MARTÍN HEIDEGGER |
4 de mayo de 2014 a la(s) 18:01
En "Ñ" de ayer sábado 3 de Mayo, de 2014, en pag.10 y 11, hay una nota titulada "Heidegger, entre el Ser y el nazismo", escrita por Mariana Dimopulos, a propósito de la edición alemana de los "Cuadernos negros", que resucitan las acusaciones de antisemita y nazi que han pesado sobre el gran filósofo. Entre 1931 y 1970, Heidegger llevó diarios de reflexiones filosóficas, que así, se llaman, debido al color de las tapas. No conocemos su contenido, no han sido traducidos al castellano, pero sabemos de las acusaciones, que pesan desde su rectorado en la Universidad de Friburgo, en pleno régimen nazi.
Sabemos de la influencia del pensador alemán sobre toda la filosofía del Siglo XX y XXI, sobre los pensadores franceses, y sobre todo el pensamiento posmoderno, de la muerte de dios, de la muerte del sujeto, del rompimiento del pensamiento lógico, del ser autentico, del ser originario, de la crítica despiadada a la técnica y al cálculo, como formas de ser del mundo occidental, después de la destrucción del pensamiento metafísico, que el mismo acometió.
No puedo dejar de señalar que en los 90, cuando el mundo se sumergía en la noche neoliberal, descubrí, en un curso de posgrado en la facultad de Filosofía y Letras, a cargo de Dina Picotti, traductora y una de las máximas especialistas en Heidegger del país, que mis lecturas de Hegel iban a tener un acompañante a su altura. Pasé cuatro años tomando clases de Heidegger con la queridísima Dina, y otros amigos, y concurrentes, entre los que se encontraba el músico Pedro Aznar. Desde esa época mis lecturas no variaron mucho más: Hegel, Heidegger, Thomás Mann, Robert Musil, Baudrillard, Borges.
Considero que en los últimos doscientos años tres pensadores alemanes nos siguen interpelando fuerte a todo ciudadano de buena voluntad: Hegel, Marx y Heidegger. Si uno conoce bastante de esos tres, conoce mucho del mundo actual, del pasado y es posible prever ciertas linealidades que se repetirán en el futuro.
Pero volvamos a Heidegger que es el problema. En 1987, un chileno, Victor Farías publicó un libro que demostraba la relación directa de la ontología del filósofo con el ser nazi. Provocó un revuelo tremendo, recuerdo haber leído en un libro de Jean Baudrillard, decir que ya no estábamos en el universo mental del Heidegger nazi, porque no estábamos en el universo mental del nazismo. Hanna Arendt, discípula judía de Heidegger, lo había disculpado. Muchos, como yo, siempre sospechamos, pero no encontrábamos líneas en su obra que lo afirmara, salvo en Introducción a la Metafísica.
La aporía es la siguiente, y la tomamos del final del artículo de Dimopulos en "Ñ": "Si Heidegger fue un gran pensador entonces no fue un verdadero nazi; pero si fue un verdadero nazi, entonces no fue un gran pensador". Sin embargo, ninguna conclusión segura seguirá de la posición que se adopte, siguiendo esa hipótesis. ¿Fue Hegel filósofo del estado prusiano? Si lo fue, reduce la importancia de su pensamiento en occidente. ¿Fue Althusser un mero asesino? ¿Nietzsche un mero loco? ¿Shakespeare, antisemita, un loco? ¿La novela "Viaje al fin de la noche", de Louis Ferdinad Celine, hecha por un colaboracionista nazi, un engendro? ¿El "Ulises" de Joyce una novela menor, porque era antisemita el autor?
Claudio Javier Castelli |
Otro pensador católico, filonazi, ha sido reivindicado por la ciencia política, a partir de su concepto de lo político, como la antinomia fundamental entre amigo y enemigo, Carl Schmitt. Destruye toda su obra su concepción, o pueden tomarse partes, hacer una lectura crítica. Soy de los que piensan en esto último, lo mismo con Heidegger. Con este último pasa también que es un pensador de la apertura a lo diferente, al otro en tanto otro, en "De Camino al Habla", tiene un dialogo con un pensador japonés, que es ejemplo de ese cruce de culturas y diferencias. En este último sentido parece difícil, que haya sido un verdadero nazi, aunque seguro antisemita, según la última publicación.
En nuestro país, para el diario La Nación, si uno es peronista kirchnerista, no puede resultar nada bueno, no puede crear ningún objeto singular. La visión de los otros de la oligarquía argentina, es muy similar a cómo ve la política exterior norteamericana el tercer mundo, obstáculos a someter o desaparecer.
¿Está saneado en el país el antisemitismo y el racismo en todas sus formas? A juzgar por el estereotipo de los medios de comunicación hegemónicos no, a juzgar por los últimos linchamientos tampoco.
Se dirá entre un antisemita alemán y nazi, y el nazi criollo hay una diferencia. Pero en todo caso salvemos la obra del gran pensador alemán, ahora sí identificado como nazi, para que leamos sus libros con mayor sentido crítico que el que ya utilizábamos. Pero no para descartarlo de la lista de los más grandes pensadores de la historia universal, aun cuando juzguemos sus ominosos compromisos políticos, y su ignorancia espuria antisemita, con extrema dureza y rechazo.
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