SLAVOJ ZIZEK |
MAESTRÍA
EN FILOSOFÍA DEL DERECHO, DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UBA.
MATERIA:
SOCIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO. PROFESORA MAG. NORA WOLFZUN
ALUMNO ABOG. CLAUDIO JAVIER CASTELLI
TRABAJO
DOMICILIARIO
1)
SELECCIONAR
Y CONTRASTAR DOS CONCEPCIONES DEL TÉRMINO “IDEOLOGÍA”, EN EL ESPECTRO DE LA
IDEOLOGÍA, DE SLAVOJ ZIZEK
A)
INTRODUCCION
El diccionario de la real
academia, según su vigésima segunda edición, actualizada hasta 2012, define a
la ideología: ideología. (Del gr. ἰδέα,
idea, y -logía). 1. f. Doctrina filosófica centrada en el
estudio del origen de las ideas. 2. f. Conjunto de ideas
fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o
época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.
En la página 12, de su trabajo
Zizek, analiza la crítica “progresista” corriente del psicoanálisis, y a través
de esa crítica, se denota un problema central de toda concepción de ideología,
su carácter falsario, oculto, no evidente, por sobre la aserción manifiesta,
que precisamente silencia otras referencias. La crítica progresista
generalmente se centra en el reproche acerca de que la explicación
psicoanalítica del malestar y
sufrimiento psíquicos a través de complejos libidinales inconscientes, o
aun por medio de una referencia directa a la “pulsión de muerte”, vuelve
invisible las verdaderas causas de la destructividad, que hay que anclarlas en
el cambio de las relaciones sociales, y en lugar de ese cambio, se espera un
cambió psíquico. Tanto esperarla en un cambio psíquico, como en las relaciones
sociales –que pone una causa externa-, demuestra una paradoja que “el
apartamiento de lo que experimentamos como la ideología, es la forma precisa en
que nos volvemos sus esclavos. Desde el
comienzo de su trabajo, el autor nos dice (y compartimos) que la ideología es
la negación de las contradicciones, de los antagonismos, de la lucha por el
poder.
El concepto de ideología para
quien esto escribe es la Weltanschauung
(cosmovisión), es relacionar el mundo como un todo, y con todo, lo finito, con
lo infinito, y precisamente con el tiempo histórico político, que le toca
vivir.
“La nueva ideología hegemónica
del “eurasismo” (contínúa Zizek) que predica el vínculo orgánico entre la
comunidad y el estado, contra la influencia corrosiva del principio “judío” del
mercado y el atomismo social, el imperialismo nacional ortodoxo, como antídoto
contra el individualismo occidental”.
Es imposible separarnos, o
estar ajenos, a una determinada ideología –como parece colocarse Zizek-, cuando
decimos nuestra concepción política o apolítica demostramos una; la apolítica
generalmente es de Derecha, en nuestro país. También en los actos mínimos, en
el azar, en la ignorancia.
Pensar en la ideología como
espectro es reducir la ideología a mero reflejo de Pavlov (lo experimentaba el
perro al oir la campanilla, que anunciaba la comida), es reducir el individuo
concreto y sobre todo el individuo metafísico, a mero cálculo, a mera
resonancia sin crítica. Aun cuando las clases medias y altas de las grandes
ciudades argentinas –como Buenos Aires- y el mundo, no se muestran muy
autocrítica con su propia procedencia de clase; no es imposible pensar en
realidad, un alto grado de aceptación, por sus agraciadas condiciones sociales.
Aunque realmente fuera así –faltarían estudios estadísticos sobre esto-, la
ideología que los atraviesa no es mero espectro de su condición social. Parece ser algo constitutivo de su propio
ser.
Volviendo más meticulosamente
al ejemplo de Zizek –página12/13- sobre la crítica progresista al Psicoanálisis,
cuando dice: “…¿Acaso esta noción de un rebelde que, a través de su resistencia
“irracional” a la autoridad social, expresa sus tensiones psíquicas no
resueltas no es ideología en su máxima pureza?. Sim embargo, como ha demostrado
Jacqueline Rose, la externalización de la causa, hacia las “condiciones
sociales” no es menos falsa, en la medida que le permite al sujeto evitar la
confrontación con la realidad de su deseo”. No es ideológica también esta
respuesta, y la ideología como verdad se encuentra en esta dialéctica, entre
los dos polos, donde cada una es falsa aisladamente considerada, pero verdadera
en su relación. No es que nos volvamos sus esclavos al decir de Zizek, sino que
la verdadera libertad solo existe en el pensamiento, aunque también en el acto,
aunque sean fuerzas irracionales y racionales, en una síntesis, aisladora de
esas dos abstracciones, mediante la actuación.
Con relación al caso del “Neues
Forum”, Zizek concluye, que la crítica posmoderna a la ideología, consiste en
“designar los elementos que dentro de un orden social existente –bajo la forma
de una ficción, es decir, de relatos utópicos, de historias alternativas
posibles pero fracasada; apuntan al carácter antagonista del sistema y por lo
tanto, permiten que tomemos distancia de la autoevidencia, de su identidad
establecida” (página13). Era una crítica a la tercera vía, pero también puede
derivarse de allí una crítica a los populismos
-Ernesto Laclau todavía no había publicado su libro “La Razón
Populista”, de 2005-. Acaso la identidad que ve Zizek, en la crítica ideológica
a la 3era vía, no es más que inversamente proporcional a su ilusa concepción
del lugar desde donde critica –real lacaniano, y antagonismo dialéctico
marxista-, tan ilusa como la esperanza de esos intelectuales en esos momentos,
que el neoliberalismo deglutió en europa; pero el neoliberalismo engendra su
propio contrincante: los populismos latinoamericanos, que hoy han encontrado
referentes en España –podemos- y Grecia –Syriza-.
Todos los análisis anteriores
son precompresiones espontáneas de ideología.
“En otras palabras, el punto de
partida de la crítica de la ideología debe
ser el reconocimiento pleno del hecho de que es muy fácil mentir con el
ropaje de la verdad” (Zizek, pag. 15). Ejemplo, la intervención en un país del
3er. Mundo; o la intervención en Irak del año 2003: el petróleo.
“Ellos no lo saben, pero lo
están haciendo (Marx); “ellos saben muy bien lo que están haciendo y lo hacen
de todos modos”. También es importante el planteo de Zizek: “de cómo pasar de
la doxa a la verdad”, en materia de ideología. La transposición
histórico-dialéctica hegeliana del problema, en su propia solución: en lugar de
evaluar directamente la adecuación a verdad de las diferentes posiciones de
ideología, uno debería leer esta multiplicidad misma de determinaciones de la
ideología como señal de diferentes situaciones históricos concretass”.
Históricas y lógicas de una metafísica histórica concreta. Esa logicidad une
historia en concepto y realidad en la idea preeminente de una época histórica.
Por supuesto que ese marco forma parte del objeto enmarcado (Derrida,
Althusser, página 15)-.
