viernes, 27 de mayo de 2016

A PROPÓSITO DE "EL ESTADO EN EL 2DO. Y 3ER. SEMILLERO", Por Jorge Luis Cerletti, para vagos peronistas


Jorge Luis Cerletti




A PROPÓSITO DE “EL ESTADO EN EL 2do. y 3er. SEMILLERO”, Por Jorge Luis Cerletti, para vagos peronistas.



Envío algunas reflexiones sobre el Estado y el poder a partir de la “Breve compilación de definiciones del 2º Semillero” y la desgrabación del 3º. Ambas abordan una problemática que ocupa un lugar muy importante en mis ideas y prácticas políticas desde hace bastante tiempo. Por lo tanto, resultaron un disparador de estos comentarios.

Pienso que existen “dos tipos de relaciones interactuantes que constituyeron el principal motor de los procesos sociales en la historia; las relaciones de explotación y la relaciones de dominio. (*) Estas últimas explican la naturaleza intima del poder. Y la política ha sido y sigue siendo el campo donde se dirimen las luchas por el poder.”(1)

El período en el que aparece el  Estado es el que corresponde a las antiguas civilizaciones urbanas hijas de la gran revolución del neolítico (soslayo eventuales proto-estados). Con sus características conocidas, nace en Egipto, Mesopotamia, China e India. Se abre así el período en el que toman cuerpo las clases sociales y se potencian las luchas por el poder cuyas manifestaciones más cruentas emergen en las guerras.

El Estado tiene una doble cualidad que lo define: es la principal institución que rige el ordenamiento social y a la vez, es el garante de las distintas formas de dominación. Nace de las relaciones sociales y las luchas por el control de la sociedad y sus particularidades surgen acordes a la etapa histórica. (2)

No hay que confundir Estado con Gobierno. Fundamentalmente, el Estado resulta el producto de un proceso de construcción de las clases dominantes a lo largo del tiempo (es estructural). Y el Gobierno es expresión de las pugnas sectoriales entre la variedad de actores que tratan de imponer su hegemonía política (es contingente y en situación). 

Creo que en algunos pasajes de la breve compilación… de “El Estado en el 2do. Semillero” y en varias intervenciones que reproduce la desgrabación del 3º, se identifica Estado con Gobierno. Lo cual supone un error que tiene derivaciones políticas, juicio que paso a explicitar a continuación.

Algo que nos caracteriza en el Semillero es la oposición al orden capitalista. Y también pareciera existir común aceptación acerca de la carencia de alternativas que superen dicho orden. Esto origina diversos enfoques en torno a los rumbos en procura de crearlas lo que  supone distintas interpretaciones en torno a la realidad que nos toca vivir.

Considero que el error señalado de identificación, al confundir lo estructural con lo situacional, influye en la desestimación de las contradicciones de la política realmente existente. Lo cual tiene varias consecuencias: a) alimenta la desarticulación entre el largo y el corto-mediano plazo. b) desestima y por tanto desaprovecha las fisuras políticas generadas por gobiernos de signo popular, como es o fue el caso de varios en Sudamérica. c) tiende a aislarse de amplios sectores populares que padecen la dominación de los patrones del sistema lo que es fuente de conflictos.

Lo anterior no significa desconocer o negar el reiterado fenómeno de la cooptación del Estado sobre militantes o grupos que en su momento lo  cuestionaron. Pero entiendo que ése es un aspecto y que, básicamente, el problema es de mayor amplitud y complejidad. Hablo de la actual formidable hegemonía que ejerce el gran capital en el mundo, su capacidad de agenciarse los Estados y de generar subjetividad social. Lo cual se refleja en la señalada carencia de alternativas a favor de la emancipación y por ahora, desplaza las construcciones hacia lo micro. Ámbitos donde los movimientos, sin renunciar a la indelegable crítica al orden social vigente, deben abrir senderos de crecimiento político social sin repetir la vieja tradición vanguardista y cariocinética de la “izquierda”. Es una tarea que trasciende circunscribir la crítica a los otros (3), lo más fácil, ya que nos plantea situar la mirada en las falencias de nuestro propio campo. Y esto es lo más difícil porque desborda la sola cuestión analítica exigiendo capacidad autocrítica y una praxis creativa e innovadora.  



Voy ahora a las dos primeras expresiones-preguntas de la desgrabación del 3er. Semillero. (**) Éstas apuntan a la irresuelta problemática de la representación a nivel macro y que procuramos superarla en lo micro. Dada su importancia,  expongo sucintamente mis ideas al respecto.

La representación (4) implica una mediación que traslada la capacidad de decisión de una persona o de un colectivo a quienes son sus representantes. Puede ser amplia o acotada a un mandato determinado. No obstante, en la mediación  se da la traslación de poder que pone en juego la desvirtuación de los mandatos. Desvirtuación que es típica en la democracia representativa realmente existente.

