lunes, 23 de marzo de 2015

La Memoria de un vals, por Claudio Javier Castelli

Vuelve incontrastablemente vuelve, cuando avanzamos, cuando vamos hacia otro lado, cuando giramos en un punto,  nos sorprende, nos deja sin respiración, y miramos para atrás, como tratando de emular el sentimiento de la unidad esencial de la existencia, como diciéndonos que la memoria es infinita, aun en los momentos más inesperados, en una plaza en Buenos Aires, en una reunión, en un sueño; era un vals, que empezamos a tararear escuchándola cantar a Julia Elena Dávalos, a principios de los setenta:

"Buscaba mi alma con afán tu alma, 
buscaba yo la virgen que mi frente 
tocaba con su labio dulcemente 
en el febril insomnio del amor.
Buscaba la mujer pálida y bella 
que en sueño me visita desde niño, 
para partir con ella mi cariño, 
para partir con ella mi dolor.
Como en la sacra soledad del templo 
sin ver a Dios se siente su presencia, 
yo presentí en el mundo tu existencia,
 y, como a Dios, sin verte, te adoré."

Pero esa interpretación de Julia Elena Dávalos, su forma de respirar, una voz que deshilvana el silencio de tantos años pasados.

Aquí, en Argentina, ese vals lo registraron varios, Antonio Tormo, entre ellos, como recopilación de la memoria de Mendoza, en verdad era del poeta mejicano Manuel María Flores.

"Amémonos mi bien en este mundo, 
Donde lagrimas tantas se derraman, 
Las que vierten quizás los que se aman 
Tienen un no se qué de bendición.
Amar es empapar el sentimiento, 
Con la fragancia del Edén perdido, 
Amar, amar el llevar herido, 
Con un dardo celeste el corazón.
Es tocar los dinteles de la gloria, 
Es ver tus ojos, es escuchar tu acento, 
Es en el alma llevar el firmamento 
Y es morir a tus pies de adoración".
 
Tuve muy buena profesora de música, en la primaria y la secundaria: “Chela” Medina, que me hizo amar el folclore. Ese tiempo coincidió, con las décadas de oro de de esa música, los sesenta y setenta.

Recuerdo la armonía de las melódicas interpretando en la primaria “Tonada del Viejo amor”, de Eduardo Falú y letra de Jaime Dávalos:

"Yo nunca te he de olvidar, en la arena me escribías. El viento lo fue borrando y estoy muy solo mirando el mar".

¡Qué lindo cuando una vez, bajo el sol del mediodía, se abrió tu boca en el beso, como un damasco lleno de miel!

Herida la de tu boca, que lastima sin dolor. No tengo miedo al invierno con tu recuerdo lleno de sol.

Quisiera volverte a ver, sonreir frente a la espuma: tu pelo suelto en el viento, como un torrente de trigo y luz.

Yo sé que no vuelve más el verano en que me amabas; que es ancho y negro el olvido y entra el otoño en el corazón

Entonces la niñez que va hacia la adolescencia, pero no abandona el ser niño, ni aun cuando las trencitas de las niñas ocultaban sonrisas entre ellas.

Pero regresa, Julia Elena Dávalos, en esa interminable cacería y con esa tempranera novia adolescente, que nos acompaño todos esos años, de ir y venir, de amarse y despedirse, y volverse amar y volverse a despedir, de alguna forma hoy es “la fragancia del "Edén perdido"”.

“Amémonos mi bien en este mundo”; mundo que no entendíamos del todo, militares, Perón en el exilio; pero me acuerdo de "mayo del 68", porque coincidió con un Peugeot 504 de avanzada, que tenía techo corredizo, y en el pueblo hacían pinta los más grandes con esos Peugeot último modelo, llegó con Mayo del 68, con el primer “Boliche” que se abrió en el pueblo “Mondo Giovani”, los dueños se besaban en la playa, y eso no era tan común en el pueblo, escuché cuchichear a los grandes cuando lo hacían. Eran hippies o eso creía yo.

Como la canción de Serrat: “si alguna vez fui bello y fui bueno, fue enredado a tu cuello y tus senos”; amor de cartas y río, de cartas que se arrojaron en el hueco de la escalera, como en la novela de Manuel Puig: “Boquitas Pintadas”, y en la hermosa película de Torre Nilsson. 

Cuando vi la película en 1982 presentí, lo que hoy ya nos presagio: “es andar sin pensamiento”.

Pero esa interpretación de Julia Elena Dávalos, su voz de mujer nueva, como en final del poema “Alta marea” de Enrique Molina:

“todo vuelve a su crimen como un alma encadenada a su dicha
y a sus muertos
todo fulgura como un guijarro de Dios sobre la playa
unos labios lavados por el diluvio
y queda atrás
el halo de la lámpara el dormitorio arrasado por la vehemencia
del verano y el remolino de las hojas sobre las sábanas vacías
y una vez más una zarpa de fuego se apoya en el corazón
de su presa
en este Nuevo Mundo confuso abierto en todas direcciones
donde la furia y la pasión se mezclan al polen del Paraíso
y otra vez la tierra despliega sus alas y arde de sed
Intacta y sin raíces
cuando un hombre y una mujer que se han amado
se separan”

Molina decía que la vida es similar a la condena que los dioses griegos le dieron a Tántalo, hombre condenado a soportar hambre y sed perpetuas, todo estaba a su alcance, pero cuando se iba a servir se alejaba de su presencia.

Tal vez lo dijera porque cuando lo conocí tenía, 82 años. Quizás en la juventud no haya sido así, pero en la madurez oigo interpretar el vals "Amémonos" a Julia Elena Dávalos, en un teatro donde todos los asistentes se han retirado, termina una interpretación y empieza otra ininterrumpidamente, y así durante toda la vida.




sábado, 21 de marzo de 2015

Juana P. Manso, la Educación Pública y los Derechos de la Mujer por Claudio Javier Castelli



Juana P. Manso
(El siguiente es un artículo, que hace algunos años publiqué en el periódico Reflexión Bautista, como hace unos días se celebró el día internacional de la mujer, y en proximidades del 24 de Marzo, quería reproducir el artículo)




Hace algunos años participé de una charla sobre los derechos de la mujer, que daba un sacerdote, había algo en el ambiente de la conferencia que no cerraba, no creía que fuese un religioso y, en especial un sacerdote católico el que tuviera a su cargo la defensa de los derechos femeninos. Hay algo, que parece no ser apoyado por la historia; sin embargo, tampoco creo, que las reivindicaciones de género sean sólo sustentadas por las mujeres, si además no son acompañadas por los hombres, que en muchos casos son los victimarios de la condición de aquellas.


Estas cosas me pregunto al tratar de hablar de alguien, que inspira mucho respeto, como la nombrada Manso, considerada como la mujer más destacada del Siglo XIX argentino, su planteamiento fue realmente atrevido. Hizo lo que ninguna mujer hubiera osado: se negó a aplicar lo que ella llamaba virtudes negativas: callar, ignorar y obedecer. El uso de la palabra escrita fue su principal arma, poderosa a la vez que sencilla, pero que encendió no pocas mechas con una elegante ironía. Fue pródiga en estímulos para las mujeres en las que veía el germen o expresión de su propia conciencia.

Apoyó la Ley del Matrimonio Civil que otorga derechos a la mujer, así como los derechos del niño y la eliminación de castigos físicos hacia él.

Nació en Buenos Aires, el 26 de Junio de 1819, hija del ingeniero andaluz José María Manso y de la porteña Teodora Cuenca. Bregó por ampliar la participación de la mujer en el campo de la educación y por anular las discriminaciones impuestas por su condición de género. Había leído con fruición a George Sand y a Concepción Arenal.

Fue periodista, novelista, poeta y educadora, destacándose en todos esos aspectos de su personalidad batalladora. Sus vínculos con figuras del protestantismo en Buenos Aires, y el exterior, a la vez que con hombres de pensamiento liberal (como algunos de los exiliados Montevideanos, como José Marmol; y como Avellaneda, Mitre y Sarmiento) la llevaron a acercarse a las iglesias anglicana metodista y, finalmente, a abrazar la fe evangélica a los 46 años de edad,decisión en la cual tuvieron lugar preponderantemente sus lecturas de la Biblia. 