La ideología proletaria
(leninismo-estalinismo, 1920), la propia fuerza subjetiva impulsora de la
actividad revolucionaria del proletariado, este desplazamiento en la noción de
ideología era estrictamente correlativa reinterpretación del propio marxismo
como ciencia objetiva imparcial, como una ciencia que no contiene en sí misma
la posición subjetiva proletaria (Zizek, pag. 15/16). Llamaba a los proletarios
a cumplir su misión histórica. De alguna manera Marx la había insinuado con su
“Proletarios del mundo uníos”. Otro pasaje marxista, fue de la crítica de la
economía política a la crítica de la razón instrumental (Lukacs, y la primera
escuela de Francfort). La distorsión ideológica se deriva de la forma de
mercancía. La razón instrumental es vista como una concepción antropológica,
cuasi trascendental, que nos permite explicar la realidad social de la
dominación y explotación. Para Zizek es relativismo historicista que suspende
el valor cognitivo del término ideología y lo transforma en mera expresión de
las circunstancias sociales (Zizek pag. 16). Sin embargo la ideología puede ser
no solo constitutiva del orden social, sino también antropológicamente fundada;
pero también es cambiante, lo que no implica relativismo, sino adecuación al
juego de poder e intereses de una época, por ejemplo, en un proceso populista
de radicalización de la democracia.
B)
La
posición de Ernesto Laclau y Slavoj Zizek, y la posición de quien esto escribe.
Zizek destaca que Ernesto
Laclau tiene un abordaje innovador sobre el fascismo y el populismo, “cuyo
resultado teórico principal es que el significado no es inherente a los
elementos de una ideología, sino que estos elementos funcionan más bien como “significantes flotantes”, cuyo
significado es fijado por el modo de articulación hegemónica. La ecología, por
ejemplo, no es nunca la ecología como tal; siempre está incluida en una cadena
específica de equivalencias: puede ser conservadora (cuando abogad por el
retorno a las comunidades rurales equilibradas y a modos tradicionales de
vida), estatista (sólo una fuerte regulación del Estado nos salvará de la
catástrofe que se cierne sobre nosotros), socialista (la causa última de los
problemas ecológicos reside en la
explotación capitalista (…) La cuestión, por supuesto, es que ninguna de estas
cadenas de equivalencias es, en sí misma “verdadera”, ninguna está inscripta en
la naturaleza misma de la problemática ecológica: cuál de los discursos logre
apropiarse de la ecología dependerá de la lucha por la hegemonía discursiva,
cuyo resultado no está garantizado por ninguna necesidad subyacente o “alianza
natural”. La otra consecuencia inevitable de la noción de articulación
hegemónica es que ya sea estatista, conservadora, socialista etcl, la inscripción
de la ecología no designa una connotación secundaria que complemente su
significado literal primario, como lo había formulado Derrida, este complemento
(re)define retroactivamente la naturaleza misma de la identidad literal: una
cadena conservadora, por ejemplo arroja luz específicamente sobre la
problemática ecológica en sí (“debido a su falsa arrogancia, el hombre abandonó
sus raíces en el orden natural”, etc. (ibid pág.20)
Aquí el concepto de hegemonía
es clave, en tanto ese predominio, supone la lucha democrática, que ora puede
ser para unos, ora para otros, pero en la radicalización de la democracia, en
tanto se satisfacen las demandas de los diferentes grupos, inclusive los
minoritarios (derechos de los homosexuales, pueblos originarios, etc.), se
producen antinomias necesarias que vivifican la política. Ernesto Laclau (en
“La razón populista”, Fondo de Cultura Económica, 2005, página 167), dice “Las
conversiones radicales y los cambios repentinos en el ánimo público son
entonces sumamente usuales” (a raíz de la confesión de un miembro del partido
laborista ingles que se pasó al partido conservador, siguiendo la radicalidad e
Margaret Thacher). Lo que es discutible es el bastardeo de Zizek a los
conceptos hegelianos de en sí, para sí, y en y para sí. En Hegel son
constituciones ontológicas en su devenir. Las críticas que Zizek, pone como
ejemplo en la página 25, son en realidad críticas a lo que podría decir un
pastor evangélico, que azotan una dimensión obviamente, no presente, en su
artículo, el espíritu, que es capaz de provocar un avasallamiento voluntario en
el actuar. De alguna manera serían crítica a cierta retórica heideggariana
sobre la escatología del ser.
El supuesto lugar extraideológico
de Zizek no es más que fruto de su posición radical, como europeo, que no puede
ver más que nazifascismo, neoliberalismo y comunismo. Ese lugar vacío es una
posición sólo compatible para un filósofo, tan perfecto, como la república
platónica, y tan imbuida de ideología como esa obra.“La única posición no
ideológica es renunciar a la noción misma de la realidad extraideológica y
aceptar que todo lo que tenemos son ficciones simbólicas, una pluralidad de
universos discursivos, nunca la realidad (Zizek, pága 26). ¿Lugar vacío? Un
lugar muy difícil de acceder. Guarda relación ese lugar con los tanteos a
ciegas de Kant, para referirse a la metafísica. Por ejemplo: La experiencia de
leer concienzudamente “La Ciencia de la
Lógica”, de Hegel, representa un camino hacia la deconstrucción absoluta de la
conciencia y del mundo real percibido por los sentidos. También la austeridad
religiosa Luterana agrega un tamiz para esa ascensión a un lugar de alguna
manera absoluto. También es la experiencia heideggariana con la nada. En esa obra, Hegel concebía su tarea como
pensar los pensamientos de Dios antes de la creación de la naturaleza, y de un
espíritu finito, pero llenaba esos pensamientos de categoría dialécticas. ¿Lugar
vacío? Ese estar sin ver, es un lugar al cual se accede a través de un
mistagogo, un sabio, un religioso, un psicoanalista, o un autodidacta. Pero
nadie, en la sociedad capitalista, quiere llegar, motu proprio hasta ahí.
En realidad donde hay una idea
hay un componente ideológico. Donde hay un juzgador de la ideología de los
demás, hay una concepción teñida de ideología; ese lugar ideal no es más que
una abstracción religiosa, como un “paraíso”. La posición de Zizek, tiene los
mismos inconvenientes del hombre rebelde, del “periodismo independiente”, están
transitados por componente ideológicos.
El ejemplo de Zizek (nota 23,
página 28), cuando dice “no percibidos por la crítica de izquierda habitual de
los jóvenes intelectuales que, aunque son teóricamente conscientes de la
maquinaria capitalista de la industria cultural, disfrutan de la industria del
rock sin problematizarlos.” Quién esto escribe siempre tomó el rock, con
severas reservas, precisamente por esa matriz, que había dejado de ser
contestataria en 1970, cuando se separaron The Beatles, y John Lennon dijo que
el “sueño había terminado” Había sido cooptado por el mercado anglosajón y
mundial. ¡Qué extraña parodia de millones de dólares y mueca sin aliento son
hoy los The Rolling Stones; Mick
Jaegger es hoy una farsa que intensifica su propio
simulacro gestual.
Frase
brillante de Slavoj Zizek “bien puede ser que la ideología oficial de nuestra
sociedad sea la espiritualidad cristiana, pero su fundamente real no deja de
ser la idolatría del becerro de oro, el dinero”. Tan brillante como poco
profunda, con la apariencia de profundidad que critica más arriba en el texto.