La representación va de la mano con formas clásicas que habilitaron la dominación. Me refiero a la construcción de organizaciones que remiten a direcciones piramidales, a los liderazgos y a las vanguardias, vigentes en la historia hasta hoy. Sin lugar a dudas, en lo macro, prevalecen casi absolutamente las estructuras piramidales, vale decir, una cabeza directriz que subordina a distintos niveles de conducción hasta llegar a las amplias bases que son dirigidas.

Si uno hace un repaso histórico, se puede constatar que las grandes revoluciones y/o cambios políticos significativos fueron conducidos por vanguardias con sus respectivos    liderazgos, Yendo a lo contemporáneo, a título de ejemplo y sin igualarlos ni menoscabar el valor político de cada uno, cabe mencionar a Lenin, Mao, Fidel, Nasser, Zapata, Pancho Villa, Perón, Velazco Alvarado, Chávez, entre muchas otras figuras. A pesar de sus grandes diferencias, se puede constatar que hasta ahora se terminó retornando a lo que se había cuestionado en los comienzos de los procesos (dicho al margen de los cambios de orden social que responden a fenómenos de ruptura sistémica). Conclusión, los cambios políticos significativos fueron encabezados por vanguardias y líderes, pero también albergaron condiciones favorables a su regresión. El mayor ejemplo de lo dicho fue la implosión del campo comunista y la derrota de los movimientos de liberación nacional que convulsionaron el siglo XX. Experiencias revolucionarias frustradas que generaron la mayor expectativa política mundial acerca del fin del capitalismo y del imperialismo.  

Ahora bien, a comienzos de los 90  empiezan  a desarrollarse variadas ideas y experiencias que se apartan de los cánones políticos clásicos en busca de nuevos horizontes. Quizás el zapatismo resultó la experiencia creativa más detonante dentro de las diversas expresiones que se fueron dando. Mas, algunos años antes de su emergencia (1º de enero de 1994) se abría un proceso de revisión que continúa hasta nuestros días.

Respecto de dichas ideas haré una síntesis sobre la significación de algunas categorías organizativas innovadoras contrapuestas a las hegemónicas, me refiero a la horizontalidad, la circulación del poder (modelo heterárquico), y las conexiones en red.

Empecemos por desterrar la naturalización de las relaciones sociales, del poder y la política que se pretenden explicar por “lo inmodificable de la naturaleza humana”.

La horizontalidad se contrapone a la verticalidad en la conducción de un colectivo e implica la participación igualitaria en las decisiones. Empero, aparece el problema del número pues cuanto mayor es la cantidad de integrantes de un colectivo, aumentan las dificultades para tomar decisiones hasta llegar a su imposibilidad. Serían los límites contra los que choca la democracia directa. En cambio, en la democracia representativa real funciona un orden piramidal con su correspondiente escalonamiento jerárquico. En la primera existe una participación igualitaria del poder mientras que en la representativa realmente existente se distorsionan los mandatos y termina concentrándose el poder en las cúpulas que remata en lo líderes.

Referente al “imposible” de la democracia directa, hay que considerar las nuevas oportunidades que brinda la tecnología posibilitando viabilizar la federalización de las decisiones y la generación de mandatos en lapsos breves. No obstante, para llegar a eso existe el enorme dique del poder dominante y la subjetividad social que engendra. Por la misma razón, la viabilidad de cambiar las tradicionales relaciones de poder remite a lo micro y no alcanza a la lucha política de amplio registro. He allí lo sustancial de las carencias actuales en la creación de alternativas, vacío que se verifica urbi et orbi…

Como mencioné, la desvirtuación de la democracia representativa realmente existente, connatural al capitalismo, plantea la cuestión de sus proyecciones en el largo plazo más allá de los enfrentamiento sectoriales y de las distintas situaciones. Porque, aún suponiendo que exista fidelidad a los mandatos, queda en pie el problema de la inevitable gestión de los mismos lo que reintroduciría la problemática del poder.

Lo anterior trae a colación el tema de la circulación del poder. ¿Por qué concentrar el poder en pocas manos? Al margen de la cultura introyectada, ¿no es posible hacer circular el poder de modo que la resolución y la gestión de los mandatos sea rotativa? Éste es uno de los grandes desafíos para una política de emancipación anticapitalista. (5) Y llegado el caso, ¿no es preferible resignar eficacia temporariamente ante el peligro de reproducir formas de dominación?

Pensemos en la experiencias de los regímenes comunistas que mientras se tendió a eliminar las relaciones de explotación (al menos los medios de producción pasaron al Estado), la socialización del poder ni figuró en su primera Fase y en la inalcanzable 2ª, la extinción del Estado sólo quedó como expresión de buenos deseos…

Para finalizar, las conexiones en redes (6) ofrecen formas de relacionarse más afines a la horizontalidad y a la circulación del poder. Si los micro poderes que expresan los grupos (de diversa magnitud) integran colectivos y/o sociedades mucho más numerosas, la forma en red es la más adecuada para conectarse asumiendo relaciones igualitarias. Cada nodo puede considerarse un grupo, y el tejido la articulación de los mismos en pie de igualdad donde la velocidad de conexión puede acercarse a la simultaneidad en esta época en que la tecnología de las comunicaciones alcanza niveles extraordinarios. Pero claro, esto no deja de ser un medio, un instrumento. Lo político deviene de quien lo maneja y a quienes sirve. Y aquí volvemos, en cierto modo, al principio. La necesidad de construcción de alternativas emancipatorias.



