martes, 28 de junio de 2016

Comentarios sobre el movimiento nacional y popular, Por Iciar Recalde (Fuente: muro de Facebook, 28/06/16)

Iciar Recalde, compañera del pensamiento nacional
El movimiento nacional no es la representación del pueblo sino que es el pueblo mismo organizado. Históricamente, a consecuencia de sus fraccionamientos internos, avanzó el enemigo dispuesto a entregar el patrimonio nacional y destruir la Argentina. Uno de los yerros más graves del FPV, no me cansaré de decirlo desde hace años, fue y lamentablemente continúa siendo, la tendencia a la sectarización. El sectarismo de la conducción y sus adalides redujo progresivamente al kirchnerismo y dispersó conscientemente al peronismo. ¿Dónde se ha visto un movimiento nacional en el que no convivan de manera conflictiva y hasta contradictoria multiplicidad de tendencias, actores y fuerzas políticas y sociales distintas entre sí? Pero la lógica sectaria ve en lo que no es igual a sí mismo, y también en el disidente, un enemigo declarado y lo expulsa a patadas. Lógica que arrasó con aquel nostálgico 54 % del 2011. La reconstrucción de un frente de unidad con programa de liberación nacional debe pasar necesariamente y con urgencia por nuevos alineamientos en lo político y en lo sindical. Volver a sumar aliados, que es sinónimo de restárselos al enemigo. Y en esa labor hay que reconquistar TODO lo posible: buenos, muy buenos, mediocres, medio pelo y hasta trepadores y oportunistas. Todos son necesarios compañeros de ruta para combatir al enemigo antinacional que se ganó el favor electoral de nuestro pueblo que mayoritariamente eligió votar a un cipayo para deshacerse de nosotros. Si no revertimos la catástrofe del divisionismo amparada en un falso “pocos pero buenos” , no volveremos ni en 2019 ni nunca

lunes, 27 de junio de 2016

LA VUELTA AL PASADO, PERO EL DE ANTES DE 1816, "NOS SAQUEAN LOS NUEVOS DUEÑOS DEL PODER MUNDIAL", Entrevista de Juane Basso a Norberto Galazzo (Fuente: El eslabón, Rosario)

Norberto Galazzo, hombre de la izquierda nacional


LA VUELTA AL PASADO, PERO EL DE ANTES DE 1816
“Nos saquean los nuevos dueños del poder mundial”

26/06/2016 | Por Juane Basso



El historiador Norberto Galasso analizó lo que dejó el acto del 20 de junio en Rosario y el presente político y económico, en el contexto del próximo aniversario del bicentenario de la Independencia.

Norberto Galasso es el representante de la corriente de pensamiento nacional y popular –o de la izquierda nacional– más prolífico de nuestro país. Con medio centenar de obras publicadas desde Mariano Moreno y la revolución nacional (1963) hasta “Mauricio Macri: La vuelta al pasado” (2014), el investigador ha perseguido a lo largo de sus 80 años, con la misma pasión militante, los objetivos de desenmascarar la versión oficial mitrista de la historia, desenterrar a “los malditos”, que ésta intentó condenar al olvido, y vincular –para comprenderlas y pensar sus perspectivas– las luchas del presente con aquellas que las precedieron en el tiempo. En una entrevista con el eslabón, el autor reflexiona sobre la reciente represión en el marco del acto en Rosario por el 20 de junio, y la ubicó en un contexto de una “contrarrevolución” que se está viviendo en toda Latinoamérica. “Esto es todo lo contrario al 9 de julio de 1816. En lugar de ser el absolutismo español el que nos saquea, lo hacen los nuevos dueños del poder mundial”, remarca.

—¿Qué lectura le dejó lo que ocurrió en Rosario?
—Una de las primeras medidas que tomó el gobierno fue relativa a la seguridad, debido a la preocupación de la ministra del área, Patricia Bullrich, asidua concurrente a la embajada de Estados Unidos, que ha comprendido claramente que no se puede hacer una política económica antipopular, y hacer una transferencia brutal de ingresos de los sectores populares a los minoritarios y ricos de siempre, sin tener el machete a mano para aplicarlo cuando llegue el caso. Macri, además, comete la imprudencia de creer que puede salir a la calle y juntarse con la gente y ser aplaudido, cuando está haciendo una política totalmente reaccionaria.
La gente ha reaccionado como corresponde y vino la represión, que siempre aparece cuando el pueblo reclama por sus derechos que son golpeados o desconocidos por los gobiernos, y esto es lo que está ocurriendo.
La política económica se está acentuando, los precios están por las nubes, la transferencia de ingresos es cada vez mayor, y entonces la reacción popular tarde o temprano se produce como ocurrió en la movilización del 29 de abril, que no fue seguida, como esperábamos, de un paro general por cierta vacilación de algunos dirigentes.

—¿Cómo caracteriza esta etapa política que se inició desde diciembre?
—Es un proceso contrarrevolucionario, conservador y revanchista. Donde en muchos casos se manifiesta un odio de clase con respecto a la actitud de las mayorías, respecto al pueblo. Pero después de doce años están molestos porque el protagonismo fundamental era de los sectores populares. Más allá de los errores que se pudieron haber cometido, quizás en no profundizar debidamente (los cambios), que aportaron a la derrota electoral de diciembre, y cuyos motivos y causas todavía el campo popular no ha reflexionado hondamente. Esa es una autocrítica que hay que hacerse, porque se suponía que se podía triunfar fácilmente. Recién en los últimos diez días antes de las elecciones se difundió el temor de que se podía perder la elección, y ya era tarde.
Después de haber sacado al país del abismo en 2001 con tasa altas de crecimiento, mejoras en los distintos aspectos de la vida del ciudadano común, las minorías oligárquicas han vuelto al poder por elecciones, caso insólito, con muy poco margen pero el suficiente para poder llenar los ministerios con los ejecutivos de las grandes multinacionales. A todo esto yo no le veo mucho futuro, porque no se puede dejar que los precios se vayan a las nubes y al mismo tiempo trabar las paritarias y provocar despidos porque cuanto más despidos hay más debilitada está la clase trabajadora para negociar las paritarias.
La idea que tienen estas minorías que han tomado el poder es que los salarios en Argentina eran excesivos y entienden que la única forma de bajarlo es con la desocupación y lo ha dicho el ministro de Hacienda (Prat Gay), quien después de defender los intereses de JP Morgan y Amalita Fortabat, había llegado a la conclusión de que lo mejor es poner al pueblo ante la opción: o me quedo sin trabajo o acepto salarios bajos. Y es la política que están poniendo en práctica. Y es lo que provoca necesariamente los enfrentamientos entre las distintas clases sociales, entre las minorías y el pueblo en general.
El desencanto de algunos sectores de la clase media que, siempre confundida o colonizada mentalmente como decía Arturo Jauretche, que no quieren estar cerca de los trabajadores y que prefieren jugar la carta de los ricos y les dio los votos suficientes para que pudieran hacer este desastre que se está verificando en todos los órdenes, en la negociación de la deuda externa, la eliminación de la unidad de investigaciones financieras (UIF) en la poca atención a la salud, es decir, volver hacia atrás, hacia épocas de De la Rúa o antes todavía, con los argumentos de que si el país crece, la economía derramará riqueza a todos los sectores, cosa que ya Mariano Moreno en 1810 decía que «las fortunas agigantadas en pocas manos perjudican al país porque son como agua estancada que se pudre, la riqueza para que sea riqueza debe estar repartida».