Al
interpretar a Schelling (Zizek, página
30), quien divide: a) El elemento espiritual de la corporeidad (magnetismo
animal) b) El elemento corpóreo de la espiritualidad (muertos vivos). Estos dos excedentes representan “la lógica del fetichismo de la mercancía y
de los AIE (Aparatos ideológicos del Estado, en Althusser): el fetichismo de la
mercancía supone la misteriosa espirtualización del cuerpo, mercancía, mientras
que los AIE, representan el gran otro de la ideología espiritual y sin
sustancia.
En
la nota 25 de Zizek, hay otra excelente reflexión, universidades –anglosajonas-
y hermandades y su espíritu transgresor, con respeto irremediable del orden
existente y la autoridad. Los Jean Lee en los sesenta se vendían en el país,
juntamente con los movimientos estudiantiles en Berkeley, hoy son trapisondas
sin sustento, mera máscara, como los profesores que en Oxford, entran en
bicicletas a las clases.
La
realidad (ibid página31) siempre es incompleta, fracasada. El núcleo
preideológico de la ideología consiste, entonces, en la aparición espectral que
llena el hueco de lo real”. “Lo que el espectro oculta no es la realidad sino
lo “primordialmente reprimido” en ella, el X irrepresentable sobre cuya
“represión” se funda la realidad misma.”
El
lugar de lo real lacaniano y el antagonismo marxista. Es la mejor perspectiva
para analizar los procesos. La lucha de clases como real. Es una apelación a la
discordia de Heráclito, a la dialéctica hegeliana y su carácter ontológico, no
como mero método. Sin embargo la riqueza del concepto se ve neutralizada por el
materialismo con que Zizek, observa el mundo. Un materialismo imposible de
sostenerse, en un mundo donde el entramado cultural es complejo e imbricado y
no solamente un reflejo de la materia. Pero el permanecer igual de ese lugar
extraideológico, en realidad es la posición del psicoanalista, es una
profesionalización de la ideología. En realidad no hay ninguna forma de ocultar
la irrepresentación del antagonismo, para mirar antagonistamente, porque las
minorías ricas, las clases acomodadas son las que más conciencia de clase tienen en esta época posmoderna. La
oligarquía anula toda idea de irrepresentabilidad, basta pasar por un barrio
cerrado, o visitar la zona norte de Buenos Aires, y Gran Buenos Aires. Es la
sola palabra utilizada (espectro) profundamente eufemística e ideológica en su
utilización. Es ideología, esa disminución de la cualidad del espíritu, a mero
reflejo de Pavolv, de la materia, lo que cosifica el propio acto crítico de la
ideología de Zizek. La religión, mero reflejo de la materialidad, ha
sobrevivido a todo, al positivismo científico, al marxismo y al propio
capitalismo neoliberal. Hoy el opio de los pueblos son los medios de
comunicación.
PUNTO2: ¿CUÁL ES LA CATEGORÍA
ANALÍTICA, IDEA O AUTOR QUE MAS TE CONMOVIO (GUSTÓ, INTRIGÓ, DISGUSTÓ, IRRITÓ,
ETC) FUNDAMENTAR EN UNA CARILLA.
El
artículo “El espectro de la ideología”, de Slavoj Zizek, me irritó, me gustó,
me hizo pensar. Me pregunto, y Usted Dra. Nora Wolfzun, que tanto habla de
articular autores. El artículo de Zizek, sí, que articula autores. Había
husmeado otro artículo de Zizek, y me había dado esa impresión. Me pregunto si
el destino de esta época sea articular, si pensar se reduce hoy a articular,
enhebrar diferentes categorías y autores. Semejante afirmación supone, que está
todo pensado o casi, y la única forma de interpretar los hechos de la realidad,
sea elaborar esa rendija imprescindible. Pienso en Niklas Luhmann, y la cirugía
conceptual que realiza, utilizado, enhebrando diferentes autores –no solamente
alemanes, como nos tienen acostumbrados, los pensadores de ese país, sino que
recolecta autores franceses e italianos-, y lo comparo con Zizek, hay un viento
de época parecido. Pero Luhmann intentó realizar una teoría sistemática de la
sociedad. Tal vez no sean comparables. Pero hay algo que los une: la
posmodernidad. He dividido la posmodernidad entre posmodernidad dura y
posmodernidad blanda. Luhmann está en la posmodernidad dura. ¿Zizek? Es de
difícil lectura, requeriría varias. Lo comparo con Váttimo, que lo pongo en la
posmodernidad blanda. Pero las articulaciones de Zizek, son profundas, se nota
una lectura concienzuda de la Ciencia de la Lógica, de Hegel, y la
Fenomenología del Espíritu. Tal vez demasiado materialista para mi gusto. Tengo
mucho rechazo por la materialización del espíritu y del hombre. Ese maldito
reflejo de Pavlov.
Me
irritó mucho el “lugar extraideologico” (¿?) desde donde (Real lacaniano y
antagonismo marxista) Zizek, pretende que individuos debidamente
psicoanalizados por él, u otro
psicoanalista lacaniano, deconstruya un sujeto, ¿para que pueda votar? Voto
calificado, sí voto calificado, me suena en los oídos esa propuesta imposible de
universalizar, de generalizar, de hacer masivo, para que pueda articular en
democracia real, ese sujeto.
Me
gustaron mucho sus notas críticas de ciertas costumbres que vinculan al mundo
anglosajón (la del rock, la de las hermandades universitarias) Recordé mucho la
película “La sociedad de los poetas muertos”, ese profesor rebelde, tiene mucho
del profesor que entra en bicicleta al aula. Tengo que reconocer que tengo
mucho rechazo a la cultura anglosajona (Estados Unidos e Inglaterra) sobre todo
por su vulgaridad adocenada con defensa del orden existente, por un sentido
común, que vende como pensamiento profundo. Son prejuicios ya lo se. Pero me
gusto encontrar en Zizek, esas críticas, que arroje oportunamente en soledad.
Sobre todo al Rock. Recuerdo mucho cuando en el año 1981, todo el mundo cantaba
en inglés, en el estadio de Velez Sarsfield -creo que fue en el mes de Noviembre- el grupo
“Queen”. Fue uno de los tantos momentos en que me sentí exiliado en Buenos
Aires. Unos meses después empezaba la guerra de Malvina, y la difusión del rock
nacional, es decir en castellano.
Claudio Javier Castelli |
PUNTO 3: CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE
UN MITO (NARRAR A SAN MARTÍN, DE MARTÍN KOHAN; COLLINGWOOD Y EL CONSTRUCTIVISMO
HISTÓRICO, DE ROSA BELVEDRESI)
El
diccionario de la RAE, en su vigésima segunda edición, actualizado hasta el
2012, define: mito1. (Del gr. μῦθος). 1. m. Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico
y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia
interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad. 2. m. Historia ficticia o personaje literario o artístico que
condensa alguna realidad humana de significación universal. 3.
m. Persona o cosa rodeada de extraordinaria estima. 4. m.
Persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o
bien una realidad de la que carecen.