En las Sagradas Escrituras encontró el solaz que necesitaba su alma, tras el abandono del que fue objeto por parte de su esposo, como también por las constantes críticas a su accionar y a su persona, al parecer poco agraciada físicamente.

Conoció las “escuelas dominicales” protestantes, a las que ponderó por su valor educativo y por incluir actividades que facilitaba el acercamiento y el consiguiente conocimiento entre maestros y padres de los alumnos.

Activa cristiana evangélica, procuró ser luz y sal en los medios culturales y educaciones en los que se desenvolvía. Perseguida por los que la rodeaban, y muy especialmente por el clero, que consideraba subversivas y peligrosas sus ideas, fue en palabras de Domingo F. Sarmiento, “el único “hombre”entre los cuatro millones de habitantes en Chile y Argentina que comprendiese mi obra de educación y que, inspirándose en mi pensamiento, pusiese el hombro al edificio que veía desplomarse.”

La actividad de Juana Manso como fundadora de escuelas para niños, jardines de infantes y bibliotecas populares es particularmente notable.

El 10 de Noviembre de 1866 fundó en la ciudad de Chivilcoy, en la Provincia de Buenos Aires, la primera biblioteca popular.

“Vosotros ricos, ¿por qué no la educáis ilustradas en vez de crearlas para el goce brutal? Y vosotros pobres ¿ por qué le cerráis torpemente la vereda de la industria y el trabajo, y la colocáis entre la alternativa de la prostitución y la miseria?.”, dijo con su pluma certera.

Los aspectos más significativos de sus ideas pedagógicas son: Educación popular, obligatoria, gratuita, igualitaria, tolerancia religiosa y los derechos y el rol social de la mujer.

Es amplia su labor como traductora del francés, del inglés y de sus propias obras escritas en portugués. Trasladó al castellano el Reglamento de Bibliotecas de Nueva York.

La primera edición de su novela Misterios del Plata, escrita en portugués, comenzó a aparecer por entregas en el periódico O Jornal da Senhoras, a partir del 4 de enero de 1852 hasta el 2 de Junio del mismo año. La narración expresa el cuadro de la época. Se percibe en ella el grito angustiado y hondo de la generación romántica argentina durante el período rosista.

Manso reintroduce la temática de civilización y barbarie, todos los males provendrían del desconocimiento, consecuentemente la necesidad de la educación se hace indudable. Si miramos el siglo XIX nuestro, es difícil seguir pensando que todos los males provinieran del desconocimiento, y no también, de una organización económica y social, que no favorecía la integración de todas las provincias, y de sus ciudadanos, debido a una economía, agroexportadora, cuyo puerto era Buenos Aires, y miraba a Europa. Sobre todo si seguimos pensando la educación como algo vertical del maestro al alumno, y no que tenga también el alumno algo que aportar en ese proceso.

De todas formas, el acento puesto en la educación, la llevó a sostener que la misma debía ser el cuarto poder del Estado, con Constitución, Ejecutivo y Legislativo propio. Si algo ha traído el pensamientoposmoderno, es la idea de defensa del diferente, por cuestiones raciales, de género, de creencia religiosa, de identidad sexual, de reivindicación política, en fin; lo que queda claro, es que tales planteamientos no aportaron más soluciones que la tolerancia, que es la misma de la cual hablaba Juana Manso en el Siglo XIX.

Conviene recordar la novedad de las escrituras, que introdujo Pablo en Gálatas 3:28, “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”.

Todos somos iguales y todos gozamos de los mismos derechos ante la ley y Dios. Para ello habría que traer a cuenta el art. 16 de la Constitución Nacional. Pero también es una ingenuidad de abogado, que cree que porque está en la norma ya vive en la realidad, o de pastor, porque está en la escritura, se cumple o se debe cumplir.

La actualidad de los planteamientos de Juana Manso, nos salen al encuentro en el Siglo XXI, pero es difícil pensar que sólo con la tolerancia, individual y social, lograrán las mujeres los derechos de género, que les son negados a diario, en la familia, en el trabajo, en la política; es necesario que esa tolerancia sea introducida institucionalmente y respetada en los hechos por los diferentes actores. 

Educacionista, de fe protestante, activa luchadora en pro de los derechos de la mujer, múltiple en su actividad de fundadora de escuelas para niños y en la publicación de revistas femeninas, temprana novelista, traductora y pianista, en su época mereció algún comentario irónico y hasta jocoso de algunos, pero ganó la justificada admiración de la historia.


Fuentes:
• “Juana Manso”, Una vida al Servicio de la cultura argentina. Manon V. Guaglianone de Delgado Fito, Buenos Aires, 1968.
• “Juana Manso, educacionista. Un arduo Manual de Historia Rioplatense para las Escuelas. León Benarós, Todo es Historia Nº 452.
• “Juana P. Manso”, Misión, Enero-Marzo 1995, David R. Powell.
• “Juana Manso”. Lidia F Lewkowicz, Cuadernos Hispanoamericanos, Septiembre /03. Nº 639.”

jueves, 19 de marzo de 2015

CONCENTRACIÓN Y EXTRANJERIZACIÓN DEL CAPITAL-ANEXO ESTADISTICO, Comisión de Política y Economía Colectivo por la Justicia Social 2015

