. El Correo es la historia amplificada de esa vergonzosa sustracción.

No se trata de una simple manipulación, cómo se le atribuía a los medios de comunicación de hace dos o tres décadas. La experimentación sobre lo humano implica creer que siempre “se sabe lo que puede un cuerpo y lo que precisa una conciencia”. Entonces toda relación interpersonal o laboral se somete a protocolos o reglamentaciones que descartan todo excedente, sobrante o exceso. Es decir, lo que toda relación tiene de gratuito, de generoso, de interés desinteresado, de negligencia cariñosa o de busca del tiempo perdido. Lo propio de humano es ese excedente, la libertad para usar pretextos fraternos, el señuelo amoroso inesperado, el margen no escrito de tolerancia difusa en todo el tejido de la vida cotidiana, el error involuntario que lleva implícito el futuro aprendizaje. 

En cambio, para los desindustrializadores del macrismo, lo inmaterial de lo humano se “industrializa”. Los cuerpos se disciplinan, no hay contrato social ni electoral. Nunca lo hubo. No está mal que ahora se diga, en lo que produce la política argentina inmediata, que ellos “rompieron el contrato electoral”. Pero eso nunca lo hubo ni pretendieron que lo haya. Pudo haber promesas, reuniones, conciliábulos entre quienes se impusieron a sí mismos creer en vagos ofrecimientos. Ahora es saludable que den un paso más y se den cuenta de lo que realmente significaba eso como experimento general de conversión de personas. 

Se experimenta sobre lo humano cuando al fingimiento lo llaman sinceridad, se experimenta sobre lo humano cuando en la hipocresía propia creen ver la ajena, cuando en el llamado a la esperanza futura tropiezan con rutinas concretas del presente que deliberadamente la anulan. La verdadera esperanza es grave. A revés, el esperanzador por experimentación vigila livianamente, detrás de un vidrio oscuro, donde no puede ser visto. Y desde allí observa a sus criaturas, que esperan ser moldeadas por la Big Data. No de otro lado han salido frases como grasa militante o descomer. No son frases, son las estructuras mismas de los actos de gobierno. 

Nuestras vidas están encarpetadas. Somos los encarpetados, los hombres y mujeres de hojarasca. Ellos buscan en nuestros pliegos, en la historia sindical argentina convertida en bibliorato del laboratorista, las astucias necesarias para modificar las condiciones de las ART, la flexibilización laboral, la fijación de límites de las paritarias o presionar a la materia blanda que encuentran en un sector del parlamento. Quieren marchar hacia una felicidad idolátrica obligatoria, de entusiasmos reglamentados, masilla plástica que cincelan con ceremonias de trastienda, ese mundo de escuchas y transcripción de conversaciones que fusionan con un sello de vigilancia y amalgama final de lo público y lo privado. 

Cuando esa fusión se complete, estará listo el llamado general a confeccionar individuos sin dialécticas internas, individuos con cuerpos sin órganos, en suma un país ajeno a sus habitantes. Pero mantendrán por formulismo las fechas patrias. El pensamiento empresarial dominante es totémico. Se equivoca quien piense que el empresariado ligado a esta nueva situación valora en términos de amplitud histórica la economía. Pero no se animarían al verdadero acto mágico que significaría llamarnos a festejar como feriados el Día del Jaguareté o del Zorrito. El experimentador con las vidas ajenas es también timorato, esa decisión “no está en carpeta”. Revelaría su mezquindad, pues disposiciones de este tamaño solo la podrían interpretar o discutir los partidarios de nuevas sociedades liberadas, hecho que de nuevo nos devuelve a la historia, pues solo allí ocurren esos grandes sucesos.