“El héroe nacional consigue siempre
mantenerse en pie, precisamente porque tambalea (Kohan, página13). “El culto
sanmartiniano –no se trata de San Martín, eso queda claro; no se trata de su
persona, sino de la imagen erigida por y para el culto patrio, ofrece no pocos
flancos y una sensata objeción: la santificación, el militarismo, el
esencialismo, el deber reverencial” (Kohan, pág.14) “Porque San Martín no era un hombre como cualquier otro; no cualquiera
podía hacer lo que hizo él, y de hecho, nadie lo hizo” (Koha, pág.15). “En la potencia impar de su
subjetividad, en la plenitud del yo de su condición de Gran Hombre, la Fábula
de la Identidad Nacional encuentra la irradiación necesaria para constituir un
sujeto colectivo, un Nosotros, el de los Argentinos. La figura heroica de José
de San Martín abarca todos los tiempos de esa identidad: el presente, porque su
vigencia es indudable, su figura es siempre actual; el pasado, porque es el
héroe de la historia, pero además es el héroe del origen, es uno de los padres
fundadores de la nación; y el futuro, porque es el héroe moral por excelencia,
impone su mandato ejemplar hacia el porvenir, el deber ser de la argentinidad
(no en vano es el que reciamente estableción: “Serás lo que debas ser…”). San
Martín hace que –al decir de Eric Hobsbawm- “los conflictos simbolicen su reconciliación
en un plano más elevado y abarcador”. La caída en el Combate de San Lorenzo, lo
hace humano e inmortal, sus soldados se juegan la vida para salvarlo. Hablar de
un mito en plena posmodernidad, después de la universalización del consenso de
Washington, de la fiebre neoliberal de los 90, de la globalización del capital
financiero sin límites, y sin referencias, que circula por el mundo, sobre
todos, con las guaridas fiscales, es un desafío. Aun después del 2003, en
Argentina, de Chavez, de Lula, de la Cumbre de Mar del plata.
Buenos Aires, es una ciudad
cosmopolita, pero nación y bloque regional latinoaméricano, se vuelven
condiciones indispensable. Por eso son muy buenos estos textos para hablar de
la construcción de un mito. El libro está fechado, el año del no al Alca.
Muy difícil compartir las
derivas de la introducción de Kohan, sobre los nacionalismos –Pág.18/19-,
siempre a punto de vincular nacionalismo con “nazionalismo”, siempre a punto de
relacionar toda reivindicación nacional con Hitler. Algo que no se sostiene.
Comparto con la izquierda nacional (Norberto Galasso, Jorge Enea Spilimbergo,
Jorge Abelardo Ramos) la consideración de la Argentina como una semicolonia
norteamericana. Donde la vigencia del pensamiento colonizado causa estupor,
sobre todo cuando leo estas introducciones. La ciudad puerto y haber vivido
toda la vida o parte en él, hace que mucha gente no advierta su pensamiento
antinacional. Asimismo, sigo a Mao Tse Tung –en su artículo “La contradicción”,
en Cinco Tesis filosóficas de Mao Tse Tung, Ediciones en Lenguas extranjeras,
Beijing, China, 1980)- cuando se refiere a la contradicción principal –nación e
imperio-, como previa a la lucha de clases. Se pregunta por su perduración en
el presente (Kohan, pág.19 o 20) como si fuera una enfermedad, cuando el amor
al terruño, es un principio natural, de cualquier orden social, un deber para
cualquier ciudadano, como el amor a los hermanos, a los padres. En el episodio
del inmigrante coreano (Kóhan, pag.23/27), el autor descubre la estigmatización
del otro, frente a un nosotros que merece preservarse Y como la figura de San
Martín, sirve para afirmar ese nosotros. Cómo la guerra de Malvinas vino a
debilitar el honor nacional y el militarismo de la sociedad argentina. Pero a
ese militarismo le practicó el golpe mortal el Juicio a las Juntas del 85, y
los procesos abiertos desde 2003, así como la incansable lucha de las madres de
plaza de mayo.
La dictadura ya tenía la suerte
sellada, yo estuve en la plaza el 30 de Marzo del 82, acompañando a los
trabajadores que en cientos de miles se lanzaron por el centro de Buenos Aires,
un acto multitudinario contra el gobierno militar, Malvinas o no caía. Malvinas
en todo caso aceleraron la caída.
La frase de San Martín,
utilizada por Moreno Ocampo, Fiscal Adjunto del juicio: “La patria no hace al
soldado para que la deshonre con sus crímenes”, y el contexto en que fue
empleada, es muy bueno, para mostrar la forma en que se deja a salvo a San
Martín, de los horrores del ejército en la dictadura.
A través de sus viajes, la
gesta de la cordillera, va estableciendo los límites del territorio argentino;
es el héroe de la consolidación nacional, pero el establecimiento del estado,
se realiza con Generación del 80, y las
masacres de Roca en el sur. Hasta esa ignominia, le fue negada a San Martín. Viajes,
exilio, cadáver repatriado, como muchos en la historia argentina. Pero necesita
el rapsoda que cante a esa épica, el Homero. Esos grandes hombres de la argentinidad que lo
relataron: Juan María Gutiérrez, Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre y
Ricardo Rojas (entre 1841 y 1933). Sarmiento le dedica varias notas, Juan María
Gutiérrez, un bosquejo, pero Mitre “aporta a la representación de San Martín
como Padre de la Patria el gran relato de dimensiones monumentales. (Kohan,
pág.43)
Ricardo Rojas, publica en 1933,
“El santo de la espada”, y potencia a San Martín, “con un salto de
trascendentalismo espiritual” (Kohan, pág. 45).
“Su representación narrativa ha quedado completa” (Kohan, pág.46). Posteriormente “es un objeto a invocar para validar y
validarse” (Kohan pág.46) El peronismo lo hizo asociando a San Martín con Perón, el revisionismo
asociando a San Martín con Rosas, la izquierda lo hizo asociando a San Martín,
con el Che Guevara” (Kohan, pag. 46). “La imparcialidad el juicio justo,
corresponden siempre al discurso de la historia; la inexorable injusticia de
las apreciaciones de los contemporáneos se corrige siempre con el inequívoco
fallo de la posteridad” (Kohan, pág. 55). Es interesante en reparar en las
estatuas –la de la Plaza Marte, hoy San Martín-en el recurso ficcional de
Sarmiento de acudir a un teniente de artillería, que supuestamente había
participado de la batalla de Chacabuco.
“Mitre escribe una historia
monumental de San Martín, ese héroe de los monumentos que, ya en vida, lograba
adoptar la apariencia de un monumento”. (Kohan, pág 61). Rojas también como los
anteriores hagiógrafos de San Martín, lo hacen “con alguna forma de marginación
o repliegue político” (Kohan, pág.66). Pero la de Rojas es “la de la
santificación lacia, la de la relativa desmilitarización del héroe militar,
desde las amplitudes del nacionalismo liberal” (Kohan pág.67). El mismo año de
la publicación de Rojas -1933-, se produce el día de San Martín, 17 de Agosto,
y desde 1938, pasa a ser feriado nacional.
¿Qué es un héroe? Acudimos a la
RAE: héroe. (Del lat. heros, -ōis, y este del gr. ἥρως). 1.
m. Varón ilustre y famoso por sus hazañas o virtudes. 2. m. Hombre que lleva a
cabo una acción heroica. 3. m. Personaje principal de un
poema o relato en que se representa una acción, y especialmente del épico. 4. m. Personaje de carácter elevado en la epopeya.
5. m. En la mitología antigua, el nacido de un dios o una diosa y de una persona
humana, por lo cual le reputaban más que hombre y menos que dios; como
Hércules, Aquiles, Eneas, etc.