—Estamos camino a la celebración del denominado bicentenario de la Independencia, ¿qué claves debemos tener en cuenta de las batallas por la emancipación, para pensar este presente?
—Lo primero que hay que recordar es que el acta de declaración de la independencia dice «la independencia de las provincias unidas en Sudamérica», con lo cual tiene una visión hispanoamericana del momento, latinoamericana le llamaríamos hoy. Convocan al congreso de Tucumán a los delegados altoperuanos, lo que es hoy Bolivia, como indicio de la misma política que va a realizar San Martín con la liberación de Chile y Perú, y que está realizando Bolívar avanzando desde el norte hacia el sur. Esto está vinculado a estos doce años en los que se avanzó mucho en Unasur y Celac, se intentó avanzar con el Banco del Sur y se intentó profundizar las relaciones comerciales con otros países de la región. El comandante Hugo Chávez planteaba hacer una comunicación en casi todas las naciones latinoamericana respecto al combustible y rutas de la región. Lamentablemente es el reverso de lo que se piensa hoy, que es la Alianza del Pacífico, es decir integrarse a la política de Estados Unidos quiere desarrollar en Chile, Colombia, Perú y México, con el propósito de reprimarizar esas economías.
México está ahora importando alimentos. La política de la Alianza del Pacífico no tiene nada que ver con nosotros. Un ejemplo de eso es la canciller (Susana Malcorra), que a su vez fue ejecutiva de IBM entre otras empresas. Las grandes multinacionales dirigen los ministerios. Como Aranguren, directivo en Shell, que ha provocado este tarifazo del 700 por ciento y ha llevado a la ruina a pequeñas y medianas empresas. Todo esto es contrario al 9 de julio de 1816, es la contrarrevolución. En lugar de ser el absolutismo español el que nos saquea, nos saquean los nuevos dueños del poder mundial.

—¿Qué debates le parecen centrales para este momento político-histórico?
—Yo tengo la convicción de que es cierto de que el pueblo siempre vuelve, pero estoy bastante preocupado por la fragmentación del campo popular y por la crisis de la dirigencia. Evidentemente al campo popular le faltan líderes. Cristina es una gran convocante pero entre Cristina y los dirigentes políticos de su partido y de otros partidos hay una gran diferencia. Y hay una falta y debilidad de cuadros medios, hay mucho piberío con ganas de cambiar el país y de resolver los problemas, pero que entran a la política sin la experiencia que le podrían dar los hombres de edad mediana, muchos de ellos que desaparecieron en la dictadura, y otros que se desalentaron. Por ejemplo, se va a hacer un congreso del PJ en Formosa y uno se fija en los nombres y por lo menos a mi, no me dan certeza ni seguridad. Ya hemos visto cómo se han pasado hombres del FpV a otros partidos.
En el ámbito gremial también hay crisis, que están tratando de resolver unificando la CGT, se dice que para agosto puede estar unificada.
Hay dirigentes importantes sí, pero los que están a la cabeza de las distintas CGT, nos dan cuenta de la fragmentación, sino que se notan diferencias apreciables entre los planteos que hace la CTA de Yasky por ejemplo, que había planteado el paro general, con los de la CGT de Moyano, que primero había anunciado el paro general si el gobierno vetaba la ley antidespidos y después se fue diluyendo el planteo. La clase trabajadora cuando hay desempleo queda debilitada y si los dirigentes gremios también flaquean, esa idea de que el pueblo siempre vuelve puede tardar más de lo que uno quisiera.

Fuente: El Eslabón

sábado, 25 de junio de 2016

DICCIONARIO TEOLÓGICO POLÍTICO, Por Horacio González (Fuente: Página12, 26/06/16)

Horacio González


Para la arquitectura, una bóveda no es una cripta. Pero para la teología política, ellas se confunden. Para las creencias religiosas, una profanación puede ser una blasfemia y un perjurio, pero para la teología política es el recurso central del insulto perpetuo. ¿Es el macrismo un órgano político de persecución? La pregunta es inquietante y debe hacerse con cuidado. La “persecución política” no es concepto fácil, y sin duda, ninguno lo es. Por eso a veces se prefiere tomarlo ligeramente, así podemos seguir hablando con menores implicancias que las que deberíamos asumir si nos diéramos a las palabras en su verdadero peso. En primer lugar hay que observar la plasticidad y el carácter reversible de las palabras, cosa que descubrimos cuando éramos chicos, al responder ante cualquier ofensa: “el que lo dice lo es”. La forma en que el mero hablar nos impregna, siempre revierte sobre el hablante la carga de lo que dice. Por eso, muchos políticos que han aprendido estas pequeñas astucias, suelen decir en televisión, “esto que usted dice habla más de usted que de mí”. Se trata del caso en que son agraviados o tratados con improperios, lo que ya resulta la norma, no la excepción. Una sociedad “cerrada”, como hacia la que desgraciadamente marchamos, tiene palabras unívocas. “Crispación” significaba hace años locura (de la ex Presidenta) y “Corrupción” vuelve a significar locura (de la ex Presidenta).

