miércoles, 7 de septiembre de 2016

HORACIO GONZÁLEZ Y EL FRENTE NACIONAL Y LATINOAMERICANO por Claudio Javier Castelli


OBERTURA DEL 22 DE MAYO DE 2021: 

Nos enteramos que el gran intelectual, Horacio González, se encuentra con Covid 19, amen de la congoja que nos provoca y el deseo de pronta recuperación, nos pareció conveniente recuperar este texto. El mismo se escribió en Septiembre de 2016 con motivo de muchos artículos del nombrado relativos a la necesidad de conformar un Frente Nacional y Latinoamericano. El "macrismo" hacía estragos en el país y en pocos meses se habían disuelto muchas conquistas de los doce años del "kirchnerismo", las zozobras que  provocó a todo el mundo peronista alentó mucho rencor contra la derecha histórica antiperonista. Fue él uno de los principales que "aprehendió su tiempo en el pensamiento".  

Conviene traer a cuento este artículo para pensar este pálido presente de este gobierno de Alberto Fernández como "Conductor" de un Frente que ganó las elecciones el 10 de Diciembre de 2019. Ocurre que se gobierna para contentar al Frente y su problemático equilibrio y no para las masas populares y sus infinitas demandas. Acaso no se tiene conciencia lo que significaría un retorno del neoliberalismo al poder del  Estado, y la oportunidad histórica que se transita. Tampoco se tiene presente que "una paradoja se resuelve con una decisión", vale decir la paradoja del frente se resuelve con Alberto Fernández como conductor avanzando con medidas en el sentido histórico del peronismo. Queda muy lejos Alfonsín y más allá de algunas conquistas como el "Juicio a las Juntas Militares" fue un mal gobierno no nos engañemos. 

Por otro lado construir un "Estado Social y Democrático de Derecho" resultaría imposible con esta Corte Suprema de Justicia y adláteres judiciales por todo el Poder Judicial alineados todos con el "macrismo". 

La correlación de fuerzas se construye o se disuelve con decisiones populares que prontamente tendrán el apoyo del pueblo peronista. 

El traidor Carlos Saúl Menem apeló a una bonita metáfora al finalizar su primer discurso en el Congreso en 1989: "Argentina levántate y anda", parafraseando las palabras que Cristo dirigió a Lázaro. Extraña manera de andar la del Turco traidor. Su manera de caminar fue desmantelar todas las conquistas de la Argentina Peronista. Pero provocó tanto daño al imaginario del movimiento que muchos creen ser su émulo. No es por ahí es por el reflejo de los diez años del General, la vuelta en el "73", y los doce años de Néstor y Cristina. Es por ahí: No hay otro camino. No hay salida para las masas populares con un proyecto internacionalista y globalizador. Por supuesto que sabemos que ciertas tendencias de la globalización no pueden ser neutralizadas pero tampoco la derecha histórica antiperonista te pide tanto. Ellos aguardan. Nosotros también. 

Basta de alharacas y vamos al texto.  



Horacio González

 
Horacio González en diferentes textos que le hemos leído brinda su importantísimo aporte para contribuir a la formación de un frente nacional y latinoamericano unido por la multiplicidad de los diferentes, que reinvente el pasado, reconvierta el presente, y reinstaure un futuro acogedor


Los Vagos Peronistas podemos ser un pleonasmo, o también, con cierta presunción: un grupo de marginales; sin embargo, al decir borgeano, a nuestros años: “las novedades importan menos que la verdad”. Como muchos somos cristianos, creemos en la sentencia del Eclesiastés 1:9: “¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol”. 

Como dice Hegel en su monumental “Ciencia de la Lógica”: “avanzar es retroceder al principio”. ¿El cristianismo Bíblico no comienza su relato con un paraíso, y culmina en cielos nuevos y tierra nueva, que no es sino otro paraíso?. 

¿No se dice como frase hecha?: “para novedades los clásicos”. Es un clásico de la historia, el peronismo realizado, desde el 17 de Octubre del 1945, hasta el 16 de Septiembre de 1955. Cuánto más queramos enraizarnos en el futuro más nos debemos parecer a ese gobierno, en cuanto proyecto revolucionario. 

Es que, compartimos la propuesta frentista –tanto para resistir a Macri, o, como propuesta electoral futura- casi diría es mayoritaria en la militancia nacional y popular esa opinión.

Pero debemos preguntarnos ¿qué hay que hacer, cuando seamos gobierno, para no repetir errores? Aun, con cierto resuello anacrónico:   hay resortes económicos institucionales, que deben pasar a manos del Estado bajo pena de naufragar cualquier interludio democrático popular. 