“Un héroe es un destinado”
(Kohan, pág. 71) “Esta manera de concebir lo que es un héroe no puede sino
determinar la manera en la que se contará su vida” (ibid, pág.72). “El relato
de la vida del Padre de la Patria define e integra, por lo tanto, no solamente
una secuencia de hechos, sino también diferentes momentos de una subjetividad :
un sujeto que se inicia (y para iniciarse, se va): que se revela ante sí mismo
(y entonces regresa); que se singulariza (revelándose también ante los demás);
que se vuelve único (y entra en el panteón); y que se sacrifica (alcanzando la
superioridad moral que lo convierte en el padre supremo de la argentinidad)” Y
la instancia de la repatriación (Kohan, pág. 75). Se destacan los valores
morales del héroe, así como la astucia y el ingenio (Alvarez Condarco, enviado
por San Martín, como parlamentario a Chile, pero en realidad para conocer el
camino del cruce), “convierte la mentira en un instrumento militar” (Ibíd, pág.
78). Rojas también destaca la épica, pero también la tragedia de la historia
argentina.
“Narra a San Martín haciendo
que su campaña militar se sublime como lucha espiritual” (Ibíd, pág.87).
A través de su retórica, Rojas,
les dirige admoniciones a los militares argentinos –Recuérdese el golpe militar
de 1930, que derrocó a Irigoyen-
El héroe militar que había
forjado Mitre, fue discutido también, por Juan Bautista Alberdi; la forma de
Mitre de concebir la argentinidad. “Dijo que era un genio entre mediocridades”
(Ibíd, pág.94) Y que su delimitación del territorio argentino, fue limitante,
porque excluyó territorios, que pertenecían al Virreinato del Río de la Plata.
Pero discute con Bartolomé Mitre, su disposición a hacer de la historia, una
historia bélica, y no a hacer una historia de la libertad. Todo lo que Mitre no
destacó, y lo que Alberdi puntualizó, es neutralizado por Rojas, con su héroe
santo. Leopoldo Torre Nilsson filma en 1968 y estrena en 1969, la película “El
santo de la espada”. Vuelve a representarse el soldado, aparece uniformado, aun
en momentos íntimos. “Torre Nilsson lleva a cabo, no ya una versión del libro
de Rojas, sino una reversión del libro de Rojas” (Ibíd, pág.102), dictadura de
Onganía mediante –y la evidente censura-, como sea “San Martín es el hérode
simultáneo del militarismo y del antimilitarismo, del clericalismo, y del
anticlericalismo, de los liberales, y de los revisionistas (su sable corvo lo
destinó a Rosas).
Su sable corvo también pobló la
historia argentina de sucesos, reinvindicaciones, para apañar determinadas
posturas de movimientos izquierdistas. Este 25 de Mayo se volvió a llevar el
mismo al Museo Histórico Nacional, donde estará custodiado por Granaderos.
-El
trabajo de Rosa Belvedresi (Collingwood
y el constructivismo).
R. G. COLLINGWOOD |
Definamos diacrónico: diacrónico,
ca. 1. adj. Se dice de los fenómenos que ocurren a lo largo del tiempo, en
oposición a los sincrónicos. 2. adj. Se dice de los estudios referentes a estos
fenómenos. Real Academia Española © Todos los derechos reservados
La autora del artículo dice “En
este trabajo trataré de mostrar que existe en la obra de Collingwood una unidad
si se considera su concepción de la historia y, si bien no creo que algunos
cambios en su desarrollo puedan obviarse, me inclino por una lectura que tienda
a verlos como modificaciones en sus tesis que, vistas diacrónicamente, permiten
reconocer cierta continuidad” (Belvedresi, lpág. 189). “Esta unidad significa
inicialmente, la posibilidad de leer las tesis contenidas en cada libro a la
luz de los otros” (Mink, cit. Por Belvedresi, pág.189). Collingwood, en su
etapa realista, había definido el fin supremo de la historia como la
determinación o interpretación del hecho individual” (Ibíd, pág.192). “El
conocer no supone diferencia para lo conocido” (Collingwood, cit. Por
Belvedresi, pág.192).
Dice Belvedresi que la
calificación de “realismo” puede ser discutida, la insistencia sobre los hechos
no apuntaría a su carácter independiente del conocimiento del historiados
sino a acentuar la actividad individualizadora
de éste” (Ibíd, pág. 193). En su
Speculum Mentis “se propone la construcción de un mapa del conocimiento
en el que se distinguirán cinco provincias, o formas de experiencia: arte,
religión, ciencia, historia y filosofía (Ibíd, pág.190). Es decir si la
historia se somete a la filosofía, ello
“explicita los supuestos de la historia” (Ibíd. Pág. 194). “El único objeto al
menos del que puede decirse que su naturaleza es alterada al ser conocido (…)
es la mente que conoce” (Collingwood, cit. Por Belvedresi, pág. 195). “El mundo
del hecho que la historia suponía real no es independiente del historiador”
(Collingwood, cit. Ibid. Pág.195), “el mundo del hecho que para la historia es
un presupuesto exerno de su pensamiento, se torna para la filosofía un mundo de
perspectivas” (Ibíd, Pá.195) “Elijo la expresión constructivismo histórico para
referirme a la posición de Collingwood porque me parece más adecuada en este
contexto que las de “anti-realismo” o “no realismo”. “Lo que el historiador
construye no es sólo una teoríqa o explicación de lo que ocurrió, sino los
eventos mismos” (Belvedresi, pág. 197).
“El historiador construye o
constituye su objeto no está diciendo que crea un objeto que antes no existía
(y que nunca existiría si él no lo inventase); no está diciendo que si no fuese
porque el historiador tomó el diario personal de Simón Bolívar y lo consideró
evidencia para afirmar su existencia, Simón Bolívar no hubiese existido. Lo que
dice, menos pretensiosamente, es que el historiador construye un Simón Bolívar
historiográfico al interpretar las pruebas de las que dispone como
pertenecientes a un tal personaje” (Ibíd, pág. 198). La tesis constructivistas
hacen hincapié en la evidencia y la interpretación. Una narración histórica es
verdadera no porque se adecue a un hecho, sino porque 1) da una interpretación
coherente de la prueba disponible y 2) toma en consideración la evidencia
considerada relevante por la comunidad científica de los historiadores.” (Ibíd,
pág. 198). Collingwood, entonces debería “reconocerse que aceptó una tesis
constructivista desde sus comienzos aun cuando no fuera explícita y
consistentemente formulada como en sus obras posteriores” (Ibíd, pag. 198)
Ello no “transforma a la
historia en una variante más o menos culta de la ficción literaria, más
todavía, esa condición parece favorecerla ya que el debate entre relatos
alternativos resulta en la apreciación cada vez más controlada de las pruebas,
así como también en la exposición de los supuestos que a veces enturbian el
trabajo del historiados” (Ibíd. Pág.200).
“Toda historia es el fruto de
una interpretación más o menos crítica y científica de las pruebas”
(Collingwood, cit. Por Belvedresi, pág. 201). “El constructivismo se aplica
incluso a las pruebas, puede decirse que la evidencia es creada por el
pensamiento histórico: “creada, no descubierta, porque la evidencia no es
evidencia hasta que no vuelve algo evidente” (Collingwood, cit. Por Belvedresi,
pág. 201). “Nada debes afirmar, aunque sea cierto, para lo cual no puedas producir
evidencia” (Collingwood, cit. Por Belvedresi, pág. 201).