CONCENTRACIÓN Y EXTRANJERIZACIÓN DEL CAPITAL
Introduccion:
En el presente trabajo se exponen las profundas implicancias que tienen para un proyecto político, económico y social a largo plazo, la concentración, centralización y extranjerización del capital y su incidencia decisiva sobre la apropiación del excedente económico en nuestro país.
Un nuevo escenario internacional emergió después de la implosión del campo comunista ya que el sistema capitalista quedó como único orden social imperante en el planeta. A la vez se consolidó la hegemonía mundial de las corporaciones transnacionales debido al poder económico que concentran. De allí que las mismas constituyan la forma dominante de organización del capital y la principal fuerza dinámica de la economía mundial.
Al evaluar los efectos que genera ese fenómeno sobre nuestra realidad, podemos observar que nuestro país presenta una estructura económica altamente centralizada y extranjerizada (Ver Cuadro 1 del Anexo Estadístico). No obstante, pareciera no percibirse con suficiente claridad las severas consecuencias que esto genera con un margen de maniobra estrecho para el Gobierno.
Tal situación, que trasciende a la Argentina, presenta un incierto panorama para la causa de los pueblos y ante lo cual se plantea la siguiente disyuntiva: opciones políticas antisistema o variantes que impulsan un capitalismo más humano y equitativo. Vale decir, reinventar los caminos hacia la emancipación o “resucitar” una suerte de sociedad de bienestar en el seno del sistema capitalista. Y aquí se instalan dos vías políticas en las que cada una debe resolver sus propios interrogantes en tanto que sus rumbos demandan tiempos y cursos de acción distintos por más que se den momentos de confluencia.
Pero antes de profundizar en la problemática nacional, sintetizaremos aspectos esenciales del orden capitalista que, particularidades aparte, se vinculan a las contradicciones y luchas políticas que se libran en el mundo. Con ese propósito señalamos lo que nos parece más significativo:
• El factor económico es determinante en el orden capitalista y el sostén fundamental de su poder político.
• Lo que impulsa al capitalismo es la obtención de ganancias y la tasa de la ganancia es su parámetro general.
• El proceso de acumulación, históricamente, engendra la concentración y centralización del capital.
• El consumismo es la manifestación económico-social de la realización del capital, o sea, de la venta de las mercancías que produce.
• El capital productivo es el único que crea valor real.
• El valor creado proviene de la explotación del trabajo.
• El capital financiero es multiplicador de ganancias y un formidable motor especulativo que en ese rol distorsiona el funcionamiento económico.
Asimismo, es oportuno exponer cual es el significado de algunos conceptos:
Concentración de capital es la intensificación de las inversiones que la propia empresa realiza reinvirtiendo la ganancia y/o con aporte de recursos financieros externos. En función de su poder económico genera la absorción de otras empresas industriales del mismo ramo.
Centralización del capital es el proceso de asociación, absorción o fusión de capitales, sin importar el carácter de las empresas ni su inserción en el aparato productivo.
Extranjerización de la economía, proceso mediante el cual la propiedad del capital de las empresas radicadas en nuestro país va quedando, ya sea a través de compras como de fusiones, en manos de personas físicas o jurídicas extranjeras, acaparando así la generación de excedentes económicos y la toma de decisiones.
Pasemos ahora a encarar la problemática nacional tomando a nuestro país como caso testigo para lo cual comenzamos con una breve reseña histórica.
Extranjerizacion “La herencia de la Dictadura y del Menemismo”:
La dictadura militar genocida que triunfó en 1976 inauguró un proceso devastador de la riqueza nacional dirigido por su ministro de economía Alfredo Martínez de Hoz, quien impuso la Reforma financiera de 1977. Ésta converge con la apertura en el mercado de bienes y de capitales, porque a partir de allí los productos importados erosionan, vía precios, la producción interna y, mediante la apertura financiera, irrumpe el fenómeno del endeudamiento externo ya no sólo del sector público sino también del sector privado, específicamente de capital oligopólico.
El endeudamiento externo es un factor fundamental para la instalación de la valorización financiera. Para entender esta relación es necesario analizar cómo opera la deuda externa del sector privado y del sector público. Los grupos económicos locales y las empresas transnacionales no se endeudan para realizar inversiones productivas sino para obtener renta mediante colocaciones financieras, en tanto que la tasa de interés interna supere largamente la tasa de interés internacional. Esas utilidades son remitidas al exterior y se reinicia el ciclo. Por eso, en la Argentina, la otra cara de la deuda externa es la fuga de capitales al exterior.
En 1991, bajo la presidencia de Carlos Menem y con Domingo Cavallo como Ministro de Economía, se implementó por ley el Plan de Convertibilidad. Después de la hiperinflación de fines de los años 80, se determinó un tipo de cambio fijo que establecía que un peso sería intercambiable por un dólar. Así el peso argentino se sobrevaluó respecto del dólar que resultaba barato.
Consecuencias: tal política monetaria fue una de las causas de la acelerada desindustrialización de la Argentina durante la década de 1990, en correspondencia con las privatizaciones y el vaciamiento del Estado, dado que los productos importados eran artificialmente baratos mientras los productos argentinos resultaban caros para los extranjeros. Ademas para sostener esa paridad cambiaria Argentina debió recurrir en forma indiscriminada al endeudamiento externo.
Diversas razones explican este largo proceso:
• Participar en mercados que antes estaban a cargo del Estado y que se enajenaron a partir de las privatizaciones de los servicios públicos y de las actividades industriales de extracción y procesamiento de petróleo.
• Regímenes especiales de promoción a la industria automotriz y a la minería.
• La sobrevaluación de la moneda doméstica posibilitó la obtención de una elevada ganancia en dólares gracias a la conversión 1 a 1 de los ingresos generados.
• La vigencia de una legislación sumamente permisiva con el tratamiento del capital extranjero. Absoluta libertad en lo que se refiere a la remisión de utilidades y a la repatriación de capitales.
• En 1993 se modificó la ley de Inversiones Extranjeras, concediendo los mismos derechos y obligaciones a las sociedades extranjeras que a las locales.
• Beneficios ligados con la importación de bienes de capital, con la reducción arancelaria y la adopción de sistemas de promoción (plantas "llave en mano", admisión temporaria, etc.) que facilitaron el uso de la misma red de proveedores que el resto de las filiales de su casa matriz en el mundo.
• La disponibilidad de mano de obra en el país con bajos niveles salariales.
Los voceros del establishment “justifican” ese proceso por un mejor desarrollo tecno-productivo que posibilita producir a mayor escala. A la vez, alegan que cuentan con mayores y más baratas oportunidades de financiamiento. Pero silencian que generan poco valor agregado, que poseen reducidas articulaciones con el resto de la trama económica y que obtienen ganancias extraordinarias debido a sus posiciones monopólicas u oligopólicas. Las empresas extranjeras presentan un margen de beneficio más elevado que el conjunto de la cúpula empresaria. En el 2000, la masa de ganancias promedio de las compañías controladas por socios foráneos fue 1,6 veces superior a la registrada por las asociaciones y 12,7 veces más elevada que las correspondientes a las del ámbito de las locales.
Desde los comienzos del régimen de convertibilidad en 1991, las empresas extranjeras representaban el 22,5 % de las ventas de las 200 mayores empresas de nuestro país y dicha incidencia se elevó hasta el 58,3 % en 2008.
Las empresas manejadas por el capital extranjero, registran un bajo índice de reinversión en el mediano/largo plazo. Se evidencia, en un fuerte incremento de ganancias remitidas al exterior en el mediano y largo plazo, las cuales pasaron de un promedio de U$S 1.686 millones entre 1993 a 2001 a U$S 4.074 millones entre 2002 y 2010 (paso de U$S 633 millones en 2003 a U$S 7.182 millones en 2010). Este aumento se asocia con el proceso de extranjerización en sí mismo, por la resistencia de las corporaciones a reinvertir el capital a pesar de sus elevadas rentabilidades –superiores a los registros de la convertibilidad–. El déficit generado por la remisión de utilidades y dividendos ha tenido un crecimiento notable en los últimos años: pasó de representar el 32 por ciento del superávit comercial en 2005 a más del 50 por ciento en 2010.
También se remiten fondos al exterior sobre-facturando importaciones y sub-facturando las exportaciones. Prácticas dolosas que les permite evadir impuestos en el país y transferir capitales a sus casas matrices.
El capital extranjero no promovió la modernización ni funcionó como un difusor de la innovación tecnológica, dado que los inversores conservaron en sus países de origen, las inversiones en materia de Investigación y Desarrollo y la fabricación de bienes de capital de alto valor agregado que después importaron, ampliando la brecha en materia tecnológica y de productividad respecto a los países desarrollados. Las empresas controladas por inversores foráneos son mucho más importadoras que el resto de las líderes: en 1999, el coeficiente global de importaciones de las primeras es de aproximadamente el 18%, mientras que el de las nacionales es de un 9% y el de las asociaciones alrededor de un 10 %.
El capital que se inyectó en la economía, no se aplicó al aumento de la capacidad de producción y empleo, sino que fue invertido en empresas ya existentes y de ese modo se atentó, indirectamente, contra el futuro de la economía argentina.
¿Que paso después?
Para sostener esa paridad cambiaria Argentina debió recurrir en forma indiscriminada al endeudamiento externo. En 1999 el gobierno De la Rúa decidió sostener la convertibilidad y con ello la necesidad de dólares siguió creciendo. Pero el sobreendeudamiento no se empleó para alcanzar un mayor crecimiento o una mejora en la distribución de la riqueza, sino en beneficio de las minorías que usufructúan su poder económico.
De La Rúa y su ministro José Luis Machinea bajo los auspicios del FMI., lanzaron lo que dieron en llamar el Blindaje. En enero de 2001 Argentina recibiría un crédito por 40.000 millones de dólares para “blindar” su economía de los efectos financieros.
El socorro multimillonario fue diseñado con el objetivo de transmitir seguridad de cobro a los acreedores y fue presentado por el Gobierno como el puntapié inicial para la etapa de crecimiento de la economía. A cambio, el Gobierno se comprometió, entre otras cosas, a recortar las jubilaciones futuras y desregular las obras sociales, medidas ya lanzadas por sendos decretos de necesidad y urgencia.
Consecuencias: el Estado se convertía en un mero pasamanos, ya que ni bien recibía los dólares debía aplicarlos al pago de deudas preexistentes. Las autoridades, por su parte, debían comprometerse a aplicar las clásicas recetas del FMI. Todas estas medidas se enmascaraban bajo tecnicismos tales como “metas fiscales”, “ahorro público”, “racionalización del gasto”, “eficientizar el Estado”, etc. En suma, “achicar” al Estado para beneficiar al gran capital (interno – externo) en la distribución del ingreso nacional y someter la política económica de nuestro país a los dictados del FMI y de sus personeros autóctonos.