La nacionalización del Comercio Exterior, y el dinamismo que debe tener la flota mercante del estado para exportar nuestras mercaderías, así como otras Empresas y Corporaciones del estado, en industrias básicas, y financieras, que puedan competir con el monstruo y posiblemente, uno de los principales dueños de la Argentina: TECHINT.

Desarrollo intensivo de la ciencia y tecnología en el país, aún más que en la década ganada, para que el país pueda competir en la materia digital, tal como el último  Aldo Ferrer lo sentenció. 

Tan “novedosas propuestas” no hacen sino hincar el diente en el pasado peronista, y realizaciones peticionadas desde largo tiempo por la izquierda nacional, y la juventud setentista; lo cierto es que el peronismo supo llevar a cabo.

En el mundo neoliberal de la globalización, todos los gatos pueden volverse pardos en un frente y encontrarse, que el rostro que devuelve el espejo es el “jopo” de Massa, y la sonrisa cáustica de Pichetto.

 Los militantes de “Astilleros Río Santiago”, por el proyecto industrialista, hace un tiempo que  piensan estos aspectos. Si lo único a realizar, y no menos importante, es crear trabajo significa  que debemos rever la naturaleza de los fines que nos proponemos con un frente. 

No se puede construir un frente para gobernar 8 o 12 años, y el gobierno contiguo en una semana destruya todo el trabajo arduo de esos ocho o doce años. Eso fue el kirchnerismo.

El estrangulamiento de divisas sigue presente en cada gobierno popular. Heinz Dieterich, acaba de decir, que uno de los errores que tuvieron los dirigentes populares, fue rodearse de intelectuales que buscaban fantasmas. Estamos lejos de compartir tal sentencia, pero hace poco nos sorprendimos con Cristina diciendo que no es una dirigente de planificaciones, lo que explicaría unas cuantas frustraciones del proyecto. 

Es esencial planificar económicamente y de manera quinquenal en materia política, económica, y cultural, no es que sepamos mesiánicamente lo que hay que hacer sino que lo sabemos, porque conocemos la historia, el pasado, el principio. Debemos saltar el muro de Keynes si volvemos al gobierno. 

Desde Vagos Peronistas siempre pensamos que socialismo nacional es el peronismo realizado en una determinada etapa, que se parezca lo más posible al peronismo del 45 al 55. 

Es cierto: "nos quedamos en el 17 de Octubre de 1945". Se decía así, en los noventa, para deslegitimar a los militantes y políticos antimenemistas. Esa acusación lanzaban los Pichetto de entonces que entraban al siglo XXI sin trabajadores.

Cristina erró feo con los trabajadores. Es esa una de las causas principales de la derrota. La queremos a Cristina, pero con asesores que no le devuelvan sus propias frases; como dijo José Pablo Feinmann: es demasiado inteligente, y cree que no necesita a ningún asesor; sólo nos estaría  dado interpretarla, y de ninguna manera en un proyecto popular puede ser así.

El movimiento nacional y popular, debe ser táctico, como Cristina, pero estratega como Perón. Librar solo batallas no es otra cosa que apagar incendios, y de lo que se trata es de gobernar democráticamente unos cuantos años, y que sean inconmovibles nuestros aportes.

Tanto en Hegel,  como en  Marx, la dialéctica entre forma y contenido es permanente, lo cual hace imposible que un pensamiento aluda a una distinción meramente verbal –como decía la escolástica-, sino que las distinciones están plenas de contenido y forma, o forma y contenido. Pero no en el sentido, del atroz materialismo dialéctico, que a la materia le une la conciencia, como reflejo de Pavlov. Sino que el espíritu, en sentido hegeliano de autoconciencia, es decir: autorreferencia, autoobjetivación, e historia, al cual adosamos el sentido neotestamentario de Neuma -hálito finísimo- debiera, en un humanismo consecuente, tener primacía.

En nuestra época de estudiantes en la Facultad de Derecho, cada profesor decía que su materia era la más importante, ni hablar de los constitucionalistas. Si hablamos con un trabajador de una fábrica, este dirá que su trabajo fordista es el más importante, lo mismo dirán los torneros, y estudiantes o lectores de filosofía. 

Hermann Hesse sentía desazón durante la segunda guerra mundial, por sus hermanos en el frente, y el haciendo literatura y poesía. La “Empresa es la célula básica de la sociedad” no la familia diría Macri.

Horacio González  es el intelectual más importante que tiene la Argentina, por su delicada profundidad y abusiva erudición;   los Vagos Peronistas, incorregibles como dijimos encontramos en sus textos una fuente permanente de inspiración nacional y latinoamericana.

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