“La construcción de la imagen
del pasado no es, entonces arbitraria, en la medida en que es discutida y
controlada intersubjetivamente” (Belvedresi, pág. 205). “La imaginación a
priori de Collingwood, y en general su tesis constructivista, sólo se aplican a
la constitución del pasado histórico, no a su creación”.
-Conclusión de los dos trabajos
El constructivismo parece como
la única posibilidad de articular la historia, a partir de las pruebas, pero
donde a cada prueba, corresponde una interpretación del historiador, es
interesante distinguirla de las ficciones, que radican solo en la imaginación,
aquí se trata de imaginación histórica, pruebas, construcción de un Mito. Pero
en la obra de Collingwood, “Idea de la historia”, Fondo de cultura económica,
Méxijo, 1952, en la página 301, dice “A manera de ilustración de esta tesis he
de demostrar cómo nuestro conocimiento de que la actividad humana es libre lo
hemos alcanzado solamente a través de nuestro conocimiento de la historia”. Eso
la relación entre constructivismo y libertad, quería señalar.
PUNTO
4: DAR CUENTA DE LA ARTICULACIÓN “MUNDO LENGUAJE” EN LOS SIGUIENTES AUTORES
(TOMAR UNO A ELECCIÓN). PIERRE LEGENDRE, LO QUE OCCIDENTE NO VE DE OCCIDENTE.
¿Qué es mundo? (RAE) mundo. (Del
lat. mundus, y este calco del gr. κόσμος). 1.
m. Conjunto de todas las cosas creadas. 2. m. Planeta que habitamos. 3. m.
Esfera con que se representa el globo terráqueo. 4. m. Totalidad de los
hombres, género humano. 5. m. Sociedad humana. El comercio del mundo. Burlarse
del mundo. El Redentor del mundo. 6. m. Parte de la sociedad
humana, caracterizada por alguna cualidad o circunstancia común a todos sus individuos.
El mundo pagano, cristiano, sabio. 7. m. Experiencia de la
vida y del trato social. Tener mucho mundo. 8. m. Ambiente en
el que vive o trabaja una persona. El mundo de las finanzas. 9.
m. Vida secular, en contraposición a la monástica. Dejar el mundo.
10. m. En sentido ascético y moral, uno de los enemigos del alma, según la
doctrina cristiana.
¿Qué es lenguaje? lenguaje. (Del prov. lenguatge). 1. m. Conjunto de sonidos
articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente .2. m. lengua (‖
sistema de comunicación verbal). 3. m. Manera de expresarse. Lenguaje culto,
grosero, sencillo, técnico, forense, vulgar. 4. m. Estilo y modo de hablar y
escribir de cada persona en particular. 5. m. Uso del habla o facultad de
hablar. 6. m. Conjunto de señales que dan a entender algo. El lenguaje de los
ojos, el de las flores. 7. m. Inform. Conjunto de signos y reglas que permite
la comunicación con un ordenador. ~ de
alto nivel. 1. m. Inform. lenguaje que
facilita la comunicación con un computador mediante signos convencionales
cercanos a los de un lenguaje natural. ~
ensamblador. 1. m. Inform. lenguaje muy
similar al de máquina, con pequeñas modificaciones mnemotécnicas que facilitan
su uso. Es de nivel inmediatamente superior al de máquina. ~ máquina. 1. m.
Inform. Conjunto de instrucciones codificadas que una computadora puede
interpretar y ejecutar directamente. Real Academia Española © Todos los
derechos reservados
“Loysel: Se enlazan los bueyes
por los cuernos y a los hombres por las palabras”. Las obras heredadas de Roma
y la Edad media, sobre derecho, iban con la definición de las palabras
empleadas. “EL lazo del lenguaje,
distingue al hombre” (Legendre, pág.68). Cita a Aristóteles, quien en La
Política, dice que el hombre es un animal político, porque es el único que
tiene la palabra” (Ibíd, pág 68) “La filosofía de Aristóteles da testimonio del
trabajo de la cultura en orden a edificar las categorías por cuyo intermedio el
humano se identifica, se reconoce a sí mismo diferenciándose” (Ibíd, pag. 69). Los
descubrimientos e Freud, en relación al combate del hombre por la cultura, a su
malestar, inquietud y desgarramiento, confirman en Legendre la necesidad de seguir
la senda de una antropología dogmática. Legendre considera al ser humano, no
como un ser indiviso socializado, “compuesto por una única pieza, sino como un
ser dividido por el lenguaje, separado de sí y del mundo y sin embargo
unificado por los lazos del lenguaje constitutivos también de lo que llamamos
sociedad, cultura, civilización” (Ibid. Pág.70). El viviente que habla se halla
articulado y puesto en relación según “la lógica del montaje” (Ibíd. Pág.70)
del discurso, que “en cuanto tal, ocupa el centro de nuestra problemática: el
objeto antropológico.” (Ibid, pág.71). El concepto de lazo tiene aquí una
connotación doble. Por un lado, remite a la idea de relación entre elementos
separados, remite a la división por el lenguaje. Y, por el otro, significa
también coacción y evoca, pues, lo normativo, lo instituido. “El animal
dividido por el lenguaje, pero también el animal instituido” (Ibíd., pág. 71). El
animal dividido por el lenguaje, es la corporalidad y la palabra. El fenómeno
del discurso y de la relación del cuerpo con el discurso, relación específica
de nuestra especie” (Ibíd, pág. 72).
Tanto en “Occidente como en
todas las demás culturas, el como si, la dimensión de la ficción, es el rodeo
obligado que posibilita al hombre ser ese cuerpo entero evocado por el maestro
del Tao; dicho de otra manera, ser el animal dividido, enlazado, instituido, el
animal hablante” (Ibíd., pág. 74). “Los vocablos, las palabras, son una
meditación gracias a la cual el humano entra en relación con su propia
materialidad animal y con la materialidad del mundo.” (Ibíd, pág. 74). “Aparece
la necesidad lógica de una desmaterialización de la materialidad, de una
desmaterialización del cuerpo y del mundo para que la vida surja, para que la
vida viva y se reproduzca en la especie dotada de la palabra” (Ibíd., pág. 75).
La pantalla de las palabras supone la identificación con uno mismo y la
identificación del mundo y con el mundo por el humano. “De qué modo la división
por el lenguaje se articula con la vida de la representación, con el juego de
las imágenes. Pero también hemos de
tener en vista el lado normativo inseparable del lenguaje. (Ibíd, pág. 775/76).
