A su vez, el relato de esa Historia Oficial nos ha intentado mostrar “gestas nacionalistas” pero ocultándonos la perpetración de matanzas generalizadas y genocidios.
Contrariamente, el accionar de otros hombres ha sido minimizado o únicamente se ha mostrado una faceta de su vida sin incursionar en sus ideas.
Es decir que nuestra formación en esta materia está impregnada de aquellos fragmentos de la historia que pusieron a nuestro alcance, el resto debemos “buscarlo” por nuestros propios medios… justamente Martín Miguel de Güemes está en esa categoría de olvidados de la historia oficial.
Martín Miguel de Güemes |
17 de junio de 1821
El 8 de febrero de 1785 nació en la ciudad de Salta y su nombre completo fue Martín Miguel Juan de Mata Güemes.
Fue hijo de una familia con alto poder económico de la época siendo su padre el hidalgo español Gabriel de Güemes Montero, quien se desempeñó como Tesorero Ministro Principal de Real Hacienda en la Intendencia de Salta del Tucumán y su madre María Magdalena de Goyechea y la Corte, descendiente del fundador de Jujuy.
Alternó su infancia viviendo en la ciudad de Salta y en las estancias familiares de “El Bordo” y “El Paraíso”, donde su contacto con los campesinos que allí trabajaban lo llevó a aprender las tareas rurales como así también a relacionarse con los trabajadores.
A pesar de su vida acomodada, desde muy pequeño se notó su espíritu nacional y a los 15 años se incorporó como cadete del 3º Batallón del Regimiento Fijo de Infantería de Buenos Aires con asiento en Salta.
A los 20 años es trasladado a Buenos Aires y participó activamente en la defensa patriota durante las Invasiones Inglesas actuando como edecán de Liniers.
En ese marco obtiene una “victoria” frente al invasor inglés de características sumamente curiosas por cuanto se trata de “una batalla naval” efectuada con la “caballería de Güemes”.
El singular suceso se produce el 12 de agosto de 1806 y es relatado por Luis Eduardo Agüero en el libro de “Historias Marineras”.
En la ribera del Río de la Plata, en una zona barrosa, pantanosa, cercana a donde hoy se erige curiosamente “La Torre de los Ingleses” en Retiro, se había apostado el comandante Pueyrredón con un grupo de hombres.
Hacia esa zona, intentando hacer fuego en el Fuerte y en la Plaza Mayor, un conjunto de navíos ingleses, bajo el mando de Sir Home Riggs Popham, cañoneaban repetidamente el lugar.
Una inesperada bajante del río, obligó a las naves a internarse, sin embargo, la goleta Justine, equipada con 26 cañones y tripulada con 100 fusileros y 20 marineros quedó varada y escorada.
Aunque los cañones dejaron de disparar, Pueyrredón temiendo el posible desembarco de los ingleses en esa zona cubierta por la niebla, dio la orden al joven oficial Güemes, quien recién llegaba al lugar enviado por Liniers, para que conforme un pelotón y vigile la zona evitando que los ingleses los sorprendan.
Güemes elige sus hombres:
“… Son gauchos de las quintas: pañuelos atando las crenchas, chiripás y botas de potro. Lanzas de tacuaras con cuchillos por moharras. Algunos tienen sables o tercerolas. Pero todos, lazos, boleadoras y facón al cinto…”.
Luego de recorrer la brumosa zona, Güemes descubre el navío “atrapado” por el río que en esas circunstancias, “actuaba” como aliado de los patriotas.
No lo piensa y da la orden: - Paisanos al abordaje!!!!! Y se internan con sus caballos en el agua:
“… Y la hazaña se cumple. Algunos de pie sobre el pingo. Otro, colgado de algún cable. Quien, gateando el casco y haciendo pie con el dedo gordo en los ojos de buey o en las junturas de la tablazón. Y todos trepando a la cubierta. Los ingleses deben dejar el fusil, por inútil, y tomar el hacha, el chuzo o el sable…”
Luego de la lucha cuerpo a cuerpo, los ingleses se rinden y la bandera invasora es reemplazada por el pabellón español.
“… Liniers, radiante, bajo las arcadas del Cabildo, rodeado de sus jefes y de los graves regidores y miembros de la Audiencia, ve llegar a la extraña caravana. Y tras de escuchar el parte del alférez captor de la “Justina”, le palmea diciéndole con tono entre ejemplarizador, justiciero y profético:
- Le felicito “subteniente” Martín de Güemes: ¡usted llegará lejos! …”
Luego de la Revolución de Mayo fue incorporado al Ejercito del Norte y participó muy activamente en el triunfo de Suipacha.