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Volviendo a la difícil pregunta: ¿es el macrismo persecutorio? Como ya insinuamos, todo concepto plano, normal y ya trivializado por su uso político, tiene un reborde interno, como una entretela teológica. Lo observaron así los grandes maestros del pensamiento histórico: cuando hablaban de la creciente secularización de las sociedades, no querían decir que un pasado “sagrado” quedaba atrás, sino que ambas dimensiones convivían haciendo más difícil, no más fácil la vida. Lo secular siempre progresa con su funda interna de índole venerable, cultual o litúrgica. Esto introduce variadas dificultades en el análisis político. Ya la simple crítica política, el planteo de una diferencia o la contra argumentación más meditada, pueden ser tratados como ataques de un descerebrado. En esas brumas, surge el profanador. Por eso, palabras como crispación, locura y corrupción hay que volverlas la lenguaje real, el que describe hechos, los valora y permite la crítica, obviamente la conversación.

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Por otro lado, el efecto contaminante que ejercen las imágenes (nunca bien estudiados, pues parecen fugaces y se inscriben en el telar interno de los arquetipos silenciosos de la conciencia) se ha extendido casi como la única facultad de juzgar con la que cuenta la sociedad. Todos los que apoyamos al gobierno anterior somos vistos, como en la “Invención de Morel”, en imágenes multiplicadas y repetitivas, como si estuviéramos eternamente tirando infinitos bolsos sobre humedecidas paredes de monasterios. El imprudente patán de la calle puede pensar lo mismo que el atildado coordinador de una emisión televisiva. Las imágenes, decimos, son contaminantes, parecen despojadas de espesura, pero casi son la vuelta precaria al platonismo. Generan verdades inmediatas (inmediatistas), aunque como meras sombras chinescas. Son vestimentas que nos ponemos, ficticias sastrerías, infinitas cadenas de imitación. Muy pocos gestos computamos contra esta desgracia: la fiscal Fein negándose a ser “imitada” en un programa televisivo. No se lo puede definir fácilmente: esas imitaciones hacen reír, pero corroen la percepción pública de lo que toda noción de persona. En los viejos circos se lo sabía, por eso, la burla no era letal, estaba el payaso que en el acto final cargaba sobre sí todo el sarcasmo de la vida. La inmediatez es el signo de aquellas imágenes, su montaje invisible, la costura que no se ve y se fusiona con el traje policial con casco de combate destinado al indiscutido réprobo, el genérico funcionario corrupto, junto a la faja púrpura del obispo, el policía “de verdad” enfundado en su bufanda antinarco y el narco presuntamente asesino que no quiere que lo maten otros presuntos asesinos. A estos temas llegamos gracias a la versión grotesca de nuestro inconsciente colectivo, arrastrando toda una constelación de cuestiones que ya casi no tratamos, e incluso ésta, que más que tratarla la hacemos parte de una égloga, un rezo o una puteada. Ese casco de guerra es la utilería chantajista sobre toda la sociedad.

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La idea de persecución ya no es la de Walsh, quien había dicho que escribía “con la certeza de ser perseguido”. Con ese tilde de cristiano primitivo en sus escritos de despedida, pensaba en su muerte sacrificial, sin duda no querida, pero intuida en un recodo oscuro de la conciencia. La idea de persecución tiene así innegable grandeza. Incluso puede “desearse” ser perseguido si se anda en busca de una verdad. La noble historia del perseguido precisa de la estupidez del perseguidor. Figura, que además, es muy compleja. ¿Quién no recuerda el perseguidor de Cortázar? Allí lo que se perseguía era la verdad imposible del tiempo y del arte. Se vivía perdidamente para eso. Pero acá lo que queremos significar es que el macrismo (o como se llame luego, en el futuro mediato o inmediato), se está situando en un nivel de persecución que adquiere una ecuación profanadora. No se trata (tranquilos los que creen que exageramos) de que persigan entes sacros, un gobierno anterior aureolado por óleos inmaculados u augustos. No. Pero si aquel acto de bajar un cuadro en el Colegio Militar no era profanatorio, sino ascéticamente justo, lo que ahora se muestra es que hay voracidad, insaciabilidad y avidez en la persecución. La “profanación” no ocurre porque el perseguido atente contra lo sagrado, sino por mera expresión de su fanatismo destructivo, confundido con una “necesidad política”. Con una “selfie” perseguimos; con otra “selfie” nos protegemos de la persecución. Todo parece simple. Nuevas metodologías. En su carta, Cristina llama a esto “violencia de época”. Un posible concepto para empezar a hablar.

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La pasión secreta del perseguidor es así profanatoria. Excava dilatadas planicies, hace buracos en la tierra, tiene una legión de canes que olfatean sacristías. Su atracción proviene de un arcaísmo de ultratumba. En eso, aunque parezca increíble, son pre informáticos, pre digitales, pre Panamá paper. Están antes dela electricidad, del motor a explosión, de los ascensores a pistón, del dólar a futuro y de los paraísos fiscales. Mejor dicho: son los Panamá Papers bajo el secreto goce de imaginar enterradores y sepultureros de dinero en osarios de la periferia. López tiene el atractivo añejo del bolso húmedo, la sensualidad del billete ensalivado, del tesoro ojival. Pero… ¿No se dieron cuenta que del lado de acá, como diría Cortázar, ya condenamos a López y a todo lo que López implica? ¿Y que por triquiñuelas que imaginaron y revierten sobre ellos, son precisamente ellos los que impidieron condenarlo en el Parlasur? ¿No perciben que precisan a López como si fuera su creación misma? ¿No tienen un minuto de calma para verse en la sensatez de percibir que una entera ciudad, una metrópolis de acontecimientos no puede ser juzgada por un episodio específico? Que es de gran contundencia, es claro; tampoco es algo aislado, carente de ramificaciones ni de graves implicancias. ¿Escuchan que también decimos esto? ¿No lo dijimos, no lo oyeron declarado por voces autorizadas, que son todas aquellas que ante la historia, no suelen juzgar a Shakespeare por una mala resolución en Tito Andrónico ni a Proust por la fastidiosa extensión que tienen las reuniones en el salón de Guermantes? El escrache: la palabra es incómoda, justicia ruda que pidió ser justificada en otros tiempos. Cierto. Pero ahora es el encuadre televisivo el que busca ajustar el diafragma sobre el primer insulto que suelte cualquier pasajero de un avión abrumado, alzando cadalsos en el pasillo de un Boeing en nombre de la Humanidad.