Las palabras las analiza siguiendo la estructura del signo de Saussure: el
significado, el significante, y el lazo. Llama lazo dogmático porque es del
mismo tipo “que el que une al sujeto con su imagen en la escena del espejo, ese
lazo es resultado de un disparidad, de una distancia entre los dos términos. El
signo revela una estructura ternaria, donde la disparidad funciona como
elemento tercero. La disparidad es la mensajera del sentido. Pero el soporte es
la relación consigo mismo. Pero el humano se inscribe en la escenificación de
sí y del mundo mediante los signos, con el fin de crear la exterioridad en el interior
de sí. “El cuerpo mismo se vuelve, diría yo, espacio teatral, objeto de la
representación anclada en la palabra” (Ibíd, pág.81). Pero la modernidad
disolvió la separación introducida por el cristianismo y dio lugar a “una
incomprensión del montaje lingüístico, incomprensión hoy prácticamente total”
(Ibíd, pag.81). Está en juego “la
división psico-somática no opone la materialidad somática a la inmaterialidad
psíquica, pues esta división es ante todo un discurso: un discurso que designa
el montaje lingüístico del humano, del animal hablante.” (Ibíd, pág. 82) “La
materialidad del cuerpo no queda suprimida, sino que en el montaje es asumida
como imagen: como imagen instituida (Ibíd., pág. 82). Estas consideraciones
sobre la división psico-somática introducen en la interrogación sobre el
viviente la cuestión de los montajes dogmáticos. El espejo implica liberarse de
las explicaciones implica fe en las imágenes. El espejo nos hace entrar en lo
original de la vida de la representación. El espejo nos sumerge en el abismo de
la identidad (Ibíd.pág- 84). La lógica del espejo “demuestra la naturaleza
relacional de la identidad” (Ibid. Pág. 84). El sujeto no necesita ninguna
prueba para plegarse a la verdad de su imagen (Ibid. Lpág 85). “Para elaborar
su lazo con la alteridad del mundo, con la imagen del mundo, construye la
alteridad de sí mismo”. “El lazo de imagen es la otra vertiente de la relación
lingüística. El hombre mantiene con el mundo relación de interlocución. (Ibíd,
pág. 85). “El espejo es la metáfora del poder de dividir”. Espejo y palabra son
indisociables, pues uno y otra expresan la misma lógica ternaria (Ibid., pág.
86). El pincel invisible o el Dios pintor del alma expresan pues,
metafóricamente, el poder de un sitio lógico significativo de la disparidad, de
la distancia de sí a sí mismo, de la desgarradura, pero que también abre para
el humano, el universo de la ficción” (Ibid. Pág. 87).
Aparece entonces en el animal
instituido, la exigencia de legitimidad que hunde sus raíces en lo oscuro y lo
informe, es el lazo del viviente que interroga. Pero el hecho de vivir “la
pregunta contenida en la lógica de la palabra” interdicción, es el aspecto
negativo, el límite implicado por el yugo del lazo. El núcleo antropológico del
orden normativo es el principio genealógico vehiculado por el lenguaje. La
institución lógicamente primera es la lengua (Ibid. Pág. 91), y el hombre paga
la deuda de la palabra a la cultura misma, que es la que construye la legalidad
de los nombres. (Ibíd. pág. 92). Segundo punto es la ordenación genealógica del
mundo, que pasa por la institución de la diferencia de sexos. La institución
como un montaje y, a modo de consecuencia, la sociedad misma como un montaje.
La sociedad trabaja con los mismos medios que el individuo. En otros términos
una sociedad se inventa los medios para hablar, que no pueden ser sino medios
de ficción. (Ibíd. Pág. 93). Toda sociedad tiene una escena fantástica de lo
social o reinado social de las imágenes, y por otro lado, la escena de las
relaciones que dependen de la positividad mensurable, de lo jurídico
gestionario, de la presencia materializada de la técnica. Mantener unida estas
dos escenas es la función mediadora del poder de instituir, un poder que hoy es
proteiforme, que nos remite a la problemática del espejo.
Conclusión: El texto obviamente
me remite a Hegel y su dialéctica triádica, pero además a la “Filosofía del
derecho”, de Hegel, cuando considera, en su primera parte, la relación del
cuerpo, con la voluntad. Asimismo me remite al texto de Heidegger “La época de
la imagen en el mundo”, Caminos de bosque, Alianza, Universidad, pág 75 y sig.,
Madrid, 1984. Agrego alguna palabras para armar una discusión “El verdadero
sistema de la ciencia reside en la síntesis del proceder anticipador y la
actitud que hay que tomar en relación con la objetivación de lo ente resultante
de la planificación correspondiente” (Heidegger, pág.85). “La ciencia se
convierte en investigación única y exclusivamente cundo la verdad se ha
transformado en certeza de la representación” (Ibíd. Pag. 86). “La imagen del
mundo sería una especie de cuadro de lo ente en su totalidad” (Ibíd. Pag. 88).
“El hombre se sitúa respecto a lo ente en la imagen”: “Al hacerlo, el hombre se
pone a sí mismo como esa escena en la que a partir de ese momento, lo ente
tiene que representarse a sí mismo, presentarse, esto es imagen. El hombre se
convierte en el representante de lo ente en el sentido de lo objetivo.” (Ibíd.
Pág. 90). No puedo extenderme sobre la confrontación que podríamos hacer, pero
basta decir criticar l visión decisivamente institucionalista de Legendre. No
hay mucho espacio para la libertad, y para el espíritu.
ZYGMUNT BAUMAN |
PUNTO
5: CÓMO EXPONEN EL SÍNDROME DEL PODER-CONOCIMIENTO LOS SIGUIENTES AUTORES
(TOMAR UNO, A ELECCIÓN): ZYGMUNT BAUMAN, LEGISLADORES E INTÉRPRETES.
“La forma en que se había constituido el mundo
vivido intelectual hacia fines del siglo XVIII también fijo los parámetros
externos del capital posible que el conocimiento podía aportar a su contrato de
matrimonio con el poder” (“Legisladores e Intérpretes, Zygmunt Bauman, pág.
139). “Sólo existimos –dijo Desturt de Traci- a través de nuestras sensaciones
y nuestras ideas. Ninguna cosa existe salvo por la idea que tenemos de ella”.
“Deliberadamente o no, esa imagen era, por necesidad, un mundo regido por las
personas que producían y distribuían las ideas; un mundo en el cual el discurso
era la actividad central y decisiva; en el que las personas participantes en el
discurso eran igualmente centrales y decisivas para el destino de la sociedad”
(ibíd, pág. 142). “Los intelectuales de la época del Instituto Nacional tenían
todos los motivos para creer que cumplían tales condiciones” (Ibíd, pág.143).
“La ideología iba a ser la ciencia de la sociedad; o la ciencia de la sociedad
se identificaba con la producción y comunicación de ideas”. (ibíd. Pág. 144).
“Cómo la física o la química, la ideología iba a ser un instrumento de dominio
de su objeto, “conocerla a fin de dominarla” (…) Los ideólogos percibían la
sociedad y a sus miembros, antes que nada, como un objeto para la acción
intencional; como un material que debía
estudiarse como cualquier otro que quisiera emplearse en la construcción de
planes deseables” (ibíd, pág. 147). “La idea de la educación pasó a ocupar el
centro mismo del programa” (ibíd. Pág. 149)., “ilustrar a los legisladores y
otras personas a cago de la administración de la sociedad y la interacción
humana” (ibid. Pág. 149) “Solo unos
pocos años después, en 1822, Auguste Comte, el más audaz de los ideólogos, hará
la apuesta en términos que no dejaran nada librado a la imaginación” (ibíd.