Estableció una muy buena relación con Belgrano quien comandaba aquel ejército, pero comienzan a visualizarse sus diferencias con las autoridades porteñas. En una carta que le envía a Belgrano esto queda de manifiesto:
"… Hace Ud. muy bien en reírse de los doctores; sus vocinglerías se las lleva el viento. Mis afanes y desvelos no tienen más objeto que el bien general y en esta inteligencia no hago caso de todos esos malvados que tratan de dividirnos. Así pues, trabajemos con empeño y tesón que, si las generaciones presentes nos son ingratas, las futuras venerarán nuestra memoria, que es la recompensa que deben esperar los patriotas… ".
Al asumir San Martín en reemplazo de Belgrano la jefatura del Ejercito del Norte, el salteño Güemes ocupa un lugar privilegiado en el accionar de San Martín y así lo afirma el historiador Pacho O´Donnell cuando señala que:
“… La estrategia continental de San Martín para conquistar la independencia de América del Sur dependía de su convicción de que Güemes podía inmovilizar a las fuerzas realistas a lo largo del noroeste argentino y de que podía organizar un contraataque en el Alto Perú cuando la campaña de San Martín en el Perú así lo necesitara…”
Al mando de sus gauchos, Güemes llevó adelante la defensa del noroeste argentino, aunque ejerciendo una forma de lucha muy particular, antecedente de la “guerra de guerrillas”. Ese accionar infringe numerosas dificultades a los realistas como así también los sorprende y los desconcierta.
Sobre ello es interesante una carta que el jefe de las fuerzas realistas, Gral. Joaquín de la Pezuela, le envió al virrey del Perú, señalándole la difícil situación en que se encontraba su ejército ante la acción de las partidas gauchas de Güemes:
"… Su plan es de no dar ni recibir batalla decisiva en parte alguna, y sí de hostilizarnos en nuestras posiciones y movimientos. Observo que, en su conformidad, son inundados estos interminables bosques con partidas de gauchos apoyadas todas ellas con trescientos fusileros que al abrigo de la continuada e impenetrable espesura, y a beneficio de ser muy prácticos y de estar bien montados, se atreven con frecuencia a llegar hasta los arrabales de Salta y a tirotear nuestros cuerpos por respetables que sean, a arrebatar de improviso cualquier individuo que tiene la imprudencia de alejarse una cuadra de la plaza o del campamento, y burlan, ocultos en la mañana, las salidas nuestras, ponen en peligro mi comunicación con Salta a pesar de dos partidas que tengo apostadas en el intermedio; en una palabra, experimento que nos hacen casi con impunidad una guerra lenta pero fatigosa y perjudicial…"
Entre 1815 y 1820 se desempeñó como Gobernador de Salta y consiguió frenar todos los intentos de avance de las tropas realistas, aunque aquella estrategia de San Martín de iniciar un contragolpe de las fuerzas de Güemes al Alto Perú no se llevó adelante, por cuanto José Rondeau, nuevo Director Supremo de las Provincias Unidas, tenía otras prioridades que no era precisamente la guerra por la Independencia, sino luchar contra los intentos de los caudillos de imponer el federalismo.
A partir de allí comienza el retaceo de apoyo a Güemes quién bien lo describe en una carta enviada a Belgrano:
"Esta provincia no me representa más que un semblante de miseria, de lágrimas y de agonías. La Nación sabe cuántos y cuán grandes sacrificios tienen hechos la provincia de Salta en defensa de su idolatrada libertad y que a costa de fatigas y de sangre ha logrado que los demás pueblos hermanos conserven el precio de su seguridad y sosiego; pues en premio de tanto heroísmo exige la gratitud que emulamos de unos sentimientos patrióticos contribuyan con sus auxilios a remediar su aflicción y su miseria".
El caudillo salteño no encuentra otro remedio para paliar la situación de la zona que acudir a los empréstitos forzosos a las fortunas de las clases altas y poderosas de Salta, lo cual ocasiona un clima de creciente confrontación con la pudiente elite.
En 1821 la situación militar obligaba a Güemes a cubrir dos frentes de batalla: al Norte el posible avance del regimiento realista y al Sur el hostigamiento del gobernador de Tucumán, Bernabé Aráoz.
Araóz, aliado con los terratenientes salteños, logra vencer a Güemes y el Cabildo de Salta, dominado por los sectores conservadores, lo remueve del cargo de gobernador. Sin embargo, Güemes no se rindió y al frente de sus gauchos recuperó el poder.
La traición de los sectores poderosos de Salta no tardaría en llegar y ofrecieron su colaboración al ejército español para eliminarlo.