A muy corto plazo se puso en evidencia que el Blindaje hacía agua. Y ya con el regreso al Ministerio de Economía de Domingo Cavallo, se propuso otra solución “providencial”, el Mega-Canje.
Con el mismo se pretendía aliviar los pagos de intereses y de capital de la deuda externa argentina, canjeando la deuda por una nueva que permitiera pagar en un plazo mayor. Sin embargo, ese canje iba a tener un costo exorbitante e implicaría seguir incrementando la deuda externa. La propuesta, como no podía ser de otra manera, provenía de un banquero: David Mulford, ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos. A primera vista, la operación parecía sencilla y beneficiosa para el país: se canjeaban 46 tipos distintos de bonos de deuda soberana por 5 tipos de bonos, con vencimientos hasta el año 2031. Sin embargo, la operación aumentó la deuda del país en un volumen inimaginable.
Consecuencias: Los grandes Bancos embolsaron 150 millones de dólares en comisiones amen de los 20 millones que cobraría Mulford por su gestión. Sin embargo, los bancos y las AFJPs aportaban al canje títulos por valor total 27.000 millones de dólares para ser canjeados por los nuevos papeles de deuda del país. Pero 20.000 de esos 27.000 millones de dólares ya estaban en la cartera de los bancos y las AFJPs. Por lo tanto, las abultadas comisiones que cobraron fueron por hacer de intermediarios financieros ¡de sí mismos!”
Los resultados del Blindaje y el Mega-Canje fueron contundentes. Antes de embarcarse en estas operaciones hacia finales del año 2000, la deuda externa del país ascendía a los 80.000 millones de dólares. Luego del Mega-Canje, la deuda externa aumentaría hasta los 88.000 millones de dólares y para el año 2003 alcanzaría la friolera de 102.000 millones de dólares.
En síntesis, la política “neoliberal” trajo a nuestro pueblo miseria, exclusión social, desempleo, desindustrialización y estancamiento. Más del 50% de la población en la pobreza y cerca del 40% de ésta en la marginalidad, son cifras que grafican un fenómeno social inédito en Argentina.
El 19 y 20 de diciembre de 2001 detonó la crisis más grande de nuestra historia cuestionando como nunca el sistema partidocrático que en el término de diez días vio desfilar a cinco presidentes. A partir de allí proliferaron múltiples asambleas populares que proponían la democracia directa y renegaban de los partidos políticos. Y esas experiencias que se extendieron más allá del 2002 y que en muchos movimientos subsiste, dejaron una marca importante vinculada a la disyuntiva mencionada en la introducción y que aquí no tratamos pues cae fuera de la temática de este trabajo.
La aparición del kirchnerismo del 2003 en adelante, significó una fisura política que perturbó la hegemonía del bloque de poder dominante y que reconoce distintos momentos y altibajos. Sus gobiernos recuperaron el control de algunos resortes del Estado y desde allí pudieron generar expectativas populares favorables al dotarse de instrumentos político-económicos que le permitieron perturbar, siquiera en parte, los designios del gran capital. Éste se opuso y se opone a cualquier recorte, por mínimo que fuere, que limite sus decisiones y/o que afecte sus intereses.
El kirchnerismo se ha dedicado a la lucha destinada a recuperar para el Estado nacional empresas y resortes político-económicos para la asignación del excedente (léase YPF, Aerolíneas, AFJP, mejoras redistributivas en la población…), lo que ha significado un gran paso contra la hegemonía de los poderes económicos, especialmente extranjeros, para poder llegar a la emancipación del país y lograr una soberanía nacional, no obstante los embates del poder económico hicieron que el fenómeno de la extranjerización de la economía no se detenga, y que hoy se viva un proceso que revive viejos problemas (la recurrente crisis de la balanza de pagos ligada a la caída de las reservas fiscales y la inflación) considerando que gran parte de la inversión extranjera, sobre todo en la última etapa, estuvo asociada con la importación de bienes de capital e insumos, es decir, no se tradujo en incrementos significativos en la producción local de tales bienes. Sin embargo, si menguó fuertemente el crecimiento en la participacion los capitales extranjeros que se venía dando, al bajar la tasa de crecimiento de casi 25 puntos en el 2001 a 6 en el 2005 y baja de 3 puntos en el 2008 (puntos porcentuales de ventas de empresas extranjeras sobre las ventas de las 200 principales del país).
En la actualidad el uso de políticas activas tendientes a regular las operaciones del capital extranjero radicado en el país y referida a la reinversión de capitales, se ve dificultado por las severas restricciones que impone el régimen legal vigente derivado de la Ley de Inversiones Extranjeras sancionada en la última dictadura militar. Además, prevalece el equívoco discurso que plantea “cuanta más inversión, mejor”, sin reparar en los graves impactos estructurales negativos de la Inversión Extranjera Directa (IED).
El proceso de extranjerización no sólo no se revirtió. En los últimos años, la participación de las corporaciones transnacionales en la facturación de la cúpula empresarial se incrementó hasta alcanzar cerca del 60 por ciento (Ver Cuadro 2 del Anexo Estadístico)
Entre la convertibilidad 1993-2001 y la post convertibilidad 2002-2008, las empresas exportadoras que integran la elite empresarial pasaron de efectuar el 63,6% de las exportaciones a efectuar el 74,3%, contribuyendo a la generación de superávit comercial, en tanto que la incidencia de las ventas externas de las firmas extranjeras en las totales del país pasó de un promedio del 41,7% en la etapa 1993-2001 a otro del 57,0% en 2002-2008. Es decir, se da un elevado grado de concentración en las exportaciones de la cúpula empresarial en un número acotado de oligopolios extranjeros, confiriéndole un poder económico decisivo por ser quienes obtienen un alto volumen de divisas.
Una clara manifestación de los condicionamientos que imponen los poderes supranacionales resulta el transparente fallo de la Corte Suprema yanqui que convalidó los intereses de los fondos buitres encabezado por el NML de Paul Singer. Esto no hace más que exhibir la debilidad estructural que supone la dependencia de las relaciones internacionales en tiempos en que la hegemonía mundial político-económica descansa en las grandes Corporaciones de capital y de los Estados Centrales que las representan. Escenario agravado por la preeminencia del capital financiero en el giro de capitales especulativos con escaso o ínfimo soporte productivo. Esto no sólo ha brindado enormes ganancias sino que ha generado monumentales burbujas como la de 2008 que detonó la crisis mundial “epicéntrica” con la caída de Lehman Brothers y subsiguientes quebrantos. Paralelamente, alrededor de 200 paraísos fiscales exhiben cuantiosas finanzas en negro que no podrían existir sin la tácita e hipócrita anuencia de los Estados rectores. Del mismo modo que la “libertad” e irracionalidad del mercado mundial financiero no podría funcionar sin la complicidad de dichos Estados y la participación de las Grandes Corporaciones productivas. Cómo si no las grandes calificadoras de riesgo que contribuyeron pública y notoriamente al estallido de la crisis mundial (aún en tránsito), son las mismas que hoy siguen certificando la capacidad financiera de los países. Por tanto, dictaminando a voluntad sobre tasas y castigos que agobian a amplios sectores sociales de sus poblaciones y en especial a los más débiles.
No se ha revertido significativamente la primarización de nuestra economía. No es casual entonces la extensión de la frontera agrícola impulsada por la sojización del campo expulsando a los campesinos y comunidades indígenas. En convergencia, el uso de los transgénicos y del glifosato en los cultivos agrede a las poblaciones y enriquece a las transnacionales. También la creciente explotación minera a cielo abierto perjudica a las poblaciones rurales por su elevado consumo de agua y el uso contaminante del arsénico. Amen de que los principales beneficios de esas explotaciones se los llevan las multis que exportan los minerales que extraen y los procesan en el exterior. La importancia de los commodities en nuestro comercio exterior es otra muestra de las comentadas limitaciones estructurales que nos aquejan.
La notable extranjerización de la economía argentina está expresando la ostensible debilidad del capital nacional. Es un sector que, ante su incapacidad de competir con el capital extranjero, ha venido desplegando una estrategia que lo ha llevado a resignar porciones importantes de la estructura económica.
En un contexto de repliegue hacia ámbitos productivos ligados al procesamiento de recursos básicos relacionados con la “vieja” pero actualizada inserción en la división internacional del trabajo, tiene en los salarios bajos un dato estructural. Así, en su transnacionalización subordinada, estos sectores han renunciado a encarar un proyecto susceptible de impulsar la reindustrialización basada en el desarrollo y el control de nuevas capacidades productivas.
De allí que se encuentren en las antípodas de lo que constituiría una genuina burguesía nacional.
Final a modo de apertura
Transitamos una difícil etapa en la que los síntomas recesivos favorecen la ofensiva del gran capital (interno, externo) para cerrar la fisura política que, a pesar de sus limitaciones, generó el gobierno actual. El enfrentamiento que sostiene se entremezcla con sus concesiones y prácticas tradicionales donde su conducción piramidal poco tiene que ver con una construcción política desde abajo y realmente participativa. En este sentido brota la pregunta: ¿cómo generar alternativas? Ya no funcionan las viejas recetas ni existen garantías futuras. Luego, este interrogante es más bien un llamado a las tareas colectivas de largo aliento en las que se vaya gestando una praxis que oriente e impulse nuevas políticas emancipatorias. Obvio que existen diversas interpretaciones, pero lo importante es la creatividad y el intercambio de ideas y experiencias dentro del campo del pueblo. Para lo cual debemos despojarnos de sectarismos que sólo favorecen al verdadero enemigo, las minorías hegemónicas que controlan y moldean el orden existente según sus intereses.
Ya en el cierre de este trabajo que invitamos a debatir, recurrimos a una comparación metafórica de los cambios mundiales que hemos vivido: cuarenta años atrás luchábamos por el triunfo del socialismo en nuestro país, en Latinoamérica y en el mundo. Hoy, un vetusto juez local de los EE.UU. puede comprometer nuestra soberanía nacional con vistas a imponer los peores intereses del imperio. Sin embargo algo ha cambiado, en contraste con las “relaciones carnales” del dúo Di Tella-Menem, el gobierno está librando una batalla jurídico política contra el “imperio buitre”.
Ahora bien, si retomamos la metáfora desde otro lugar, resulta un acicate para promover nuevos rumbos hacia la emancipación política, económica y social de nuestros pueblos. Y frente a los desafíos que ello supone, emergen numerosas experiencias que brotan del seno de la sociedad. Van desde grandes puebladas hasta niveles micro que aportan sus prácticas e ideas como ocurre con nuestro colectivo. Además, emerge una pluralidad de sujetos que enriquecen la vieja polaridad proletariado-burguesía. Todo lo cual abre perspectivas que incitan a la reflexión y a gestar nuevas construcciones políticas.