https://www.pagina12.com.ar/22467-la-experimentacion

jueves, 23 de febrero de 2017

TRUMP Y MADURO EN CAÍDA LIBRE, Por Heinz Dieterich, para Vagos Peronistas


Heinz Dieterich


Heinz Dieterich, para Vagos Peronistas. 21.2.2017

Trump y Maduro en caída libre

1.Rebelión militar contra Trump

Cuando la policía política de Estados Unidos, el FBI, graba clandestinamente los telefonemas del Asesor de Seguridad Nacional y confidente del Presidente Donald Trump, el generalMichael Flynn, para después publicarlos en la prensa imperial (Washington Post); cuando la máxima Agencia de Espionaje Mundial imperialista, la National Security Agency (NSA), deja de enviar sus análisis diarios sobre la situación de seguridad nacional a Trump, su Comandante en Jefe; cuando el general Tony Thomas, Jefe del Comando de Operaciones Especiales (Special Operations Command, ¡sic!) de las Fuerzas Armadas estadounidenses, que tiene constitucionalmente prohibido meterse en política, dice en una conferencia militar, que “Nuestro gobierno sigue en un desorden increíble. Espero se arregle pronto, porque somos una nación en guerra -- “Our government continues to be in unbelievable turmoil. I hope they sort it out soon because we’re a nation at war”; cuando el Presidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, John McCain, se pronuncia públicamente, diciendo que la renuncia de Flynn es una “indicación preocupante” de la “disfuncionalidad del actual aparato de seguridad nacional” y que es “imperativo” que Trump escoja un nuevo Asesor de Seguridad Nacional adecuado; cuando ese nuevo Asesor de Seguridad Nacional, el vicealmirante (ret.) Robert S. Harward, ex Navy SEAL (comando de la marina), rechaza la oferta de Trump, calificándola como un “sandwich de mierda”, “a shit sandwich”; cuando el ex Director de la CIA y Secretario de Defensa, Leon Panetta, dice que nunca ha estado “tan nervioso sobre lo que pueda pasar…en la Casa Blanca”, que no sabe si “es capaz de responder de una manera pensante” a una crisis, y que no se puede permitir que “el cambio se convierta en caos”, entonces se entiende que el fálico Trump entra en pánico y se refugia en el útero electorero de sus delirios: la Florida. Ahíse dio un extenso baño de narcisimo con los correligionarios de sus delusiones y mentiras, para reparar el ego severamente dañado por los certeros golpes del complejo militar-industrial-neocon.

2. Tigre de Papel

Contrariamente a lo que pretendía lograr Trump en la Florida, el evento no mostró fuerza, sino que reveló el estado calamitoso en que se encuentra. La magia de la campaña electoral es cosa del pasado y sus amenazas, promesas y bromas, ya no surten el efecto arrollador del 2016. Parecía un temible depredador hace tres meses. Ahora no es más que un payaso y, como dice la antigua frase china, un zhǐlǎohǔun, un tigre de papel. Ante los mazazos de la fracción más fuerte de la clase dominante --el complejo militar-industrial-de inteligencia y su brazo político, los neocons (neofascistas)--empieza a entender que su infantil utopía de rehacer el sistema oligárquico a su medida, ya está siendo derrotado. Y en su desesperación distópica, para frenar su derrumbe, no se le ocurrió otra estratagema, que declarar que los medios, el NYT, NBCNews, ABC, CBS, CNN, son “los enemigos del pueblo estadounidense” – “the enemy of the American People!”

3. Rumbo al colapso

Si Trump alguna vez hubiera estudiado al más grande genio militar latinoamericano, Fidel Castro, o a Sun Tzu o von Clausewitz, hubiera entendido que la mejor guerra es la que no se hace. Pero, cuando se está obligado a hacerla, hay que concentrarse en un solo frente, no abrir campos de batalla por doquier.En las pocas semanas en la Oficina Oval, ya ha sido derrotado tantas veces de manera humillante, y sembrado tal caos interno y geoestratégico, que la power elite (elite hegemónica) se ha convencido de que es un bufón prescindible y disfuncional para el sistema. Y, que, a la primera ocasión hay que “congelarlo” o remplazarlo. Es evidente, que el Presidente George Bush también era un bobo e ignorante como Trump. Pero, fue tolerado, porque era un bobo útil que obedecía sumisamente a las órdenes de la oligarquía. No era más que un coolie del sistema.

4. Un Calibán fuera de control

Trump, en cambio, actúa como si tuviera la libertad y autonomía de ser su amo. Es un Calibán fuera de control, como los dictadorzuelos tercermundistas históricos Saddam Husseín y Manuel Noriega, o los actuales Maduro, Kim Jong-un y Duterte, y por eso no tiene futuro. Fue obligado por China a capitular sin pena ni gloria en el asunto de Taiwan; por la justicia estadounidense en su veto migratorio (Muslim ban); por Rusia en el problema de Crimea; por los demócratas, que le aplicaron la estrategia del Tea Party en el tema del Obamacare y así, de derrota en derrota. El halo de vencedor ha desaparecido y la balanza del poder se ha inclinado en su contra. O cambia su estrategia cualitativamente, o no tendrá salvación.