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Cuando se realizaron las grandes manifestaciones sobre la ley de medios, recuerdo haber visto en Tribunales afiches con el rostro de periodistas contrarios a este instrumentos legal, al fin no aplicado. Me generó cierta inquietud. Ese afichaje no me gustó. Los increpados, por cierto, tenían cómo defenderse en los órganos comunicacionales de masas donde trabajaban. Pero no, no me gustaron. No lo dije entonces. Mal. Lo digo tarde, ahora. No se inauguraba un método, pero se daban argumentos basados en el tan poco sólido engrudo de un cartel anónimo con unos rostros muy connotados. ¿Y esto que pasa ahora? Auspiciados por errores preliminares, se multiplican los ataques a figuras del gobierno anterior, ataques no importa si montados en equivocaciones antiguas (muchos ya lo dijeron, por ejemplo, haber corrido a Colón) para redoblar el extravío que ahora vemos. Todo cae bajo la piqueta de los arquitectos demolicionistas: los cuadros de la Casa Rosada, el monumento de Juana Azurduy, las películas que financió el Incaa, los actores y actrices con compromisos públicos. En el sueño infamante de los héroes macristas todos ya estamos escenografiados con cascos de la bonaerense en la testa. Todos saliendo por el desfiladero que prepararon los hombre de la cámara, respetables operadores de los medios, cuyo trabajo saludamos, pero no filman precisamente para que un Dziga Vertov use esos materiales sino para colaborar involuntariamente con el vía crucis de las imágenes cuyo desenlace es la gran profanación.

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Describimos simplemente el nuevo diccionario teológico-político que embargó la conciencia gobernante. No estamos asustados. Las graves denuncias no son eximidas de su honda gravedad por el hecho de que también digamos que ellas no están en condiciones de arrastrar ni de juzgar todo un período histórico. Bien lo dijo Agustín Rossi en su vibrante discurso en el Parlasur. Y para terminar, un ejemplo antiguo de discusión política: el estilo de Mitre, que era contenidamente virulento, pero no sostenido por las retroexcavadoras demolicionistas y las imágenes manejadas por “el mundo grúa”. Se dirá que sus enemigos eran otros hombres de su alcurnia y no un Báez o un López. Pero sí, algo hay. Mitre, en 1881, discutía con un López. Con López, Vicente Fidel, hijo del autor del himno y padre de Lucio, muerto en duelo. Fue una de las grandes polémicas argentinas, sobre cómo escribir la historia. En un artículo que titula Los Bibliófagos, Mitre se extiende gravosamente sobre López sin mencionarlo. Es obra de gran sentido de la ironía y el fino sarcasmo, que esconde su dolida sospecha de que López es un historiador contra el cual, en el fondo, él no puede, no podía. Billetito para algunos redactores de La Nación: López. Ya se ve, el apellido no es trasladable, no obliga a pensar en otros López. Nos permite tanto poner tabiques y muros no conventuales sobre cada realidad donde corresponde, tanto como indagar a fondo en el López de aquella madrugada, “el Hombre que vio el Pollero”, como diría Arlt, y en nosotros mismos, contemporáneos, testigos, gente escarnecida por los mismos que se eximen de preguntarse ahora por sus propias deshonras.

viernes, 24 de junio de 2016

¿INÚTIL?, Por Cristián Warnken (Fuente: Blog del diario "El Mercurio", Santiago de Chile, 23/06/16)




Reproducimos la nota de Crisitan Warnken, publicada en el blog del diario "El Mercurio", de Santiago de Chile, el Jueves 23/06/16, pues compartimos con él, acerca de la necesidad de hablar de lo inútil, de lo no calculable, de lo no sujeto a la sociedad del rendimiento, que es la poesía. Es evidente la inspiración Heideggeriana del texto.(CJC)

Cristián Warnken




Columnistas

Jueves 23 de junio de 2016

¿Inútil?, por Cristián Warnken


"A mí me parece que la poesía, que es completamente inútil, que se resiste a la medición y al cálculo -y que a diferencia de la filosofía no se obsesiona por "tener" la verdad-, debiera ser la punta de lanza de un movimiento de resistencia frente al pensar calculante en cualquiera de sus formas".


Raúl Zurita acaba de ganar el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda. Tuve el privilegio de ser miembro del jurado que le otorgó el galardón.

Durante dos días, dos argentinos, un uruguayo y dos chilenos, reunidos en La Chascona en Bellavista y La Sebastiana, en Valparaíso -las casas de Neruda-, conversamos, leímos, debatimos sobre poesía. Volaban versos de poetas de Iberoamérica por la mesa. Poetas notables todos. ¡Qué riqueza la de la poesía de nuestra lengua en comparación con la pobreza de nuestra política! Y qué potencia la de la poesía chilena, cómo ha brotado a chorros en esta isla de fin de mundo que hemos sido. ¡Qué lástima que no se pueda premiarlos a todos!

Qué absurdo que el Premio Nacional de Literatura premie a los poetas cada cuatro años. Al final, la poesía alucinada y vidente de Zurita terminó por congregarnos no en un consenso, sino en una comunión. Más allá de las distintas estéticas, nuestra poesía lleva finalmente a un cierto orden; nuestra política, en cambio, perdió hace tiempo la visión y el poder de convocar y es fuente hoy de desorden y confusión. Es extraño, casi milagroso, que cinco personas sostuvieran una "cumbre" para hablar de lo más inútil: la poesía.

Mientras más espacio ocupe lo inútil en nuestras vidas, agotadas por los imperativos de nuestra sociedad del rendimiento, más esperanza hay de que lo humano sobreviva a la devastación espiritual de un mundo tecnificado. Hasta las universidades, que fueron por centurias espacios de florecimiento del pensamiento, la creación y la ciencia, que solo pueden fructificar cuando hay un respeto por la utilidad de lo inútil, hasta esas universidades se han convertido en fábricas. Del conocimiento, claro, pero fábricas a fin de cuentas. ¿Debieran llamarse todavía universidades si cada día hay menos espacio en ellas para perder el tiempo y ganar el ser?

