martes, 15 de noviembre de 2016

LA GRAN MENTIRA SOBRE EL GOLPE DE ESTADO DE TRUMP, Por Heinz Dieterich, para Vagos Peronistas


Heinz Dieterich


Heinz Dieterich, para Vagos Peronistas 14.11.2016
Donald Trump


La gran mentira sobre el Golpe de Estado de Trump

1. El milagro bíblico de la cloaca

Cuando la democracia burguesa más importante del mundo reduce el derecho electoral de sus ciudadanos a escoger entre dos delincuentes políticos; cuando después permite que su policía política (FBI) encabece un golpe de Estado en favor de uno de ellos y, finalmente declara vencedor al que menos votos obtuvo, entonces el prestigio de esta democracia se va al carajo. Y cuando se trata de una potencia mundial, entonces se va mundialmente al carajo. Es decir, la estratagema de dominar a la sociedad global por el soft power, que iba a ser el brand name (característica) de la dupla Obama-Clinton, desapareció en el sumidero de la cloaca electoral estadounidense. La gran tarea bíblica de la clase política e intelectual del imperio consiste ahora en inventar una narrativa que convierte milagrosamente las aguas negras de la cloaca plutocrática en prístinos ríos de un monte virgen.

2. Mandarines y Nazis

En términos históricos se trata de explicarle al mundo, que die Macht-Ergreifung (toma del poder) de los nazis en 1933 era, en verdad, un acto de democracia pura y no un coup d ´etat. Por eso, los mandarines imperiales elaboran a marchas forzadas la gran narrativa de la virginidad electoral del sistema, no tocada por las manos peludas del pussy-asaltante Trump. Tienen que cumplir dos tareas, por las cuales les paga la plutocracia. En primer lugar, facilitar la reconciliación entre las diferentes fracciones de la clase dominante; el servil Obama en el Oval Office con Trump, y la oferta de Sanders al acosador sexual y promotor de la tortura, de cooperar en educación con él (NYT, 12.11.), lo ilustran. En segundo lugar, tienen que mantener a las mayorías en un estado de pre-conciencia y angustia, que impide su praxis transformadora contra el régimen capitalista-burgués. Honra, sin embargo, al pueblo estadounidense, que la mitad de los electores entendió la humillante y cínica farsa a la que los quería someter la oligarquía, y que se negó a participar en ella.

3. La biblia existe, y los milagros también

La gran mentira imperial para el consumo nacional y los desconcertados sátrapas neocoloniales en Europa, Asia y América Latina, va más o menos así. Distraídas por las duras faenas de la globalización, las laboriosas élites (establishments) del Partido Republicano y Demócrata se habían alejado del trabajador blanco pobre, verdadero sostén de este país excepcional. Esos trabajadores, con poca educación, sufrían de angustia y desesperación ante la globalizacíon librecambista, que exportaba sus trabajos hacia las “cabezas de siervo con ojos de ratón” -- 獐头鼠: los chinos, en dicción nazi-racista del comisario alemán de la Unión Europea, Karl Oettinger, “Schlitzaugen y Schlitzohren”; y los violadores y narcogángsteres mexicanos (Trump). Cuando los dos estratos del establishment político no le hicieron caso al “forgotten man” de Franklin Delano Roosevelt, pivote de su fuerza manufacturera,

entonces se apareció Donald Robin Hood, el heraldo salvador: un tanto rudo, sin realengo dinástico, pero con gran sensibilidad para los olvidados, “les misérables” del gran Victor Hugo. Y Donald el Peligroso, el shining knight, mató en combate desigual al dragón de las múltiples cabezas: Wall Street, CNN, Ted Cruz y, finalmente, Hillary Clinton. Lo que demuestra que el sistema funciona y que aún alguien que está en contra del establishment, puede ser presidente electo de los descamizados (sans culottes) en esta hermosa democracia. Un happy end para todos.

4. La razón no-milagrosa del Golpe terrenal

La verdadera razón detrás de la Macht-Ergreifung golpista de la derecha excluida gringa, es el fallido intento de los neofascistas (neocons), de destruir a Vladimir Putin y Xi Jinping. Los neocons, envalentonados con la implosión de la URSS y empoderados por el gobierno de Clinton, trataron de abortar el renacimiento de Rusia bajo la conducción de Putin. A tal fin repitieron la estrategia de agresión, conocida como la “guerra fría”, que llevó a la disolución de la URSS: destrucción económica, vía el precio del petróleo y sanciones; ideológica, vía la socialdemocracia, el Vaticano y el islam wahabita; geoestratégica, vía el terrorismo islámico, y anti-evolutiva vía el belicismo nuclear de la OTAN. Posiblemente, el proyecto neofascista de dominación unilateral ---bautizado en 1941 por Henry Luce como American Century, concretizado por el Policy Planning Staff del Departamento de Estado y el Council on Foreign Relations, y puesto en práctica a partir de la construcción de la arquitectura financiera postguerra de Bretton Woods (1944) y la OTAN--- le habría funcionado nuevamente a Washington, si no fuera por Xi Jinping. En el momento más crítico para Rusia, Xi y Putin firmaron en Beijing (mayo, 2014) un mega-convenio de suministro de gas por más de $400 millardos de dólares. Aunado a una política económica inteligente de Putin, se salvó Rusia. De la misma manera solidaria estratégica, Putin apoyó a Xi Xinping, cuando Obama trató de asfixiar a China con una cortina de hierro, a través del “pivote Asia”, la línea roja en el Mar del Sur y los idiotas útiles “independentistas”, teledirigos por la CIA en Hong Kong y Taiwan.