Felipe Pigna en una nota de “El Historiador” resume los últimos días de esta historia:
“… El coronel salteño José María Valdés, alias "Barbarucho",a las órdenes del ejército español, buen conocedor del terreno, avanzó con sus hombres y ocupó Salta el 7 de junio de 1821. Valdés contó con el apoyo de los terratenientes salteños, a los que les garantizó el respeto a sus propiedades.
Güemes estaba refugiado en casa de su hermana Magdalena Güemes de Tejada, "Macacha". Al escuchar unos disparos, decidió escapar a caballo, pero, en la huída, recibió un balazo en la espalda. Llegó gravemente herido a su campamento de Chamical con la intención de preparar la novena defensa de Salta. Reunió a sus oficiales y les transfirió el mando y dio las últimas indicaciones.
Murió el 17 de junio de 1821 en la Cañada de la Horqueta. El pueblo salteño concurrió en masa a su entierro en la Capilla de Chamical y el 22 de julio le brindó el mejor homenaje al Jefe de la Guerra Gaucha: liderados por el coronel José Antonio Fernández Cornejo, los gauchos de Güemes derrotaron a "Barbarucho" Valdés y expulsaron para siempre a los españoles de Salta…”
Recién el 24 de agosto de 2006, bajo el gobierno de Néstor Kirchner, se promulgó la Ley 26.125 que en su Artículo 1 declara Héroe Nacional a Don Martín Miguel de Güemes, único general argentino muerto en acción de guerra en la histórica epopeya de la emancipación del continente americano.
Aquella bandera, arrancada al invasor de la Goleta Justine se exhibe actualmente en la Iglesia de Santo Domingo, ubicada en la esquina de Defensa y Belgrano en esta metrópoli porteña, ciudad que en aquel momento le dio la espalda al valeroso salteño, que prefirió poner su vida al servicio de la Patria antes que cobijarse en el “dinero de su padre” y hacer negocios con la clase alta salteña a la cual pertenecía.
El destino querrá que casi 200 años después, nuestro país sea gobernado por un empresario que cobijándose en el “dinero heredado de su padre” en vez de gobernar para todos, hace negocios con la clase alta y entrega el manejo de la economía al Fondo Monetario Internacional, endeuda a la Nación frente a los conglomerados financieros internacionales y pone a la Patria al borde del precipicio.
Dentro de pocos meses tendremos la oportunidad de comenzar a escribir una página diferente en la Historia de la Nación.
(") Contador Público Nacional
Perito de la Deuda Externa Argentina
(") Contador Público Nacional
Perito de la Deuda Externa Argentina
Los masones de mierda le metieron a este tonto, a bolivar y al tal Marti (y otros cerebros debiles) el paradigma masonica y que todo va a estar bien cuando sean traidores a sus propias raices Espanolas, vamos a cerar los puertos a los Espanoles y los anglosajones van a cuidaros bien y blah, blah, blah...y que paso? Todo Sur America y Mexico se fue a la puta mierda! Y aun esos mismos masones de mierda son los que estan a cargo de seguir hundiendo a esos paises Hispanos! Si, la gente con cabezas de platano aun creen las mentiras inventadas maldiciendo a los Espanoles que les digeron los anglosajones masonicos de mierda, todos son coruptos, todos esos paises siguen y van a seguir estan hundidos en la mierda y gracias a la masoneria! Lo han echo desde entonces y lo siguen haciendo hasta este mismisimo dia! Ahora le toca a Venezuela. Si, el maduro dice tontrias que es un estado bolivar (un Espanol traidor a su propia patria el bolivar no se nos olvide) pero los masones quieren hundir a Venezuela y estan haciendo TODO lo posible para hacerlo por que OBVIAMENTE el Maduro no es un mason de mierda. Si fuera un mason de mierda, como es el otro idiota Juan Guaidó, NO hubiera ningun problema. Pero, repito, la masoneria de mierda Siempre destruye todo lo que toca como hicieron los Ingleses masonicos destruyendo todo ingigena adonde pisaban el pie Sin embargo, dicen que fueron los Espanoles que mataron y mataron y la gente menos inteligente lo cree sin problemas ninguno! Sin embargo los Ingleses mataron a mas Indigena que todo Espanol, Holandes y portuguesito en combinacion, pero solo se "inventa" que fueron Espana quien hice eso. Lo mismo que los Ingleses y la masoneria de mierda dicen que Espana fueron los de la esclavitud cuando los p[ortuguesitos fueron los primeros en inventarlo en 1441 y no lo dejaron hasta el 1899. Como se creen que fue levantado Brasil por los portuguesitos? Con tortugas?? Y adonde pisaron los Holandeses y Franceses y Ingleses?
ResponderEliminarVamos, los de Hispano America si que tienen el cerebro bien, bien lavadito acerca de su historia "falsa" y inventada por los masones Ingleses de mierda! Me parto!