miércoles, 31 de agosto de 2016

ARGENTINA: SUBJETIVIDADES CAMBIANTES, Por Jorge Luis Cerletti, para Vagos Peronistas






Cerletti  se explaya sobre las subjetividades políticas, manifestadas principalmente en consignas, ilustrando la temporalidad de esas confrontaciones, y destaca,  que cuando tiene primacía la política, es porque se ha inclinado la balanza a favor del pueblo, mientras que las distintas variantes de la derecha, cuando tienen hegemonía, siguen siendo voceros del gran capital. “Las cambiantes subjetividades sociales transitan por un andarivel determinado por las coordenadas del sistema. Los momentos en los que la lucha política del campo popular logra influir en la subjetividad social perturbando los planes del capitalismo hegemónico, semejan las brazadas de un nadador que golpea las bandas que limitan su andarivel y del cual no puede salirse so pena de la descalificación”. A partir de la opinión de Evo Morales, sobre los motivos del  deterioro de la centroizquierda en América Latina,  percibe “en la militancia actual una falta de formación política-ideológica que la hace más vulnerable a los discursos inmediatista”, y una primacía de la “sindicalización de la política” que reduce la batalla política a los puestos de trabajo, olvidando la “cuestión fundante de la explotación”, y explica la matriz objetiva  y subjetiva de esta. El texto de Cerletti, como tantos otros de su autoría, vuelve a hundirse en cuestiones raigales del movimiento nacional y popular, y de la militancia política en el siglo XXI.


ARGENTINA: SUBJETIVIDADES CAMBIANTES, por Jorge Luis Cerletti, para Vagos Peronistas
Jorge Luis Cerletti



El significado político económico de lo que advino por obra del gobierno que asumió el 10/12/16, el de los CEOS y las Multinacionales, responde al poder real que propició los diversos golpes militares que padeció el campo popular. En este regreso, legitimado electoralmente y disimulado bajo la máscara “democrática”, sobran las evidencias y el repiqueteo de sus medidas como para dudar acerca de lo que representa. Distinto es preguntarse por las proyecciones de este fenómeno a nivel socio-cultural al darse la conjunción de lo estructural y la hegemonía político-ideológica que por ahora han recuperado. Éste es un terreno complejo atravesado por distintos factores que inciden en la problemática de la cambiante subjetividad social. Sus manifestaciones se pueden rastrear de acuerdo a los momentos que se consideren.

Me parece importante evaluar, en dichos momentos, las contradicciones que se dan al interior del campo popular. Es que las mismas traslucen las limitaciones que debe encarar toda apertura que intente la gestación de una subjetividad opuesta al orden existente como sustento de semejante transformación. Tarea que desde las últimas décadas del siglo XX tropieza sistemáticamente con la inesperada consolidación del capitalismo, local y global, que bloquea o anula el desarrollo de alternativas. Entonces, emerge la tan insoslayable necesidad de superación como las sombras que la rodean.

En función de lo expresado, apunto dos niveles interrelacionados que gravitan en la conformación de la subjetividad social. El político, en el que se libran las batallas por imponer los discursos que moldean dicha subjetividad. Aquí juegan el factor mediático y el institucional proveniente de organismos del Estado, grandes empresas, partidos, sindicatos, etc. En tanto que el nivel estructural remite a la base económica donde la concentración de capital es determinante en la dominación. Ésta configura el escenario en el que se desarrollan los conflictos y las confrontaciones que están condicionados por las leyes del sistema. Las  luchas por el poder se inscriben dentro de ese marco que tiene una inviolable frontera: la ruptura del orden social capitalista que es el “imposible” sistémico. Esto, traducido, significa desterrar toda política que se oponga a la legalidad interna del capitalismo e intente gestar nuevos procesos emancipatorios.



Breve crónica nacional “minimalista” y contemporánea.