Además del pragmatismo ramplón, surge otro peligro para la gratuidad (la otra gratuidad) del saber universitario: el de una ultraizquierda infantilista que ha convertido el ágora en una toma infinita. Ninguna de esas dos visiones de la universidad (la lucrante y la ideologizada) soporta lo inútil, que se convierte en subversivo para sus propósitos de manipulación y control.

A mí me parece que la poesía, que es completamente inútil, que se resiste a la medición y al cálculo -y que a diferencia de la filosofía no se obsesiona por "tener" la verdad-, debiera ser la punta de lanza de un movimiento de resistencia frente al pensar calculante en cualquiera de sus formas.

Que sea inútil no significa que no se preocupe ni interese por los sufrimientos ni los dramas humanos; todo lo contrario. La poesía, lo estético tocan al hombre en las profundidades de su dolor o su júbilo, pero respetando siempre su sagrada libertad, jamás reduciéndolo a número, jamás permitiendo que este se pierda en la masa o en el "rating". Basta leer a Zurita para darse cuenta de adonde nos conduce y guía la poesía: al fondo del pozo donde ha sido empujado el ser humano por las aberraciones de la historia, pero en ese pozo el poeta no deja de ver reflejadas las estrellas del más alto cielo.

El día que se constituyó el jurado del premio de poesía Pablo Neruda llegué un poco antes que el resto de los integrantes a la casa La Chascona, a las faldas del cerro San Cristóbal. Subí al tercer piso de esa casa laberíntica y miré afuera: sentí vértigo, por no decir pavor. Ante mí, un hoyo gigantesco, desmesurado: habían sido demolidas las construcciones aledañas a la casa del poeta, y las grúas trabajaban con celeridad para levantar un centro comercial. ¡Al lado de la casa museo de Neruda! Minutos más tarde, cinco inútiles hablarían horas de horas de poesía, mientras abajo la demolición avanzaría, inclemente. ¿Puede la poesía detener el desierto que avanza? ¿O es la resistencia por la palabra, a estas alturas, completamente inútil?


miércoles, 22 de junio de 2016

BORGES Y EL CRIMEN, Por Horacio González (Fuente: Página12, 19/06/16)

Jorge Luis Borges


En Borges, dentro de su preciso pero caprichoso pensamiento, hay una distinción respecto a los dos planos de toda historia: una ocurriría en un ámbito criminal, otra en un ámbito escénico. Incendios de un lado, y fábulas del otro lado. Lo cierto es que si Borges quiso condenar la historia que le era contemporánea con esa disociación, en su obra no es así. La obra de Borges, salvo para los fetichistas borgeanos, consiste en un brusco borramiento de la separación entre crimen y fábula. Por eso, su obra conmueve y sus declaraciones públicas mueven a una risa complaciente y tolerante. Son sus ficciones las que interesan, pues tienen el signo de la “brusca sangre”. En ese sentido Borges puede ser considerado un escritor de la criminalidad. No alguien que se desplaza cómodamente por el género policial; eso lo hacen muchos y de alguna manera Borges también. Pero hay algo más, el gusto por la sangre, que debería intimidar, como intimida toda verdadera literatura que se vuelca hacia las pasiones malvadas con el propósito de amenazar al lector. Provocándolo con la sangre, el otro nombre del honor.



Los que festejan a Borges coleccionando sus dichos estrepitosos o burlones, inocentemente despreciativos, ingenuamente insolentes, lo abandonan en el celofán de unos ingenios de geometría literaria que nunca se explica muy bien porqué perturban. “Borges”, la palabra Borges, conviene ahora al idólatra oficial, inhibido de comprender lo que esa palabra suscita en cuanto a sus “variaciones en rojo”, para señalar cómo la sangre –es decir, la idea de que hay sangre en la fábula–, se conjuga con un no sé qué de Walsh. Por eso evocamos el nombre “borgeano” de aquellos cuentos walsheanos publicados en la antigua Colección Rastros.

Lo que perturba de Borges es la profunda criminalidad de su metafísica. Se trata de una pregunta por lo “demasiadamente humano” a través del vislumbre de la sangre. Allí hay una metafísica (que siempre es lo inexplicable, lo carente de nombre y persiste en atormentarnos) que lleva al deleite de la muerte como momento en que la verdad se desata. Es cierto que no siempre la muerte es violenta en Borges, como es notorio en el caso de Beatriz Viterbo que “murió una candente mañana de febrero después de una imperiosa agonía”. Ahí mismo en el Aleph, catálogo enloquecido de burlonas insensateces, el narrador ve “la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo”, y ve “la circulación de mi oscura sangre”. Parece evidente que Borges se siente aprisionado entre la ironía de ver los restos de quien conoció en vida y simultáneamente el interior de su propio cuerpo activo y vital. El tema de la sangre recurre en todas las páginas de Borges. No se priva de decir cosas muy llamativas del “yo” de “Hitler”, en la voz del oficial alemán del gran relato “Deutsches Requiem”. Ese “yo” ignoraba lo que sí sabían “su sangre y su voluntad”. La sangre es un órgano o una lavadura del conocimiento. A propósito, en la perspicaz y sobradora revista “Crisis” (nueva época) hay una nota sobre la última novela de Martín Kohan donde se derraman observaciones sobre las narraciones que toman la voz de los hombres abominables. Se juzga que esa práctica es un “disco rayado” de la literatura argentina. No es así, se debe leer mejor “Deutsches Requiem”.
Horacio González


La sangre, entonces, es una contraparte del yo de todo ser viviente (de los “ellos” o “mía”), y es además, inevitablemente, un hilo conductor más importante que la conciencia despierta para enhebrar la memoria histórica. En el afamado ensayo “El escritor argentino y la tradición”, Borges proclama que todos sentimos la historia argentina “porque por la cronología y la sangre está muy cerca de nosotros”. Luego afirma que “todo está en el tiempo y en la tradición familiar”. No habla de todos, habla de él, que puede exhibir o invocar una genealogía de espesura épica. La “sangre”, en este artículo, desmiente el motivo por el cual tantas veces se lo ha mencionado a este escrito como el mayor síntoma del universalismo cultural borgeano. Incluso, cuando habla de los irlandeses ilustres que innovaron la cultura inglesa y fueron descendientes de ingleses (Shaw, Swift), dice que les bastó “sentirse irlandeses sin tener sangre celta”. Es decir, la sangre es tan pegajosa que puede ser reemplazada por un sentimiento. Pero Borges, a diferencia de lo que creen los cronistas ardientes de su letra, juega con la indiferenciación entre sangre y sentimiento. No entenderlo así, disminuye la comprensión de Borges.