Comisión de Política y Economía
Colectivo por la Justicia Social
2015

ANEXO ESTADÍSTICO:
Cuadro 1
Argentina. Evolución de la participación de las exportaciones de la cúpula empresaria* en las exportaciones totales del país 1993-2008 (millones de dólares corrientes y porcentajes)

---------------------------------------------------------------------------------------

Exportaciones Exportaciones Relación
Capital (I) Totales (II) (I) / (II)

----------------------------------------------------------------------------------------

1993 7.719,6 13.117,8 58,8
1994 8.686,6 15.839,2 54,8
1995 12.079,5 20.963,1 57,6
1996 14.815,8 23.810,7 62,2
1997 16.440,2 26.430,9 62,2
1998 17.217,5 26.441,0 65,1
1999 16.374,9 23.332,7 70,2
2000 18.079,8 26.341,0 68,6
2001 17.042,3 26.610,1 64,0
2002 18.531,0 25.650,6 72,2
2003 22.861,0 29.484,1 77,5
2004 26.042,6 34.575,7 75,3
2005 31.626,0 40.386,8 78,3
2006 34.559,4 46.456,4 74,4
2007 38.047,1 55.779,6 68,2
2008 52.010,4 70.043,9 74,3
--------------------------------------------------------------------------------------------------

* Por su inserción sectorial, no todas las empresas del panel de las 200 de mayor facturación realizan exportaciones.
Por ejemplo, en 1993 un total de 112 firmas efectuó ventas al exterior, en 2001 fueron 109, mientras que en 2008 fueron 111.
Fuente: elaborac. propia con base en informac. del Área de Economía y Tecnología de Flacso y del Indec (en “Concentración y extranjerización de la …” de Aspiazu, Manzanelli y Schorr.)

Cuadro 2
Argentina. Cantidad de empresas y participación porcentual en las ventas agregadas de los distintos tipos de empresa en la cúpula empresaria*, 1991-2008
(Valores absolutos y porcentajes)

1991 1995 2001 2005 2008
_________________________________________________________________

Cant. % Cant. % Cant. % Cant. % Camt. %

Emp. ventas Emp. ventas Emp. ventas Emp. ventas Emp. ventas
____________________________________________________________________________________

Estatal……………. 19 28,9 5 3,3 1 1,6 4 1,5 7 2,3

Privada nacional…. 105 34,6 94 37,1 59 25,3 57 23,2 53 23,5

Extranjera………. . 56 22,5 56 27,8 92 55,1 106 61,5 117 58,3

Asociaciones……. . 20 14,0 45 31,8 48 18,0 33 13,8 23 15,9

Total………………. 200 100,0 200 100,0 200 100,0 200 100,0 200 100,0

* Se trata de las 200 empresas más grandes del país (según sus montos de ventas anuales).
Fuente: elaboración propia con base en información del Área de Economía y Tecnología de la Flacso. (Ibid. de Aspiazu, Manzanelli y Schorr)







miércoles, 18 de marzo de 2015

GRAMSCI Y VATTIMO, POR HORACIO GONZALEZ (Página12 17.03.15)