Como aproximación a la cambiante subjetividad social que mencioné al principio, resulta útil esbozar una mini-historia comparativa. Arranco de la fundación del peronismo dado el peso político-ideológico que aún conserva a pesar del vaciamiento y falacia de gran parte de quienes lo invocan. En consecuencia, seleccioné algunas consignas y frases simbólicas de diferentes momentos para ilustrar metafóricamente los enfrentamientos que portan subjetividades sociales de signo opuesto en ese período. A continuación, expongo la serie elaborada:

1) Perón o Braden; 2) alpargatas sí, libros no; 3) cabecitas negras - gorilas; 4) Perón:  nombre prohibido - el tirano prófugo; 5) laica o libre; 6) patria sí, colonia no; 7) luche y vuelve - “no le da el cuero”; 8) el año 2000 nos hallará unidos o dominados.  9) Liberación o dependencia; 10) socialismo nacional - “nacional…ismo” peronista; 11) derechos y humanos – “humanismo” genocida; 12) “la casa está en orden” - hiperinflación  y golpe blando a Alfonsín; 13) “estamos mal pero vamos bien” –  hacia el desastre neoliberal; 14) “dicen que soy aburrido” - “espectacular” crisis económico-social; 15) “que se vayan todos”; 16) del chirolita de Duhalde a los 12 años K.; 17) inflando globos amarillos – inflación y embustes discursivos.

Mínima traducción política de la serie:
Juan Domingo Perón

1) es una marca política inaugural del peronismo. 2) condensa el enfrentamiento con vastos sectores de la intelectualidad y de los universitarios. También denota un componente clasista ligado a los orígenes de la clase media antiperonista. 3) expresa  las luchas sociales implicadas en los prejuicios que generaba el arribo de grandes masas trabajadoras desde el interior. 4) señala la agudización de la proscripción del peronismo encabezada por el Alte. Rojas, antesalas del fusilamiento del Gral.Valle y el Tte Cnel. Cogorno y de la “Operación Masacre” (asesinatos en los basurales de José León Suárez). 5) alude al surgimiento de la enseñanza privada instaurada por el gobierno de Frondizi. 6) emblema de la resistencia peronista durante los 18 años de proscripción. 7) consigna que acompañó los intentos de retorno de Perón al país que coronó en el 73 a pesar de la oposición de Lanuse. 8) vaticinio de Perón que resultó “dominados” y al que contribuyó en su declinante último mandato y el ascenso de su secretario José López Rega gestor de las 3 A. 9) bandera de lucha de la militancia de entonces con referentes como Cuba (el Che), Vietnam, China Popular… 10) remite a los enfrentamientos entre la izquierda y la derecha peronistas que estalló con los tiroteos en medio de la enorme movilización de Ezeiza para recibir al líder que luego aterrizó en la base aérea de Morón. 11) falacia de la dictadura genocida que produjo un quiebre histórico en nuestro  país instaurando el terror que se devoró a 30.000 desaparecidos y generó la subjetividad del “no te metás” en la gran mayoría de la población. 12) Inicio del período democrático con el gobierno de Alfonsín. Comenzó con cierta expectativa popular (pretendido 3er. movimiento histórico), debió lidiar con los conatos de golpes carapintadas  y fue eyectado con el golpe blando del poder económico y la hiperinflación inducida. 13) asunción de Menem que sirvió en bandeja al peronismo con una cruda política neoliberal absolutamente explícita en su segundo mandato. 14) gobierno neoliberal de De la Rua que terminó en la formidable crisis del 20 de diciembre de 2001 con cerca de 40 muertos y la sucesión de cinco presidentes en quince días. 15) “Que se vayan todos”, lema que descalificaba a los  partidos políticos, proliferan las asambleas y nuevas iniciativas pero luego se va diluyendo la participación popular. Dhualde se hace cargo de la presidencia interina. Manda reprimir la ola de protesta popular y se perpetran los asesinatos de Kosteki y Santillán, tragedia que lo implica y acelera el fin de su mandato. 16) en el 2003 se realiza la reñida elección que luego de la renuncia del riojano, gana Néstor Kirchner con el 22 % de los votos. Lo que parecía una presidencia débil (el chirolita de Dhualde) se consolida como una fuerte gestión de corte popular que prolongará Cristina K. en las dos presidencias subsiguientes. 17) El 10/12/15 jura la presidencia Mauricio Macri, avalado por la legitimidad electoral y con él asume  la derecha explícita que desmantela lo positivo realizado por la gestión K.