La expresión “efusión de brusca sangre” se encuentra varias veces en sus cuentos. La palabra efusión, por otra parte –él, que con su fino oído se burló de tantas palabras de moda, satirizando no un modo de hablar, sino que el mero hecho de que los otros hablen–, es una palabra reiterada en lo profundo de sus escritos, y tiene un confuso valor despreciativo. En “Emma Zunz”, el empresario Loewenthal suelta de sus “labios obscenos” una de esas efusiones. Es una “efusión de sangre”. Lo mismo ocurrirá con Fergus Kilpatrick, que es un nombre que actúa como bisagra. Un fileteado especular de dos funciones contrapuestas que hacen de su “yo” una simultaneidad irracionalmente binaria. Es el “traidor y el héroe”, con su figura meramente sintáctica que señala los guarismos dobles de su conciencia fija. Muere de un único disparo en su “doble pecho” y apenas pudo articular “palabras ya previstas entre dos efusiones de brusca sangre”. Asimismo, la india rubia de “Historia del guerrero y la cautiva”, para mostrar que hay un destino ya trazado hacia la barbarie, le muestra a la otra dama inglesa que ella ya no debe volver, y bajando rápidamente de su caballo, “bebió la sangre caliente” de una oveja recién degollada.



En “El fin”, una escena final sigue apabullándonos. Es la escena que ve Recabarren, el testigo, luego que el negro, en la doble incerteza de alterar la leyenda nacional y la dificultad del propio espectador ficticio para observarla, acierta con “una puñalada profunda que penetra en el vientre” de Fierro, un Martín Fierro imaginario, pero que queda inmóvil en el suelo. El negro “limpió el facón ensangrentado en el pasto”. A diferencia de estas muertes, cuando no hay sangre en un crimen, el ejecutante dispara “con sumo cuidado”. En “El fin” la agonía fue laboriosa. Pero en “El jardín de senderos que se bifurcan”, Albert se desplomó “sin ninguna queja”. Ese crimen originó una “muerte instantánea; una fulminación”. En otro lugar de la obra borgeana, “Suárez, casi con desdén, hace fuego”. Las formas del destino pertenecen a una poética criminalística.
"El fin"


La idea de crimen, en Borges, es una idea escénica, sea rápida, lenta o grosera. Corresponde al ámbito del honor. Los dichos políticos borgeanos van en sentido diferente; ya vimos que ahí distinguía entre la teatralidad política (que no le gustaba) y los crímenes (de los que acusaba a los otros). En “El Congreso” se narran muchas cosas, pero un episodio al parecer secundario, da a entender lo que hay en juego en la cuestión del honor: “Fermín Eguren nunca me perdonó haber sido testigo de su aflojada”. Las cuestiones de honor aluden a la fragilidad del yo, a la vecindad inmediata que tiene con la traición, al silencio con el que vemos comportarse a los otros hombres, a lo que imaginamos que ambicionan sin poder confesarlo, al momento de revelación donde por fin se aclara lo nebuloso de nuestras vidas y de repente descubrimos que nada era así. O que sin que lo sospecháramos, habíamos aflojado. O al revés, sacábamos fuerzas sin saber de dónde. El honor lo tenemos sin saberlo, el duelo es nuestra mera presencia en el mundo. Es así, porque en todo momento tenemos que declinar el honor. Entonces mejor no advertirlo en nosotros. Aunque tímidamente lo inferimos. Borges nos importa porque ayuda a comprender –contra muchas de sus opiniones públicas– esta mínima ética de izquierda, la reacción digna ante tantos agravios, a través de la postulación de un “yo” cuya materia efectiva es esa clase metafórica de sangre que se llama memoria. El actual oficialismo borgeano no puede entenderlo, y solo por eso, “casi con desdén”, conmemora.

lunes, 20 de junio de 2016

ENTREVISTA AL PROFESOR LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA: EL IMPEACHMENT A DILMA Y LA IMPLANTACIÓN DE BASES DE EE.UU. EN LA ARGENTINA (Fuente: AMERSUR)





Luiz Alberto Moniz Bandeira, autor de la monumental obra La Formación del Imperio Américano

P-¿Cómo evalúa usted el proceso de impeachment de la presidente Dilma Rousseff?

R – El hecho de que el presidente interino Michel Temer y sus acólitos, designados ministros, actúen como definitivos, mudando toda la política de la presidente Dilma Rousseff, evidencia nitidamente la farsa montada para encubrir el golpe de Estado, un golpe frío contra la democracia, descargado bajo el manto del impeachment. Ese golpe, entretanto, debe ser comprendido dentro del contexto internacional, en que los Estados Unidos tratan de recomponer su hegemonía sobre América del Sur, al punto de negociar y establecer acuerdos con el presidente Mauricio Macri para la instalación de dos bases militares en regiones estratégicas de la Argentina. El proceso de impeachment de la presidente Dilma Rousseff no se trata, por lo tanto, de un acto aislado, por motivos domésticos, internos del Brasil.

P-¿Dónde serían implantadas tales bases?

R – Una en Ushuaia, en la provincia de la Tierra del Fuego, cuyos límites se extienden hasta la Antártida. La otra en la Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay), antigua ambición de Washington, a título de combatir al terrorismo y al narcotráfico. Pero el gran interés, inter alia, es, probablemente, el Acuífero Guaraní, el mayor manantial subterráneo de agua dulce del mundo, con un total de 200.000 km2, un manantial transfronterizo, que abarca a Brasil (840.000 Km²), Paraguay (72.500 Km²), Uruguay (58.500 Km²) y Argentina (225.000 Km²). Ahí los grandes bancos de los Estados Unidos y de Europa – Citigroup, UBS, Deutsche Bank, Credit Suisse, Macquarie Bank, Barclays Bank, the Blackstone Group, Allianz, e HSBC Bank y otros – compraron vastas extensiones de tierra.