EL PAIS › OPINION Gramsci y Vattimo
Por Horacio González *

En la reciente visita de Gianni Vattimo a propósito del Foro por la Emancipación, dejó algunos pensamientos inquietantes que presuponen un gran desafío para los movimientos sociales de todo el mundo: ¿dónde colocar la figura del Papa? Mejor dicho, ¿cómo situarla ante las diversas formas de creencias que bullen, se inquietan y entrechocan en la crisis de verosimilitud en el interior de la palabra pública? El modo de reflexión de Vattino parte de un ejercicio primero de autorreflexión, es decir, de verificación de su propio cuadro de creencias. Un interesante movimiento por el que se pregunta si debe decir esto o aquello. Sí, se debe hablar. Pero también es válida la pregunta: ¿se debe hablar? Siempre pone lo que dice en estado de “lo digo por obligación de mi propia conciencia de apostador”. Se halla ante la desmesura de una afirmación a contrapelo y la posibilidad de que sea una provocación útil para pensar. Ante eso, elige hablar. Si es esto último, entonces el provocador debe reconocerse a sí mismo a través de cierto tipo de inmolación intelectual. Es el que dice algo que supera lo normalmente indecible, pero debe hacerlo en sacrificio de la verdadera discusión que según él se avecinaría. Por eso Vattimo ha dicho (o sugerido, en su estilo enunciativo da igual) que todos los problemas políticos sustanciales (pobreza en el mundo, desarraigos crueles, nuevas formas de explotación laboral, violencias que establecen riesgosas cartografías de época, creencias colectivas en crisis, neocolonialismo diversos) deberían remitirse a la historia general del cristianismo en busca de ejemplificaciones, compromisos y estéticas nuevas de la militancia. En esa historia cristiana se contendrían los problemas políticos y artísticos del presente mundo resquebrajado, por lo que no sería impropio jugar (no me animo a decir otra palabra) con la figura del Papa para condensar esos graves asuntos en una voz de tipo reparadora.
De alguna manera, este movimiento equivaldría al encuentro de un “nuevo príncipe” como significante central en la recomposición de todos estos temas en una nueva internacional de los ofendidos y humillados. De ahí la frase que Vattimo deja caer con gracia en el Foro (el Papaintern) como una figura retórica que evocara el grado operativo de los extintos Comintern, los comités que hacían entrar en su visión mundializada la solución de los angustiantes problemas de la humanidad, temas en los cuales las izquierdas de las décadas pasadas pusieron sus esperanzas que luego vieron derrumbadas. Ahora, con el Papaintern (Vattimo admite el lado “provocateur” de esta ideasticker) podrían reproducirse aquellas acciones reparatorias, pero ya con el idioma que crece en el ámbito de la cristiandad.
En la agencia digital Paco Urondo, Vattimo dejó otra oblea electrizante de sus ejercicios de tímido alborotador: el Papa sería el nuevo Gramsci. Esto último interesa para nuestras consideraciones, que concurren asombradas al sitio de emergencia de una alegoría que interrumpe un momento de calma como si a un peatón de repente le tocara ser testigo de un súbito accidente de tránsito. Evidentemente, entre los tantos temas por los que puede definirse la obra de Grasmci, tiene un lugar fundamental el estudio de la historia eclesiástica europea, la comparación de la Reforma Protestante con el Renacimiento en Italia, la “questione meridionale” como el ámbito moral en que ocurre la existencia del intelectual tradicional en el mundo agrario religioso y que construye la idea campesina como una atadura a la comunidad de las inocentes almas. Todo ello lo refiere Gramsci con el estudio de la literatura del sacerdote jesuita Bresciani. En este popular cura, Gramsci percibe la tácita atadura de la cultura eclesial a toda clase de prejuicios que llevan, dulcemente, a una cruda sumisión. Pero esa literatura moralizante y disciplinaria siempre fue leída por Gramsci con atención y respeto. Pues también fue agudo lector de la antigua revista Civiltà Cattolica, a la que estudia como parte del trato que tiene la Iglesia con los “hombres simples y su sentido común”. Esa revista más que centenaria había sido fundada en Italia por la Compañía de Jesús, con una trayectoria publicística ligada a las derechas mundiales y con tratamientos no ingenuos de la cuestión social, bajo el estilo de tomar algunos de sus temas para contenerlos en estructuras “perinde ad cadaver” (esto es, “rígidas como un cadáver”), aunque en las lecturas de Gramsci nunca hay una consideración despectiva, y su modo polémico siempre se refugia en un espíritu curioso, que metiéndose dentro de cualquier pensamiento adverso, lo examina con cautela y veces, señalando con deferencia los errores que cometen sus contrincantes, que de no haberse materializado, los podrían llevar a otro tipo de consideraciones más abiertas. Así lo hace cuando analiza el pensamiento de Corradini y otros fascistas de su época; nunca desprecia, nunca lamenta, examina y critica con la resignación lúcida del prisionero que nunca es sorprendido por ninguna materia rara, dispersa o implacable del mundo.
Gramsci se inspira francamente en la cultura italiana antigua y moderna, en este caso en el crítico Francesco de Santis y en Benedetto Croce. Mucho de lo que hoy se le atribuye pertenece a la obra de estos grandes críticos y filósofos. Pero el genio de Gramsci está en su modo de enunciación y en la manera en que sugiere problemas centrales de la filología, filosofía literaria y la retórica política. Su idea del partido político, al cotejarla e incluso igualarla a lo que llama “libro viviente” o “mito”, renueva toda la arquitectura conceptual de las izquierdas (las hace “intelectuales y morales”, es decir, las hace surgir del tejido histórico nacional). Pero tiene especial significación su idea de “catarsis”, el máximo concepto de la filosofía dramática griega, la comprensión por medio de la convulsión pasional. Esta idea, como la de praxis (donde une a Aristóteles con Marx), implica una lógica de pasaje del mundo empírico al mundo subjetivo, de la cuestión económica a la cuestión política, que pone en un lugar distinto a la tradición dialéctica y la introduce, por decir así, a la misma altura de La Divina Comedia. Es sabido que Gramsci analiza el famoso capitulo X de esta grandiosa obra, donde Dante encuentra en el Infierno a Farinata y Cavalcanti. Gramsci se pregunta si la función lingüística, en una consideración verdaderamente original, hace que la fuerza del poema dantesco se corresponda con su estructura discursiva. Al descubrir el punto en común –como lo hará con Pirandello o con Maquiavelo– descubre lo “viviente” de un texto, el modo en que se acerca a nosotros desde un tiempo abstracto para hacernos lectores del tiempo presente, es decir, militantes culturales y personas vivientes de y en las culturas políticas.
En los años ’70 argentinos, la revista Pasado y presente (Portantiero, Aricó, Del Barco) designó otra asombrosa equiparación entre conceptos y arriesgó que la “questione meridionale” de Gramsci tenía equivalente en la “cuestión del peronismo” en la Argentina. Hubo gramscianos argentinos. Pero, en verdad, es Gramsci el que es un tema argentino, una voz del interior de nuestros propios textos. Su idea de la conexión de una frase casual en la Enciclopedia de Hegel con otra frase de un proverbio popular salida de una peluquería, que a su vez podría recordar a Pascal, habla de una compleja espesura en la relación de todos los planos de la cultura. El concepto de hegemonía, que no es lo central de su magníficamente dispersa obra, le impide ser un hermeneuta del posmodernismo, como Vattimo, quien también ejerce errancias por planos heterogéneos de pensamiento, o sea, entre distintas formas de aparición del sujeto ante los usos del arte y la técnica. Agradable persona, amigo de las vicisitudes latinoamericanas más originales, la idea de Vattimo de una nueva internacional –que definida bajo otros propósitos compartiríamos– no nos parece adecuada si tiene como centro la figura del Papa, sin ignorar el visible papel político con el que actualmente se interpreta su figura.
Entendemos estos asuntos como una discusión de los laicos lúcidos a los que les interesa el trasiego religioso de las conciencias, con los antiguos militantes laicos de la razón revoluciona secular europea, que varias décadas después recurren a diversas equiparaciones entre santas militancias y santidades militantes. Lo vemos en su todo como el cuadro de un debate sobre identidades, herejías, compromisos sociales y formas subjetivas del sacrificio. Y si bien es cierto que una conjugación inesperada de un verbo puede hacernos entrar en infraatmósferas desconocidas del lenguaje, hay que convenir que la equiparación de Gramsci con el Papa no es apropiada. Revelaría un debilitamiento inusitado de las fuerzas políticas y sociales de la transformación, una asignación impropia de una herencia maquiaveliana (cuál es la del “llamado laico a salvar el mundo”) otorgada a una notoria figura religiosa y una translación de Gramsci al pensiero debole que se presenta ahora como un doblez del pensamiento sacramental. Gramsci sin duda fue un pensador teológico-político, pero vio la política como temor y temblor, vigorizando al laicismo visionario con esas virtudes, y vio a la Iglesia como portadora de una paternalista visión de la pobreza. De todos modos, estas frases que sobrenadan nuestra difícil actualidad pueden dar sus frutos si los hombres más penetrantes de la Iglesia estudian a los pensamientos más sutiles de las izquierdas mundiales, como éstas hicieron con aquellos. Así lo recordamos en el inmediato pasado, porque en el fondo, este intercambio nunca deja de hacerse, no conoce descanso ni interrupciones.

* Sociólogo, director de la Biblioteca Nacional.

domingo, 15 de marzo de 2015

LLUVIA Y SOLEDAD por Claudio Javier Castelli

En tiempos de poeta quise escribir una antología sobre los más grandes poemas sobre la lluvia, o por lo menos los que más me gustaban a mí. De esas arbitrariedades están llenas las antologías, de aquí y acullá.

Haber visto llover sobre el río Paraná, desde las barrancas del parque “Berón de Astrada”, en mi pueblo, en pleno fervor adolescente fue un hiato, una hendidura en la ya la larga pasión vital.

Hubo tiempos en que al llover en Buenos Aires me quedaba en mi casa para escribir sin piedad, con una pulsión infinita, necesitaba la fusión de la palabra y el eco finísimo de la lluvia.

En enero, de 1973, tenía quince años, mis padres habían viajado a Chile, mi novia de entonces hizo lo propio, con sus padres a las Cataratas del Iguazú; en el Club Sportivo Comercio e Industria, de La Paz, Entre Ríos, se desarrollaba el famoso festival de folclore del norte entrerriano. Allí actuaron “Los Tucu Tucu” e interpretaron la canción de Horacio Guarany: “Lluvia y soledad”. ¡Cuántas veces se detuvo mi corazón con la música y la palabra!:


"Llueve, pero llueve, llueve, llueve y yo me siento solo.
Como si llorara el cielo y llueve, y llueve.
Llueve, pero llueve, llueve, llueve como ayer llovía.
Llueve sobre el alma mía y llueve, y llueve.
Y está lloviendo y tu no vienes, y está lloviendo y tú no vienes.
Mojada mi alma de tristeza y llueve y llueve.
Lejos estoy de mis amigos, lejos de mí y de mi pueblo,
todo dejé por tu cariño y llueve y llueve".



Entonces, le prometí el mundo, a una bella adolescente de quince años, que nunca la iba a dejar al compás de esa interpretación del famoso grupo folclórico. Hay hombres que son fieles a esa edad y toda la vida. Hay otros que callamos de grandes, nos apagamos cuando “está lloviendo y tu no vienes”. Alguien que nunca iba a llegar, que nunca iba a venir, porque era la pasión misma de la nostalgia que se deshilachaba con el tiempo para rearmarse como la voluntad indiscutible de seguir viviendo a todo trance.

La poesía no es más que la forma de ese contenido.


“Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae y cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado".