Las cambiantes subjetividades.



De este esquemático y opinable pantallazo histórico se pueden inferir las variaciones de la hegemonía político-ideológica en Argentina. Aquí vale destacar dos campos opuestos, al margen de sus transvasamientos. Uno, el vinculado a los movimientos populares. El otro, a las distintas expresiones de la derecha ligada al poder estructural. El mismo exhibe la hegemonía del gran capital que incluye su dinámica interna y sus contradicciones sectoriales. Mientras que en los momentos hegemónicos afines a los  movimientos populares, prevalece el nivel político como producto de sus luchas. Lo que supone las modificaciones económico-sociales que aportaron, de mayor o menor profundidad según los casos, pero siempre condicionadas por el marco estructural al que se sujetaron.

En los últimos 70 años se desprenden, básicamente, tres períodos: de 1946 a 1976 donde la hegemonía en el campo popular la tiene el peronismo aunque en el lapso 69-73 se dan grandes luchas populares de diverso signo político (el Cordobazo, el Rosariazo, la CGTA, SITRAC-SITRAM…), la explosión de la lucha armada (los Montos, el ERP, las FAL y otras formaciones menores). Este fenómeno culmina con el derrumbe del peronismo (desgobierno reaccionario de “Isabelita”), una suerte de antesala de la tragedia en marcha. El siguiente de 1976 a 1983, el “agujero negro” producido por la dictadura genocida (Proceso de Reorganización Nacional). Finalmente, de 1983 a la actualidad período en el que se instala la Democracia Representativa.

En el primer período, después de 1955, la subjetividad social prevaleciente en el campo popular está fuertemente arraigada en la tradición peronista y sus conquistas sociales. Y a los pocos años se produce un giro cultural político de amplios sectores medios que reniegan de su pasado antiperonista (tanto religiosos como laicos). Asimismo, la mayoría de los grupos de izquierda que se diferencian del peronismo con un variable discurso crítico, también integran el bloque opuesto a la sucesión de golpes militares y al poder económico dominante. Se atenúan las contradicciones internas en tanto que la derecha peronista, en sus distintas vertientes, queda afuera aunque bajo el paraguas del líder que la usa como contrapeso. En suma, existe una fuerte subjetividad social popular que se expresa con el voto a Perón del 62% en setiembre del 73. Mientras que el  bloque de poder económico que se apoyaba en las FF.AA. como su “partido político” es derrotado y se repliega ante el peso de su pobre relevancia social y electoral.  Con sus distintos vaivenes, en ese período la subjetividad dominante en el campo popular se alimentaba con firmes convicciones y la gran energía de la lucha política.
Isabel Martínez de Perón

Todo va a cambiar a partir del calamitoso y reaccionario desgobierno de Isabelita. Fue el que dinamitó la historia de lucha precedente y deterioró gravemente la subjetividad social que la expresaba. Allanado el camino, triunfa el golpe genocida del 24 de marzo del 76 y las FF.AA. tendrán su gran revancha. Los efectos de la represión y el terror se   introyectan en la subjetividad social de la población y se expresan en el “no te metás”.

Caída la dictadura en el 83, se instala la Democracia Representativa. Y a los mini-datos históricos apuntados, sólo agregaré algunas consideraciones sobre la subjetividad social emergente en el período sin detenerme en las variaciones que incluye. Aquí me interesa  destacar lo que visualizo como un cambio de fondo.  Éste se da no obstante la gestión del kirchnerismo que intentó frenar la ofensiva del gran capital interno-externo y produjo el resurgimiento de la subjetividad social favorable al campo popular. Sin embargo, las limitaciones que configuran lo que mencioné como cambio de fondo, emergen con el triunfo electoral de Macri, tanto por lo que representa como por lo que impone vertiginosamente. A la vez, transparenta los alcances de la “Democracia” realmente existente que, confrontada a las dictaduras militares, se erigió en la panacea de las libertades y la convivencia social.

