viernes, 12 de diciembre de 2014

PAGINA12 Y TIEMPO ARGENTINO, ENTRE EL HASTÍO Y EL ESPLÍN por Claudio Javier Castelli

No se pueden leer, no hay una sola nota que te haga pensar. No me refiero a la antinomia gobierno versus oposición, eso está garantizado en los dos, pero cansa, si además no hay una crítica a algo que no funcione bien o tan bien, ni alguien que haga pensar más allá de categorías clásicas de lo políticamente correcto nacional y popular. 

Puedo decir sin temor a equivocarme, que el único pensador en los medios "nuestros", es Horacio González,  que abre intersticios, sedimentos, sugerencias, otros mundos del pensamiento antinómico, nadie dice que tiene que terminar ninguna confrontación, sino que se amplíen los horizontes del pensamiento entre "nosotros".

Y el único intelectual orgánico universal del populismo peronista en la versión kirchnerista, resultó ser Ernesto Laclau, que le aportó instrumentos sólidos a la idea de radicalización de la democracia en Argentina, Latinoamérica y todo Occidente.

El pensar militante, no puede ser el mero historiar los procesos, esa práctica ha sido abundante en estos once años, pero hay que levantar la mirada, ir más allá.

Esperaba algo más de la Secretaría de pensamiento estratégico. Es como si no tuviéramos intelectuales, sólo cronistas.

Un diario hoy no puede limitarse a informar, o reflexionar, elemental, que se eleva casi inmediatamente del hecho, debe tener notas, con más mediaciones de los procesos, con sentidos más especulativos.

Puede ser porque en el fondo del proceso, Cristina sigue teniendo un 50% de apoyo, y el candidato parece que va a ser Scioli.

Pero el periodismo tiene que elevarse de esa encrucijada, aunque más no sea para que el camino hacia el 2015, sea más entretenidamente profundo, y para viralizar algo que estimule a leer los diarios. 

Hegel decía, en el Siglo XIX, que la oración matutina había sido cambiada por la lectura de los diarios, hoy tal vez, la oración matutina, sea la revisión del twitter.

Pero si los diarios no nos hacen pensar más, o desaparecen, o miramos los noticieros.

Nadie lee libros, entonces los diarios que piensen como libros, porque los libros son irremplazables.

El pensar no puede ser solamente algo político, en el sentido de disputa por el poder, debe ampliar el concepto de lo político, a lo religioso, no como saber del Vaticano, sino de lo culturalmente vivo que es la BIBLIA, nadie la conoce tampoco, los únicos: los evangélicos, que se han empeñado en ser neoliberales. Por qué digo la Biblia, no sólo porque está todo ahí, sino por qué más allá de que alguien la ignora, o sea ateo, su cultura actual, está condicionada por ese libro. En definitiva, si algo le importó a Marx, fue la religión y la política.
Valores tradicionales como la Justicia, la ética, el bien común, el interés público, no son nunca noticias en los diarios.

Soy un convencido que la vida es demasiado corta para pasarla en superfluidades y entretenimiento solamente. Una pizca de los griegos antiguos, de los alemanes modernos, de los demócratas franceses, no se le niega a nadie.

Hegel, en su prefacio a la "Ciencia de la Lógica", decía que no puede haber un pueblo culto sin metafísica. Tanto los filósofos, de Nietzsche, Heidegger en adelante, abominaron de la metafísica que la destruyeron; hoy la necesitamos, como el aire que respiramos, para "honrar la vida", de eso se trata.

No he querido escribir una nota sobre el tema, sólo elevar una queja. Si existe el libro de quejas en el Kirchnerismo.

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