P-La elección de Mauricio Macri ¿significa que la Argentina va a volver al tiempo en que el ex-presidente Carlos Menem, con la doctrina del “realismo periférico”, deseaba mantener “relaciones carnales” con los Estados Unidos?

R – Los Estados Unidos están tratando de recuperar su hegemonía en América del Sur, hegemonía que comenzaron a perder con el fracaso de las políticas neoliberales en la década de 1990. Con la elección de Maurício Macri, en la Argentina, consiguieron una gran victoria. En Venezuela, el Estado se encuentra en la inminencia del colapso, debido a la conjugación de las desastrosas políticas de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, con la caída del precio del petróleo y las operaciones para el cambio de régimen, implementadas por la CIA, USAID, NED y ONGs financiadas por esas y otras entidades. La implantación de bases militares en Ushuaia y en la Triple Frontera, además de herir la soberanía de la Argentina, significa una seria amenaza a la seguridad nacional no sólo del Brasil sino de los demás países de la región. Los Estados Unidos poseen bases en Colombia y algunos contingentes militares en Perú, ostentando su presencia en los Andes y en el Pacifico Oriental. Con las bases em la Argentina completarían un cerco virtual de la región, al norte y al sur, al lado del Pacífico y del Atlántico.

¿ Qué implicaciones tendría el establecimiento de tales bases en la Argentina?

R – Cualesquiera que sean las más diversas razones, inclusive científicas, la presencia militar de los Estados Unidos en la Argentina implicaría una mayor infiltración de la OTAN, en América del Sur, penetrada ya, discretamente, por la Gran-Bretaña en el archipiélago de las Malvina. Abrogaría de factoy, definitivamente. la resolução 41/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que, en 1986, estableció al Atlántico Sur como Zona de Paz y Cooperación (ZPCAS). Brasil jamás aceptó que la OTAN extendiese al Atlántico Sur su área de influencia y actuación. En 2010, durante el gobierno de la presidente Dilma Rousseff, el entonces ministro de Defensa del Brasil, Nelson Jobim (del PMDB, el mismo partido del presidente provisorio Temer), atacó la estrategia de ampliar el área de injerencia de la OTAN al Atlántico Sur, afirmando que ni Brasil ni América del Sur pueden aceptar que los Estados Unidos “se atribuyan” el derecho de intervenir en “cualquier teatro de operaciones” bajo “los más variados pretextos”, para que la OTAN “pueda servir de instrumento para el avance de los intereses de su miembro exponencial, los Estados Unidos de América, y, subsidiariamente, de los aliados europeos”

P-Pero ¿establecer una base militar en la región de la Antártida no es una antigua pretensión de los Estados Unidos?

R – Si. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial ese es un objetivo estratégico del Pentágono a fin de dominar la entrada en el Atlántico. Posiblemente, tal pretensión ahora se acentuó más, debido al hecho de que China está por construir en el Paraje Quintuco, en la província del Neuquén, corazón de la Patagonia, la más moderna estación interplanetaria y la primera fuera de su propio territorio, con una poderosa antena de 35 metros para investigaciones en el “espacio profundo”, como parte del Programa Nacional de Exploración de la Luna y Marte. La previsión es que comience a operar a fines de 2016. Pero a fin de recuperar la hegemonia sobre toda la América del Sur, en la disputa cada vez más obstinada con China era necesario controlar, sobre todo, a Brasil, y acabar con el MERCOSUR, la UNASUR y otros órganos creados juntamente con la Argentina, su principal socio e interlocutor estratégico, cercando a los demás países de la América del Sur. La destitución de la presidente Dilma Rousseff podia permitir a Washington colocar un apoderado para sustituirla. El cambio en la situación económica y política tanto de la Argentina como del Brasil parece, entretanto, muy difícil para los Estados Unidos. China se volvió el principal socio comercial de Brasil, con inversiones previstas superiores a los US$54 billones, y el segundo mayor socio comercial de la Argentina, después de Brasil. Éste país, al desenvolver una política exterior con mayor autonomía, fuera de la órbita de Washington, y de no intervención en los países vecinos y de integración de la América del Sur, conforme la Constitución de 1988, constituye un obstáculo a los designios hegemónicos de los Estados Unidos, que pretenden imponer a todos los países de la América tratados similares a los firmados con las repúblicas del Pacífico. A los EUA les desagrada que Brasil integre el bloque conocido como BRICs y sea uno de los miembros del banco con sede en Shanghai para competir con el FMI y el Banco Mundial.

P- ¿Cómo percibe usted la degradación de la democracia en Brasil, con la actuación de sectores de la burocracia del Estado (Ministerio Público, Policía Federal y Poder Judicial) que actúan violando la Constitución, desquiciando al país?

R – La campaña contra la corrupción, en los términos que el procurador-general Rodrigo Janot y el juez Sérgio Moro ejecutan, apunta, objetivamente, a desmoralizar a Petrobrás y a las grandes constructoras nacionales, tanto que ni siquiera las empresas extranjeras fueron investigadas, y ellas están, efectivamente, involucradas también en la corrupción de políticos brasileños. Al mismo tiempo se creó el clima para el golpe frío contra el gobierno de la presidente Dilma Rousseff, aumentado por las demostraciones de junio de 2013 y los abucheos contra ella en la Copa del Mundo. La estrategia se inspiró en el manual del profesor Gene Sharp, intitulado De la Dictadura a la Democracia, para el entrenamiento de agitadores y activistas, en universidades americanas y hasta incluso en las embajadas de los Estados Unidos, para liderar ONGs. Entre ellas Estudiantes por la Libertad y el Movimiento Brasil Libre, financiadas con recursos de los billonarios David y Charles Koch, sustentáculo del Tea Party, bien como por los billonarios Warren Buffett y Jorge Paulo Lemann, propietarios de los grupos Heinz Ketchup, Budweiser y Burger King, y socios de Verônica Allende Serra, hija del ex-gobernador de San Pablo José Serra, en la heladería Diletto. Otras ONGs son sustentadas por el especulador George Soros, que igualmente financió la campaña “Venga para las calles”.