Pág. 150), pero con el nombre de sociología, que reemplazada la denominación
para la ciencia bautizada “ideología”, por Destutt de Tracy. “Gradualmente, los
ideólogos se convirtieron a los ojos de Napoleón en competidores por el poder
estatal; tan radicalmente diferente era su concepción de la administración de
la sociedad, que en determinado momento pasaron a ser el epítome mismo de las
fuerzas políticas rivales” (ibíd. Pág. 151.). Era la diferencia entre expertos
de formación científica y ejecutores de políticas. La reyerta iba a ser tratada
por los dos bandos durante un siglo.
Marx y Engels en su “Ideología
alemana” concibieron la ideología en los mismos términos que los que generaron
la idea, pero le agregaba el tono idealista de la sociedad, “que convocaba a
los filósofos a liberar al pueblo de las quimeras, las ideas, los dogmas, los
seres imaginarios bajo el yugo de los cuales está constantemente sujeto; “el
asalto contra la ideología alemana apuntaba contras el idealismo filosófico
(Ibíd. Pág. 153).
“Ideología y utopía”, de
Mannheim, se lee ciertamente como la respuesta tardía del Instituto Nacional a
las censuras de Napoleón” (Ibíd. Pág. 155/156), y puede interpretarse
plausiblemente como un intento de reanimar el “viejo idioma de los
intelectuales como legisladores” (Ibíd. Pág.157), pero su revisión fue el
último del viejo drama y no el comienzo del nuevo.
La confianza de las élites
europeas se proyectó en las categorías adyacentes de la humanidad, y forjó la
idea de progreso, a partir de la inmaculada experiencia de su propia
superioridad. “El hombre fáustico de Nietzsche y sus seguidores se talló a
imagen de la era moderna, orgullosa de su poder y su superioridad y segura de
que todas las otras formas humanas eran inferiores a ella” (Ibíd. Pág.163);
Freud describe la modernidad en un momento en que el “principio de realidad”
logra dominar al “principio del placer”, y cuando las personas cedes parte de
su libertad, a cambio de cierto grado de seguridad, fundada en un marco
higiénicamente firme, limpio y pacífico.” (Ibíd. Pág.163). Después del
“Malestar en la cultura”, el joven Norbert Elías decidió someter la hipótesis
de Freud, a las pruebas de la investigación histórica. Simmel dio una compleja
actitud de amor y odio hacia la modernidad, una dialéctica retorcida de
contradicciones insolubles, sobre todo la tragedia de la cultura, la ineptitud
humana “para asimilar productos culturales, sobreabundantes debido a la
creatividad sin límites del espíritu humano. Estas visiones generaron
seguidores e impactos en las conciencias, pero una nueva perspectiva cognitiva
generó que las reyertas tuvieran un clima familiar, fundado en que los cambios
de que la modernidad significó o trajo como secuela tienen carácter irreversible,
aunque como un proceso inconcluso, autorreferencial y autoconvalidante. Pero a
partir del posmodernismo, desde una posición histórica privilegiada, ve a la
modernidad como un objeto cerrado, un producto esencialmente completo, un
episodio de la historia con un principio y un fin. La posmodernidad empezó en
las artes con su rebelión antiradicionalista y nuevos paradigmas, y la súbita
popularidad de la hermenéutica posterior a Wittgenstein y Gadamer en las
ciencias sociales. A diferencia de la noción de una sociedad posindustrial, el
concepto de posmodernidad se refiere a una cualidad distintiva del clima
intelectual, a una postura metacultural claramente nueva, a una autoconciencia
distintiva de la era, aunque también a una falta de confianza en sí misma, y
por abandonar la búsqueda de los presupuestos de las modernidad (la lógica, la
moralidad, los preceptos culturales, etc.).
“Ningún poder se siente en
condiciones de sostener una superioridad de la forma de vida que
representa”(Ibíd. Pág.172). Claramente esto no ha sido con relación a la
Política Exterior Norteamericana, y su rapiña por el petróleo, frente al mundo
árabe. “El mundo contemporáneo se adapta mal a los intelectuales como
legisladores, la autoridad se ha vuelto innecesaria, y los intelectuales fueron
despojados de las funciones y títulos que querían ver como propios, es el
mecanismo del mercado el que hoy toma a su cargo el papel de juez, formador de
opinión y verificador de valores. El ascenso del intérprete encuentra un mundo
pluralista, donde no hay sistema indiscutido de definición de realidad, “puede
discutirse si el pluralismo que diagnostica Kliever es un giro en la estructura
del mundo o en la percepción que de este tienen los intelectuales. El arte
posmoderno siguió un revolucionario camino desde Duchamp, y su “manantial”,
simultáneamente los críticos de arte, que tenían un cuasimonopolio de la
belleza y lo vulgar, perdieron el lugar frente a la autonomía del juicio
crítico, y al lugar desde donde se ha emitido ese juicio estético. A los
filósofos del arte les parece un estado anarquía es sobre todo la impureza
inherente de factores que participan en la fabricación de X o Y como obra de
arte, y la imposibilidad consecuente de separar el arte del no arte, o el buen
arte del malo; es que la impureza deviene del consumo cultural en expansión
acelerada, que definen como “cultura de masas”.
Howard S. Becker intenta una teoría institucionalista del arte, medido
por los lugares dadores de reputación (galerías, etc.), pero agrega que mediante
esa teoría no es posible satisfacer el deseo filosófico de decidir
definitivamente. Simultáneamente se produjo un cambio en la estética de los
intelectuales y de los intelectuales para analizar la estética en su propio
trabajo.
“Además de la estética las
áreas más afectadas por el desafío posmoderno son los discursos filosóficos
consagrados a las cuestiones de la verdad, la certidumbre y el relativismo, y
los que se ocupan de los principios de la organización societal” (ibíd. Pág.
200). La multiplicidad e voces y escenarios, requieren del “arte de la
conversación civilizada”, donde el intérprete puede ser calificado. “La mayoría
de las elaboraciones recientes más influyente en filosofía y ciencias sociales
apuntan en la dirección de esa especialidad. El paso de una noción negativa a
la noción positiva de la ideología, el redescubrimiento de la hermenéutica, y
abrir a la comunicación mundos de sentidos que de otra manera quedaría cerrados
unos a otros. Se intenta por supuesto una defensa del modus de vida occidental,
antaño solidificada en su supuesta “superioridad”. “Comunidad” es sin duda el
concepto central de la filosofía y las ciencias sociales autoconscientemente
posmodernas. Vino a reemplazar a la razón y la verdad universal y el método
único que conduce a ambas. Ya no hay déspotas ilustrados a la búsqueda del
consejo de los filósofos. Sólo hay filósofos que tratan desesperadamente de
crear comunidades y mantenerlas. Conclusión: Una excelente radiografía del paso
de intelectuales a intérpretes. Me parece que guarda excesivo optimismo
filosófico artístico, del mundo actual, y no advierte la inconsistencia del
mercado, y su límite de injusticia y redistribución de riquezas. Frente a ello,
el estado, la nación, los localismos, los bloques continentales y geopolíticos
vuelven a tener importancia, en este momento del Siglo XXI. Sin embargo la
búsqueda de universalidades comparables emparentan a Bauman, con las mejores
tradiciones de la racionalidad clásica europea.
Claudio Javier Castelli (Junio
de 2015)
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