Ahora miremos las dos caras de la moneda.  

Por un lado, el kirchnerismo realizó una política de corte nacional apoyado en el control del Estado que le permitió la recuperación de instituciones como YPF, el ANSES,  Aerolíneas, una sustantiva reducción de la deuda externa y una distribución más equitativa del ingreso. Por otro, no comprometió la hegemonía del poder real del bloque económico financiero, ni la rentabilidad de sus negocios. Las Corporaciones falazmente “nacionales” y en particular las multinacionales extranjeras, mantuvieron los principales lugares de la industria, el agro, los servicios y la banca. Intereses defendidos a “capa y espada” por la fortísima prédica de las grupos mediáticos, verdaderos baluartes en la generación de subjetividad social.

La derecha logró medrar en la subjetividad social de buena parte de la población que no se corresponde con sus intereses reales. Y esto luego de largas décadas en las que exhibieron su verdadero rostro, hoy apenas disimulado con la lluvia de embustes incorporados en la hipócrita propaganda que motorizan.

En definitiva, las cambiantes subjetividades sociales transitan por un andarivel determinado por las coordenadas del sistema. Los momentos en los que la lucha política del campo popular logra influir en la subjetividad social perturbando los planes del capitalismo hegemónico, semejan las brazadas de un nadador que golpea las bandas que limitan su andarivel y del cual no puede salirse so pena de la descalificación.

Sin embargo, nadie puede predecir las secuelas que dejan y dejarán las luchas populares para el desarrollo de un proceso emancipatorio. Sí que de esa siembra tienen que surgir nuevas alternativas al orden capitalista. Y en ese sentido cobra relieve la gestación de una subjetividad social que cuestione los valores inherentes al capitalismo. Tarea tan ardua como inclaudicable y en la que, desde lo micro, debemos  avanzar en la construcción de lo colectivo, difundiendo y practicando principios antagónicos a toda forma  de explotación y dominación.

Ahora, por su significación autocrítica, concluyo citando ideas de  Evo relacionadas con la temática expuesta: “Para Evo Morales son tres debilidades de la “centroizquierda” que explican sus retrocesos políticos y sociales: a) la incapacidad para enfrentar una guerra mediática; b) para usar las redes sociales y; c) la falta de preparación política y el alejamiento de las bases.” (*).  A modo de cierre y por los sentimientos que me suscita, considero la primer debilidad señalada en el punto c.

De entrada aclaro que no planteo un juicio de valor sobre las nuevas generaciones. Sólo menciono lo que para mí resulta una constatación de circunstancias muy diferentes a las que se vivieron en los 70. Percibo en la militancia actual una falta de formación política-ideológica que la hace más vulnerable a los discursos inmediatistas. La TV. es un buen ejemplo de ello pues reduce la política al día a día y la transforma en un espectáculo: platea sí, militancia no.  Y no se trata de una cuestión de “saberes” sino de la inquietud por fortalecer los fundamentos en los que uno se apoya en la actividad política. Por extensión, pienso en los efectos de la hegemonía cultural que abierta o subrepticiamente ha creado el aparato mediático del orden existente y que, de una forma u otra, gravita sobre nuestra subjetividad. A propósito,  vale señalar la sindicalización de la política. Sin duda es legítima y necesaria la lucha en defensa de los puestos de trabajo y de los salarios. Mas, lo impropio es que se haya esfumado de la escena política la cuestión fundante de la explotación. ¿Cuál es su matriz? Nada más ni nada menos que la ganancia del capital que expropia a los obreros parte de su trabajo. De allí brota su riqueza y la dominación que ejerce y a su vez crea la subjetividad del sometido naturalizando su condición.  Pero de eso no se habla.------



Jorge Luis Cerletti  (30 de agosto de 2016)





(*) Citado por Heinz Dieterich en su artº del 08/8/16 (ver blog de Vagos Peronistas).

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