Jorge L. Cerletti   (19 de mayo de 2016)





NOTAS:

(*) Las relaciones de explotación generan el reparto desigual de la riqueza en el que sectores minoritarios se quedan con  la nata del excedente económico. En el capitalismo la ganancia se origina en la apropiación  de la parte no retribuida del trabajo en la producción (plusvalía). Las relaciones de dominio significan la capacidad de decidir por otros y de imponer los designios o intereses propios. Son constitutivas del poder y alcanzan a todos los componentes de la sociedad, desde las relaciones interpersonales hasta las institucionales (obviamente, con sus diferentes efectos y particularidades).

(**) “Complejidad que se genera al ser muchas personas bajo un mismo paraguas, una misma organización.” y “Qué tan grande debe ser un movimiento para dar lugar a la participación, a la palabra, para que no termine siendo vanguardia.” (de la desgrabación del 3er. Semillero)

(1) “El poder y el eclipse del socialismo” de Jorge L.Cerletti, (Centro Editor de América Latina – 1993 ; contratapa)

(2) “Sus instituciones constituyen un producto histórico propio de cada orden social y no obstante las notorias diferencias de época y de las particularidades de cada caso, el Estado conserva dos cualidades fundamentales que lo singularizan: ser el principal organizador jurídico-político de las relaciones sociales y a la vez el garante del mantenimiento del orden frente a los conflictos generados por la explotación y la dominación que invisibiliza. Acorde a ello, se naturaliza su poder como única forma de preservar la convivencia social y se legitima su manejo del aparato represivo.  (“Estado, democracia y socialismo” de Jorge L.Cerletti, (ediciones del jinete insomne – octubre 2014; ver artº homónimo; pág.136).

(3) “Pero su poder se basa también en nuestras fallas. A la falta de propuestas alternativas nuestras, ellos ofrecen la continuidad de la pesadilla.” (Subcomandante Marcos, cit. en “El poder bajo sospecha” de J.L.C. (ediciones de la campana -1997; pág.21)

(4) “… la representación no es sinónimo de poder. Luego, debemos establecer la diferencia. La representación indica delegación de poder en alguien pero asimismo presupone que esa delegación de poder está ceñida a un mandato conferido por otros. O sea, el poder de decisión de alguien, en tanto no se independice de los otros, indica una atribución otorgada voluntariamente que le concede un poder relativo y acotado. En cambio el poder es la capacidad de decidir por otros, de imponer la propia voluntad per sé. (…) Lo que tienen de común consiste en el desplazamiento del sujeto de poder velado por la mediación. Como producto de ello se efectivizan las relaciones de dominio y se legitima el poder que representa lo que no es para imponer su realidad oculta.” (“Las relaciones de dominio como lazo social” de J.L.C. (Folleto editado en junio de 1999; pág. 14).

(5) “Nuevamente Von Foerster nos provee de un maravilloso ejemplo para diferenciar la concepción jerárquica (donde gobierna el `Jefe Supremo´ y la línea de mando va únicamente de arriba hacia abajo) del modelo heterárquico (donde el poder circula). Como ejemplo del `Principio de Mando Potencial´ … el episodio de la Batalla de las Islas Midway. En esa contienda `la flota japonesa estuvo a punto de destruir a la estadounidense. En verdad el barco insignia estadounidense fue hundido en los primeros minutos, y su flota fue abandonada a su propia organización, yendo de una jerarquía a una heterarquía. Lo que pasó entonces fue que el encargado de cada barco, grande o pequeño, tomaba el comando de toda la flota cuando se daba cuenta de que, dada su posición en ese momento, sabía mejor lo que iba a hacer. … el resultado fue la destrucción de la flota japonesa.´ ” (cita a Denise Najmanovich en “El Poder y la necesidad de un nuevo proyecto” de J.L.C. – Ediciones Mesa de los Sueños – 1994; pág. 88)   

(6) “La red como concepción y método de construcción es afín a la idea de la democracia directa. Es una apuesta original orientada en tal sentido. Porque valoriza las relaciones de la actividad social sin imposición de jerarquías privilegiadas. Porque estimula la participación de núcleos humanos sin pérdida de su identidad. Porque ayuda a controlar externa e internamente las relaciones de dominio incrustadas en el tejido social. Porque crea expectativas que contemplan el protagonismo individual y grupal frente al desgaste, generador de indiferencia y escepticismo, de las organizaciones piramidales clásicas.”  (Ibid. pág. 86)





No hay comentarios:

Publicar un comentario