P)- ¿Los pedidos de prisión de los “próceres” del PMDB y del presidente del Senado, encaminados por el procurador-general de la República pueden desestabilizar al Estado brasileño? 

R – Los motivos alegados en los medios de comunicación, no justificarían una medida tan radical, como alcanzar a toda la línea sucesoria del gobierno brasileño. El objetivo de la Procuraduría General de la República podría ser de promoción personal, no obstante tanto el juez Sérgio Moro como él actúan con el propósito de debilitar y desmoralizar -aún más- a todo el Estado brasileño, como si estuviesen al servicio de intereses extranjeros. No sólo desmoralizar al Estado brasileño. Van mucho más lejos en sus objetivos antinacionales. Las sospechas levantadas contra la fábrica de submarinos, donde se construye, incluso, el submarino nuclear, todos con transferencia para Brasil de tecnología francesa, permiten percibir el propósito de desmontar el programa de rearme de las Fuerzas Armadas, reiniciado por el presidente Lula y continuado por la presidente Dilma Rousseff. Es muy posible que, en seguida, el objetivo sea la fabricación de los jets, con transferencia de tecnología de Suecia, lo que los EUA no hacen, como en el caso del submarino nuclear. Es preciso recordar que, desde el gobierno Collor de Melo y, principalmente, durante la gestión del presidente Fernando Henrique Cardoso, el Brasil fue virtualmente desarmado, el Ejército no tenía recursos para alimentar a los reclutas y fue desmantelada la industria bélica, que el gobierno del general Ernesto Geisel había incentivado, después de denunciar el Acuerdo Militar con los Estados Unidos, en la segunda mitad de los años 1970.

P)- ¿Usted considera que los Estados Unidos estuvieron por detrás de la campaña para derribar al gobierno de la presidente Dilma Rousseff?

R – Hay fuertes indicios de que el capital financiero internacional, esto es, de que Wall Street y Washington nutrieron la crisis política e institucional, aguzando la feroz lucha de clases en Brasil. Ocurrió algo similar a lo que el presidente Getúlio Vargas denunció en la carta-testamento, antes de suicidarse, el 24 de agosto de 1954: “La campaña subterránea de los grupos internacionales se alió a la de los grupos nacionales sublevados contra el régimen de libertad y garantía del trabajo”. Mucho dinero corrió en la campaña por el impeachment. La influencia de los EUA aparece en los vínculos del juez Sérgio Moro, que conduce el proceso de Lava-Jato. Él realizó cursos en el Departamento de Estado, en 2007. Al año siguiente, en 2008, pasó un mes en un programa especial de entrenamiento en la Escuela de Derecho de Harvard, en conjunto con su colega Gisele Lemke. En octubre de 2009, participó de la conferencia regional sobre “Illicit Financial Crimes”, promovida en Rio de Janeiro por la Embajada de los Estados Unidos. La Agencia Nacional de Seguridad (NSA), que monitoreó las comunicaciones de la Petrobras, descubrió la ocurrencia de irregularidades y corrupción de algunos militantes del PT y, posiblemente, pasó información sobre el “doleiro” (persona que negocia dólares en el mercado paralelo) Alberto Yousseff a un delegado de la Policía Federal y al juez Sérgio Moro, de Curitiba, ya entrenado en acción multi-jurisdiccional y prácticas de investigación, incluso con demostraciones reales (como preparar testimonios para delatar terceros). No sin motivo el juez Sérgio Moro fue elegido como uno de los diez hombres más influyentes del mundo por la revista Time. Él dirigió la Operación Lava-Jato, auxiliado por el procurador-general de la República, Rodrigo Janot, como un reality show, sin ninguna discreción, descargando selectivamente informaciones para los medios de comunicación, con base en delaciones obtenidas bajo amenazas y coerción, y prisiones ilegales, con el objetivo de mancillar e incriminar, sobre todo, al ex-presidente Lula. Y la campaña continúa.

P)- ¿Hacia dónde va?

R – Va lejos. Intenta alcanzar a todo Brasil como nación. De ahí que se anuncia una campaña contra la industria bélica, comenzando contra la construcción de los submarinos, con tecnología transferida de Francia, el único país que acordó hacerlo, y va a llegar a la construcción de los aviones, con tecnología de Suecia y otras industrias. Esas iniciativas de los presidentes Lula da Silva y Dilma Rousseff afectaron y afectan a los intereses de los Estados Unidos, cuya economía se sustenta, largamente, con la exportación de armamentos. A pesar de toda la presión de Washington, Brasil no compró los jets F/A-18 Super Hornets de la Boeing, lo que contribuyó, juntamente con la cancelación de las contrataciones realizadas por Corea del Sur, para que la firma estadounidense tuviese que cerrar su planta en Long Beach, en California. La decisión de la presidente Dilma Rousseff de optar por los aviones de Suecia representó un duro golpe para la división de defensa de la Boeing, con la pérdida de un negocio por un valor US$4,5 billones. Ese y otros factores concurrieron para la organización del golpe en Brasil.

P)-Y ¿cuál es la perspectiva?

R) – Es sombría. El gobierno interino de Michel Temer no tiene legitimidad, es impopular y, lo que todo indica, no ha de perdurar hasta 2018. Es débil. No contenta a griegos y troyanos. Y, aunque el presidente interino Michel Temer no consiga el voto de 54 senadores para efectivizar el impeachment, será muy difícil a la presidenta Dilma Rousseff gobernar con un Congreso, en gran parte corrompido, y el Supremo Tribunal Federal comprometido por la desvergonzada actuación, abiertamente político-partidaria, de algunos de sus miembros. Dadas estas circunstancia y en el caso de que haya nuevas elecciones, creo que sólo las Fuerzas Armadas, cuyo comando del Ejército, Marina y Aeronáutica hasta ahora está inmune y exento, pueden organizar y presidir el proceso. También ellas pueden impedir que el Estado brasileño sea desmantelado, en medio de este clima de inquisición, creado y mantenido en el país, en colaboración con los medios de comunicación corporativos, por elementos del Poder Judicial, como si estuviesen encima de cualquier sospecha. Y no lo están. No son los dioses del Olimpo.



Traducción AmerSur