5. Maduro y Trump: almas gemelas en la burbuja

Maduro y su régimen autocrático se encuentra en la misma situación. Al igual que Trump, se hunde cada vez más en su burbuja de delusiones y mentiras, quetiene como única salida la Solución Sandinista, que hemos descrito anteriormente. Contrariamente a lo que piensan los autócratas Maduro, Cabello, Trump et al, el tiempo no trabaja en su favor.En su universo alterno, los sensores de cambio no están calibrados, no captan las variaciones del entornoy la dialéctica de la praxis ha sido sustituida por los reflejos condicionados de Pavlov; como cuando, por ejemplo, Maduro o la canciller comentan algún acontecimiento internacional, o cuando sus “gigantes económicos” ministeriales emiten sus bizarros comentarios sobre la arruinada economía nacional.

6. Madurismo sin Maduro

Ni siquiera la intervención directa de la camarilla del poder estadounidense, con 34 congresistas pidiendo a la Casa Blanca actuar contra el gobierno venezolano, y la subsiguiente intervención judicial política contra el Vicepresidente Tareck el Aissami, parecen despertar alguna cabeza pensante en el tragicómico equipo político del Palacio de Miraflores. La función política de esta intervención es evidente: evitar un“Madurismo sin Maduro”. Tareck el Aissami era la última carta de dirigencia del futuro que le quedaba al Madurismo. Con la inhabilitación de facto de El Aissami, el Madurismo se queda sin retaguardia. En términos militares, le cortaron el acceso alhinterland --la profundidad estratégica-- en la guerra por su sobrevivencia. La última oportunidad política que tiene el Madurismo es,pactar una Solución sandinista debilitada con sus adversarios y negociar el asilo político para Maduro y demás responsables del desastre, en Cuba, Rusia o China. Porque, a diferencia del inepto e ignorante magnate inmobiliaria newyorkino, quien disfrutará sus riquezas ilegitimas en paz después de su remoción del cargo, a sus homólogos venezolanos no les espera otro destino que el de Noriega o Gaddafi.

martes, 21 de febrero de 2017

"ILUSTRES INCERTIDUMBRES", Por Tomás Sapia ("), para Vagos Peronistas

Tomás Sapia



Alguien dijo que hay que enseñar a los chicos a vivir en la incertidumbre, espero haber entendido mal. 

Incertidumbre por la seguridad personal, incertidumbre por el trabajo, incertidumbre por los medicamentos.

Estebán Bulrich, y sus ilustres incertidumbres
Chomsky dice que un pueblo asustado es mucho mas maleable que un pueblo seguro de si y de sus autoridades. 

Esto me recuerda al "vivere pericolosamente" del fascismo.

El Código Penal Italiano de aquella época comenzaba con el capítulo de los derechos del Estado. 

El Estado antes que las personas, y los bienes.

Los código liberales (en el buen sentido) comienzan por los delitos contra las personas, poniendo al ser humano en primer lugar.

No nos engañemos esa expresión de un funcionario, no es ni siquiera fascista y ello por el apañamiento de los delitos contra el Estado que es moneda corriente.

 (") Tomás Sapia, es abogado, jubilado de la Superintendencia de Seguros de la Nación, cinéfilo exquisito, y agudo observador de la política argentina.



Reflexión del editor :


"Ilustres incertidumbres", era la definición de Jorge Luis Borges, para referirse a la metafísica. 

La de Bulrich es una metafisica inmedidata y brutal, el viejo afán oligárquico por destruir plenamente los derechos laborales del peronismo, instalados definitivamente en la Argentina.

En las redes sociales, un articulista dijo algo así: reemplacemos nuestras incertidumbres, y transmitémosles las incertidumbres a ellos, por ejemplo una: "si van a terminar el mandato". 

A Juzgar, por las medidas de gobierno, ellos tienen  muchas certezas. Por ejemplo, la de los Jueces Laborales: quienes decidan de manera contraria a sus intereses, merecen juicio político. 

¡Extrañas incertidumbres solicitan al pueblo llano!, las que jamás van a soportar ellos, porque están todos muy aferrados a sus intereses, fortunas, y empresas privadas.