Ese poema de Borges, le devuelve la voz de su padre que no ha muerto. También me trae la voz de mi padre en mi casa, al regresar del colegio, al mediodía, aprontándose para la siesta, y yo apurado, para la clase de gimnasia en la cancha de fútbol.

Conceptualmente toda lluvia es una metáfora de la metafísica. En este tiempo post metafísico cada aguacero es una declaración de principios acerca de la realidad tormentosa de la poesía, y de la inextricable madeja de los fundamentos últimos de la existencia.




"Olas grises" se llama el poema de Leopoldo Lugones, uno de los más tristes en homenaje a ese clamor del cielo que nos humedece las palabras. Hay un eco aquí, que después se encuentra en Borges, como el mismo lo dijo en un prólogo famoso:


“Llueve en el mar con un murmullo lento
La brisa gime tanto, que da pena,
El día es largo y triste. El elemento
Duerme el sueño pesado de la arena.


Llueve. La lluvia lánguida trasciende
Su olor de flor helada y desabrida.
El día es largo y triste. Uno comprende
Que la muerte es así…que así es la vida…


Sigue lloviendo. El día es triste y largo.
En el remoto gris se abisma el ser.
Llueve…Y uno quisiera, sin embargo,
Que no acabara nunca de llover.”



Estos dos últimos versos son la revelación de lo que está más allá del agua cayendo: el tiempo indetenible, abrumador, tenso y brillante como la prosa hegeliana, en el prólogo a la Fenomenología del Espíritu. Siempre nos dispara del pulso mismo de la racionalidad; tal vez, por nuestra naturaleza latina.



“Llega de repente la lluvia, instala sus huestes, minuciosos
Guerreros de seda y sueño.
Salta gozosa en los tejados, desciende por los canalones
en precipitada algarabía;
comienza la gran fiesta de las aguas en viaje que establecen
su transitorio dominio
y de la mano nos llevan a regiones que el tiempo había
sepultado, al parecer, para siempre:
allí nos esperan
la fiebre de la infancia
la lenta convalecencia en tardes de un otoño incesante
los amores que se prometían sin término
los duelos en la familia
los húmedos funerales en el campo”.



Es Alvaro Mútis, en uno de los más hermosos poemas sobre la lluvia: “Visitación de la lluvia”.


Cómo la lluvia vuela con mi alma de poeta. Pero el olvido de los gobernantes hace que se ensañe con los barrios pobres, con los desterrados de la tierra. Y aquí en Buenos Aires, en la ciudad rica y vanidosa inunda los ríos subterráneos nunca bien entubados, que desbordan para reclamar, no la nostalgia de su paso, sino la tristeza, por la desolación que deja cuando se apaga.


¡Qué cosa la poesía cuando se viste de odio! Lo más bello y genuino, es para algunos como ver llover en el campo, y para otros…


“¡Oh, Dios! Cuánto perdón es necesario…”



Dice, Enrique Molina, en ese intenso poema, “Folletín pasional entre lluvias”, para contar una dolorosa historia de amor: Tristán e Isolda podrían ser.


Entonces; en el festival de folclore no llovía en la cancha pero llovía en esa apresurada declaración de amor, que arrojaba al cielo infinito, donde “Los Tucu Tucu”, cantaban “Lluvia y soledad”. Horacio Guarany había hecho la letra y música, y una interpretación antológica, como la antología de poemas de la lluvia, que nunca reuní porque el aguacero me fue quitando las palabras y me dejó una voz que repite el eco de unos versos de Ricardo Molinari:


“¡Llueve! Y el viento combate dentro de la noche,
sin mirar mis abiertas y vanas banderas.”



Pero en la posmodernidad lábil y tuitera, donde los más importante es sentirse bien, no podemos terminar este texto, sino es volviendo sobre nuestros propios pasos, para reconocernos en la milonga de Piazzolla y Ferrer, en la voz de Amelita Baltar: “Los paraguas de Buenos Aires”, porque aquí la lluvia nos desnuda el alma, para dejarnos frágiles y perceptivos. La lluvia es también el torrente del mundo que nos abraza. Y la "canillita" con quien oramos pidiéndole a Dios por prosperidad nuestra y de nuestro país que nos ha bendecido con estos combativos años.



Llueve y pulsa el corazón la savia de no querer saber nada de nada: todo lo aprendimos con un aguacero.





Lluvia y soledad: https://t.co/rkooZIxxRK vía @YouTube

Horacio Guarany "LLuvia y Soledad": https://t.co/mleHrtK1mN vía @YouTube

sábado, 14 de marzo de 2015

HERNÁN OLIVA Y LAS TRISTEZAS DEL PLATA, por Claudio Javier Castelli


HERNÁN OLIVA Y LAS TRISTEZAS DEL PLATA, por Claudio Javier Castelli


Solía escuchar radio nacional cuando hacía gimnasia en mi domicilio. Los gimnasios tuvieron su avasallante masividad, después de 1985, antes era esfuerzo de la voluntad individual; los que nos reconocíamos en el cuidado del físico, de alguna manera éramos una especie rara, había algo esotérico entre nosotros, ¿no andaríamos en asuntos de la magia?.

Entrados los ochenta seguía haciendo gimnasia con los Extensores Titán, que para el año 1971, un amigo de la familia de Buenos Aires, había llevado a nuestra casa, en Entre Ríos, con 13 años dije eso es lo que yo quiero, en las playas del río Paraná ganaban más mujeres, los bien parecidos, o al menos eso creía yo.

La costumbre de hacer gimnasia mientras escuchaba radio cruzó mi adolescencia, recuerdo el 70% de música en español, que debían pasar las radios en épocas de isabelita.
Claudio Javier Castelli

Aproximadamente en 1987, pasaron la grabación completa de un violín deslumbrante y un piano sereno tocando tangos, nunca los había escuchado. Era el casete de Hernán Oliva y Mito García, "Nieblas del Riachuelo". Terminé de hacer gimnasia, terminó el casete y salí a buscar por todo Buenos Aires a ese Hernán Oliva, violinista chileno, que había venido muy joven al país. Había tocado con el Mono Villegas, con Oscar Alemán, era violinista del Jazz. Pero en esos tangos había una personalidad, un fraseo que nunca había escuchado. Estaba habituado a Enrique Mario Francini, al rosarino Antonio Agri, al negro Fernando Suarez Paz, que al tango le daban una nostalgia infinita y académica.

De lo que estaba seguro, que Hernán Oliva le daba otra voz, un golpeteo al violín, una vibración nueva al tango, un abuso de algo que está sobrando, porque quien lo ejecuta viene de otro género, el jazz, que en su esencia habita la improvisación.

Hubo grabaciones célebres de jazzeros y tangueros, como la versión de “Vida mía”, de Osvaldo Fresedo y Dizzy Gillespi, y sobre todo Astor Piazzolla con Gerry Mulligan, o con el vibrafonista Gary Burton. 

En casete había conseguido “Nieblas del riachuelo”, “El violín del jazz”, y “El mundo espera la salida del sol”. En compact, los dos primeros. En youtube hay bastante.

Lo que aprendí de jazz, me lo enseño “Radio Jazz”, en las noches largas de los noventa. Pero mucho, las grabaciones de Hernán Oliva: “Swing de París”, “Embrasable you”, “Pobre mariposa”.

Hay un tema de jazz y tango, de Hernán Oliva maravilloso que se llama “Tristezas del plata”. Hay aquí una conjunción de un tema único, acaso no se saben todavía las derivaciones musicales de esa interpretación. Digo esto porque no he escuchado en que se reparara en ese tema. Oliva ahí está interpretando jazz (en el compact “Nieblas del riachuelo”, tango), pero al interpretarlo, hay un dolor y nostalgia, que la música del río de la plata tiene, le agrega tango al jazz, y en el compact de tango un atrevimiento que viene del jazz, un swing distinto al tango.

Siempre dijo que lo suyo era el jazz, aunque actuó muchos años en “El viejo almacén”, el local tanguero de Edmundo Rivero. Ahí lo vió quien lo reunió con Mito García (Juan Carlos Maquieira).

Una fría madruga del 17 de Junio de 1988, a los 75 años, apareció muerto en una calle del barrio de Palermo, abrazado al estuche de su violín.

La vida bohemia, a veces, se cobra caro a sus habitués. Sus padres no eran músicos, pero su madre desde muy chico lo apoyó para que tocara el violín. De Valparaíso a Mendoza, y de cuyo a Buenos Aires. 

