lunes, 14 de junio de 2021

ALTERACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA POULAR por Jorge Luis Cerletti (*) para Vagos y Vagas Peronistas

 



Estamos viviendo un período de alteración social manifiesta de diversos hábitos sociales. Por empezar y como producto de las acechanzas del Covid 19, el uso de “bozales” que tapan medio rostro. Por seguir, mantenimiento de la distancia mínima de dos metros en la circulación y reunión de las personas. Asimismo, las limitaciones en la circulación de los vehículos y en el uso del transporte público, además de la prohibición de las aglomeraciones y la restricción y control sobre el funcionamiento de restaurantes, bares, y de negocios en general, según el momento. A lo cual se suma el recorte de las actividades presenciales y en particular las vinculadas a la enseñanza.

Esto genera un distanciamiento entre las personas que no condice con los hábitos sociales incorporados a lo largo del tiempo. Se rechazan las reuniones de grupos numerosos, mayores de diez personas. Lo cual se multiplica considerando las restricciones en los espectáculos públicos, tan evidentes en los deportivos con estadios prácticamente vacíos. Mientras que la vacunación en gran escala genera expectativas aunque todavía se esté desarrollando y es difícil evaluar sus alcances.

Vale decir que en esta etapa las relaciones humanas, en general, exhiben un notorio desarrollo de la virtualidad. Y tal fenómeno también alcanza a la política que tiende a una fuerte disminución de lo presencial. En consecuencia, la fuerza de lo multitudinario se diluye y crece el viejo problema político del poder piramidal a costa de la participación popular. Es que el impulso generado por las grandes movilizaciones está ausente hasta no se sabe cuándo….

Además de lo dicho, se percibe otro efecto negativo. Los intercambios de ideas y experiencias hoy parecen sufrir una especie de estado letárgico. Existe una disminución o morosidad de los mismos. Como si se produjera una extensión de la pandemia sobre la producción intelectual-política. Es que el aislamiento generado no sólo limita las acciones, sino que opera también sobre el desarrollo del intercambio de ideas. Y este fenómeno no hace más que revalorizar el concepto de praxis que hoy aparece bastante devaluado.

Morales en Jujuy no tiene problemas en mantener presa injustamente a Milagro Sala, indeclinable luchadora popular. En tanto que el periodismo de “guerra”, con Clarín a la cabeza, goza de buena salud. Y eso que en estos momentos Alberto Fernández es el presidente de la Nación. Y por más que muchos lo tilden de tibio, necesariamente integra el campo popular.

Ocurre que la derecha tiene el fuerte soporte del gran capital interno y externo además de contar con el apoyo del poder internacional de los EE.UU. así como el de sus principales aliados. Luego, las elecciones nacionales antes de fin de año revisten una significativa importancia. Y para evaluarla no hace falta más que remontarse al cercano gobierno de Macri y de cuyos efectos aún conservamos distintas heridas.

La tarea que hoy se presenta prioritariamente es recuperar la actividad política de los amplios sectores populares e ir perfilando una convergencia activa de los sectores radicalizados que no se prestan a las engañifas del poder dominante.

En esa tesitura el intercambio de ideas y el debate abierto acerca de la situación actual se impone. Desde el kirchnerismo, el peronismo de quienes se mantienen en pie de lucha, los sectores radicalizados, hasta el sindicalismo consecuente con los intereses del movimiento obrero, debemos cerrar filas para impulsar y hacer triunfar al campo popular.

Ésta es una primer y significativa etapa. Y a condición de llevarla a buen término, surgiría una segunda por demás compleja y difícil. La de independizarse del gran capital albergando y conteniendo sus expresiones menores (Pymes). Trayecto más que complejo y difícil pero condición necesaria para avanzar en un proceso emancipatorio. Su realización sería un salto adelante de inestimables consecuencias y beneficios para el pueblo.


(*) Jorge Luis Cerletti nació en Buenos Aires en 1937, arquitecto. Fue profesor de Economía Política en la Universidad del Salvador y de Historia Social en la Facultad de Derecho de la UBA. Fue uno de los fundadores e integrante del grupo de reflexión La Mesa de los Sueños, también del grupo Repro (Reflexión y producción) y colaborador del CEPPAS, (Centro de políticas públicas para el socialismo). Producto de su dilatada militancia realizó numerosos ensayos políticos. Como coordinador de la colección Cuadernos de la realidad, dirigida por Raúl Sciarretta y editada por Granica, publico en ella tres ensayos: “Desarrollo industrial y concentración monopólica”, “La oligarquía terrateniente” e “Imperialismo y dependencia” (1974) y los siguientes libros: Retazos para una historia” (ficción 1983, Peña Lillo Editor); “El nuevo orden mundial, el socialismo y el capitalismo depredador” (1 991, Centro Editor de América Latina); sigue: “El poder y el eclipse del socialismo” (1993, Centro Editor de A.L.); “El Poder y la necesidad de un nuevo proyecto” (1994, Ediciones Mesa de los Sueños); “El poder bajo sospecha” (1997, edit. De la Campana) y “Las relaciones de dominio como lazo social (1999, edición del autor); “Políticas emancipatorias - crítica al Estado las vanguardias y la representación” (2003, edit. Biblos) y “Estado democracia y socialismo” (2014, edic. El jinete insomne, publicado por el Ceppas, centro de políticas públicas para el socialismo).



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