miércoles, 6 de mayo de 2020

¿QUIÉN ES EL BOMBÓN ASESINO? ¿Magnetto?, ¿Mauricio Macri?, ¿Paolo Rocca?, Por Lido Iacomini(") para Vagos y Vagas Peronistas



El 7 de Mayo le ponen fecha a una suerte de insurrección contra la Cuarentena, que hasta ahora con una notable expresión de éxito contra la pandemia lleva adelante el Gobierno conducido por Alberto Fernández. Los tres son una expresión del neoliberalismo derrotado en las urnas y comandantes debilitados que intentan retomar la conducción de los escuadrones de la derecha y llevarlos hacia una contraofensiva que frene la consolidación del nuevo gobierno y el crecimiento en la consideración pública de un nuevo liderazgo político. Propugnan salir a la calle a lo que llaman la Marcha de los barbijos y quebrar la Cuarentena.

Con irresponsabilidad asesina buscan que el aislamiento social descarrile y colapse, no sólo porque privilegian su economía -de clase- sobre la vida y la salud de la mayoría de los argentinos, sino que buscan el fracaso político del presidente, que ya no sólo está sostenido por la vicepresidenta que lo eligió como candidato, no sólo por el kirchnerismo ni tampoco sólo sostenido por el peronismo, sino que una enorme mayoría comenzó a sentirse contenida y protegida, en el marco de esta lucha hasta ahora por todos emprendida.

Sobre el escenario más iluminado aparecen dos difíciles frentes de lucha contra el Covid-19: las cárceles y las numerosas villas de emergencia. Apenas un poco más atrás, los geriátricos. Y cómo un gran telón de fondo común, la economía. La de los sectores populares que necesitan del Estado (que acude a ellos con voluntad y limitaciones) y del trabajo suspendido por la Cuarentena. La de los sectores empresarios, la dependiente del Estado en sus más variadas expresiones y ese gran sector invertebrado y magmático que es la economía informal, entrelazada a veces con el sector llamado de servicios, con la tercerización abierta o encubierta que flexibiliza desde hace mucho a ésta economía capitalista en su etapa neoliberal y globalizada y en sus márgenes más extremos, con los caídos del sistema. Con la marginalidad y la extrema pobreza.

Ese juego asesino, del que Clarín es cada vez más desembozadamente vocero, aún no se atreve a mostrar su cara de bolsonaro pero ya habla en las páginas de su diario de que en las calles la cuarentena “administrada” es ya una flexibilización fuerte, aplicada de hecho por un sector de la población que se resiste a las limitaciones a su libertad de trabajar y de moverse como quiere. Si están dispuestos a provocar un peligrosísimo empinamiento de la curva de contagios y de muertes en nombre de una extendida “inmunización”, estarán, si sus previsiones de desgaste de la acción de gobierno se cumplen, de acudir a una conducta opositora más levantisca y violenta. Como en Brasil. Bolsonaros no faltarán, aunque Magnetto, Macri y Rocca ocultarán sus caras detrás de barbijos manchados.

Este lunes el presidente enfrentó de nuevo las cámaras. Podríamos decir a las “brujas” de Mentira e Inconsecuencia en TN. Ellas, con su entrenada gimnasia facial de sonrisa permanente, dispararon toda la artillería malintencionada disfrazada de periodismo valiente. Él, el presidente, demostró su decisión de apelar principalmente a la política para enfrentar los ataques de la reacción y la prensa canalla. Puede apelar a decisiones más duras a las que está habilitado. Ya se levantan voces, como las de C5N y voluntades incipientes que piden manos más firmes contra las especulaciones en los precios que se inflan injustificadamente. O alentados por las especulaciones en el dólar, en las retenciones en los silobolsas, en los despidos empresarios o en las crecientes violaciones a las normas de la Cuarentena. Le dicen al Presidente que no todo se puede resolver con cordialidad y buenos modales. En algunos momentos hay que mostrar quien tiene poder de éste lado de la grieta. No hay que dejarle lugar al Bombón asesino. 

(")Miembro  de Participación Popular (E. Jozami) y de Carta Abierta donde coordina la Comisión de Asuntos Internacionales

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