La grabación de tangos como “María”, “Amurado”, “Ninguna” y “Malena”, con el acompañamiento pianístico de Mito García, son un hito para los tangueros de toda laya. Cuando finaliza cada tema, el escucha se queda esperando el regreso de Aníbal Troilo, mucho más joven, de lo joven que fuimos, para preguntar por este violinista, “quien lo juna a este chileno”. Hoy es de culto. Uno de los que amó su violín, sin enredarse en los clubes de admiradores, fue quien esto escribe, y este sábado de marzo, al compás de su música, le dedica, con este gastado instrumento del lenguaje castellano y porteño, un rumor de palabras sin música, porque su violín inventó otra forma de decir el tango.


Hernán Oliva: Tristezas del Plata




sábado, 7 de marzo de 2015

UNA COPITA por Claudio Javier Castelli



Obertura del editor:


¿Chocolate con churros?


Parafraseando el crimen económico siempre pensé que el famoso “Chocolate con churros” de “La Giralda” era su empresa “pantalla” porque los habitués íbamos en busca de otra cosa, las copas y licores de antaño, que el viejo bar conservaba en su bodega.


De mí preferencia era la “Cubana Sello Verde” imposible  de encontrar en algún otro bar de Buenos Aires, pues la fulgurante bebida había dejado de comercializarse hace muchísimos años. También, a veces, el wiski “Old Smuggler de los años “60”, cuando se podía tomar regularmente. Éste me devolvía un rumor adolescente, a mis padres compartiendo una copa con sus amigos en el living de la casa de Entre Ríos. Me entrometía en esas tertulias (no hemos hecho otra cosa en la vida) y podía disfrutar de un vaso, mientras oía el susurro del hielo, el tintinear de las pulseras de las mujeres y la voz grávida de los hombres hablando cuando no de política y de fútbol. 

El lunes posterior a haber perdido el ballotage en 2015 me fugué de la oficina y caminé errante por Corrientes con lágrimas en los ojos; sabíamos lo que venía, lo hablamos con Antolín –uno de los mozos del Bar- quien, ingenuo, me decía “pero doctor…”. Cómo cautivaron esas almas puras y no tanto. A poco de andar Antolín ya había cambiado de opinión.

Poquísima gente durante los cuatro años del gobierno anterior hasta que finalmente cerró. Nuevos dueños dijeron. Antolín, Antonio y Emilio quedaron sin trabajo. Noche oscura primero para este presente lleno de esperanzas. 

Cuando leí de la reapertura sentí un cosquilleo en el estómago. Todavía no fui. Pero tengo que prepararme, un poco de diván, no es sólo por la renovación del local  sino también por la ausencia de Antolín, quien siempre me atendía como su cliente aunque estuviera sirviendo en otro sector del local. 

Tengo miedo de encontrarme con otra ausencia: la “Cubana Sello Verde”.

26 de Agosto de 2021.-




Una Copita

“Amo tu ocaso, tu soberbio artificio,
la gracia decadente que hace frente a la edad,
tu instinto inmortal sostiene el edificio
de tu carne que el tiempo no acierta a profanar”.

Nicolás Olivari


“La Giralda”es en la calle Corrientes de los pocos sino el único bar que está igual a cuando se reabrió en 1951. Igual decir igual es muy pretencioso pero se parece demasiado a lo que quiero decir.


El café “La Paz” padece de inconformismo con el pasado, para agregarle un énfasis a esa manía le cedió parte del local a un quiosco que hoy preside la entrada.

“La Giralda” resiste a esos embates. Los mozos ostentan una alegría del servicio de otros tiempos, acaso que nunca existieron, y son hoy un “pasado irreal, que de algún modo es cierto”. Antolín, Antonio y Emilio, se destacan por su conocimiento y empatía con los habitués. Quién escribe es uno de ellos.

El bar tiene bebidas compradas en reserva hace añares y que ya no tienen venta comercial en el mercado; por ejemplo la “Cubana sello verde” o “Valleviejo”.

Esas son las copitas de mi descanso, rutina porteña y rito tanguero. 


Pero no “son para cualquiera”, por el tiempo de reposo y en dosis moderadas producen un efecto de “euforia sin embriaguez” parecido al ajenjo que tomaban los artistas y poetas a fines de siglo XIX y principios del XX, en Paris, y otras ciudades de Europa.

El traqueteo burocrático de las oficinas se rinden a las alucinaciones poéticas. Cuando Alejandro Ferri, el personaje del cuento “El Congreso”, de Jorge Luis Borges, asiste a la Confitería del Gas donde estaban reunidos los congresales advierte que: “Todos habían pedido café y uno que otro ajenjo”.


El autor y Jorge Cerletti, al fondo Antolín

"Viene a cuento" relacionar esa narración de Borges, con temáticas principales de la novela “El Hombre sin atributos”, de Robert Musil. Específicamente la “Acción Paralela”, una grandilocuente y enigmática asociación destinada a festejar los 70 años en el trono del monarca del imperio Austrohúngaro, que se iban a realizar en 1918, pero todo fue desvariado por la primera guerra mundial. En realidad se proponían mucho más que eso, una universalidad tan abstracta, que apenas si cabía en el mundo de los humanos.

Tan exageradamente megalómana como la ONU.

La ceremonia en “La Giralda” es una costumbre conocida por mis amigos pero secretos son los efectos que producen las copitas, en cierta manera estas palabras son reveladoras y más allá de mis intenciones literarias no dejan de ser un chisme reventando los oídos de una comadre.

“El barco ebrio”, el famoso poema de Rimbaud, sus extrañas y variadas percepciones que abrieron a la multiplicidad de los sentidos la vida de los poetas condenándonos al malditismo se parece al efecto de las copitas: 


“Yo conozco los cielos rajándose en relámpagos, y las trombas 
y las resacas y las corrientes: yo conozco la tarde,
el alba exaltada como un pueblo de palomas,
¡y he visto algunas veces lo que el hombre ha creído ver.”


“He visto al sol bajo, manchado de horrores místicos,
iluminando largos coágulos violetas,
parecidos a actores, de dramas antiquísimos
¡las olas rodando a los lejos sus temblores de álabes!”


También me traen casi siempre dos poetas argentinos: Enrique Molina y Francisco Madariaga.

De Enrique: “El pasajero de la habitación nro.23”:


“que bebe seriamente su extraño desayuno
en la gracia lívida del alba
un día cualquiera
al despertar en la habitación número 23.”


Ese es el final de un poema voluptuoso de:


“kilómetros y kilómetros
de lluvia contra el alma
de mujer que se viste para partir
y el epílogo de arrabales envenenados que proliferan
con su tablón de bebedores
-¡amigos míos amigos míos!
en el errante corazón del tiempo”.


De Madariaga:


“Las garzas me empujaron al
ocaso del cielo,
y me empurpuraron el recuerdo”.


Se desencadena un festín de mesas de mármol, sillas a la usanza en los bares perdidos en barrios del pasado donde el presente se ilumina con el reverbero de las luces que no iluminaron nunca porque nunca existieron y si existieron no la aprendimos a imaginar.
El autor y Martín Gastelú



“Me envuelve como un tul
la nota azul de tu violín
me vuelve inmaterial
y siento igual tu mundo afín.”


“Dejá que versifique mi emoción
que explique la razón de tu latir
No ves, hermano Enrique, que hay
que andar
tratando de volar para vivir.


No dejes de tocar,
dejáme entrar en tu festín
marea como el ron
el corazón de tu violín”.



Estos versos son la letra de la canción de Eladia Blázquez, “El corazón de tu violín” que creo le dedicó al violinista y director de orquestas de tangos, Enrique Mario Francini.

No puedo ahora corroborar este dato en internet porque la memoria para persistir necesita contender con la computadora de lo contrario dentro de unos años vamos a tener nostalgias de wikipedias pasadas.

En todo caso las notas en el violín de Francini le producían a Eladia un revuelo que los poetas populares han llamado duendes, “los griegos musa, y la triste mitología de nuestro tiempo inconsciente”. 


“Creo que ya sé como pasó;
una varita te tocó y el don nació después
vos haces la rosa y el jazmín
con solo levantar el arco del violín”.



Eladia le pide a Francini entrar en su festín.

Es el mismo festín de las copitas en “La Giralda”.

¡Qué nadie se entere!.