Fueron las desmedidas presiones neofascistas que produjeron la alianza estratégica entre Beijing y Moscú, que hizo fracasar la estrategia de la nueva “guerra fría” y el triunfo neocon en Medio Oriente. Trump y la derecha excluida aprovecharon inteligentemente este escenario, particularmente los continuos fracasos del belicismo neofascista en Afganistán, Irak, Libia, Ucrania y Siria, para movilizar a los más de 22 millones de veteranos de guerra que hay en Estados Unidos y que votaron en una proporción de 2 a 1, a su favor. Se convirtió (demagógicamente) en el “candidato de la paz” y del trabajo, frente a la neocon Clinton. Pero, dado el hermetismo oligárquico del sistema político gringo, cementado en el bipartidismo, el colegio electoral, la corrupción y el monarca secularizado (el presidente), el cambio del agotado modelo neofascista no era posible, por las incestuosas vías del sistema. Por eso, se requería una especie de Machtergreifung según el “principio de legalidad” de los nazis. La policía política del régimen, el FBI, se encargó de la maniobra, junto con el mago de “dirty tricks” trumpiano, Roger Stone, y Wikileaks. Históricamente estamos ante un coup d´etat del bonapartismo de derecha. Dialécticamente, esta derrota definitiva del sueño de dominación global del imperialismo estadounidense es la venganza de la URSS. Desde el más allá, el Socialismo del Siglo 20, a través de Putin y Xi, arrastró al vencedor imperialista de la Guerra Fría a la tumba.

5. Fin de la hegemonía mundial de Washington

El destape internacional de la cloaca de la democracia estadounidense señaliza el fin definitivo de la Pax Americana mundial. Ahora, el ascenso de China como nueva potencia mundial dominante, solo podrá pararse al precio de un holocausto nuclear, al igual que su alianza estratégica con Rusia. La fragmentación del imperialismo europeo es igualmente inevitable. Con la implosión del centro de gravitación del sistema mundial, este entra en dinámicas erráticas, que sólo dejan dos vías de evolución: la multipolaridad o las cenizas atomares. El decisor respectivo es el híbrido monstruo neofascista-protofascista Trumpiano. Charles Darwin ha de dar vueltas en la tumba.

6. Implosión del sistema estadounidense

La situación interna del sistema estadounidense, después del fracaso del proyecto mundial neofascista (neocon), es de suma inestabilidad y peligro para la humanidad. Su sociedad está dividida en tres partes: el 50% que sabe que no puede cambiar nada en esta tiranía del capital privado mediante el sistema electoral, y se abstiene de votar; el 25% que votó por los neofascistas Clinton, Obama, Bush, y el restante 25%, que votó por los protofascistas Trumpianos. Mientras la sociedad civil se encuentra dividida en tres segmentos, el poder de la sociedad política (Estado) está concentrado unilateralmente en uno: el Partido Republicano, que controla la Casa Blanca, las dos cámaras legislativas, la Corte Suprema, la mayoría de las gubernaturas y la mayoría de las legislaturas estatales. Tal concentración de poder en manos de los republicanos no ha habido desde 1920. Este sistema dictatorial protofascista es inherentemente inestable y entrará pronto en crisis, cuando la clientela del gran charlatán exija que se materialicen los milagros económicos que prometió en la campaña electoral. Entonces, hasta aquellos que no saben alemán, la bota militar y los bastones policiacos les harán comprender dolorosamente el significado del concepto nazi Macht-Ergreifung.

7. La maravillosa democracia burguesa

Para quienes quieren entender el futuro sin esperar a que llegue la hora de la verdad, basta una mirada a la bolsa de valores. El mensaje que ha está emitiendo esta bola de cristal del Siglo 21, ha sido de serenidad, paz y amor, desde la noche del triunfo de Trump. Y el Realtime Crowd Insights-Software de Bill Gates permite ver que un espíritu casi navideño ha invadido a la tribu dominante de 62 individuos que tienen la mitad de la riqueza mundial. Enhorabuena, en esta maravillosa democracia burguesa, que funciona como un casino en que todos –hasta la plebe-- pueden jugar. Pero, en que los dueños nunca pierden.





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