jueves, 11 de octubre de 2018

CIPAYOS, Por Omar Néstor Miliano(") para Vagos y Vagas Peronistas


José María Rosa, historiador nacional -1906/1991-

Durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, la Cuestión Deuda Externa Argentina había dejado de ser un tema de agenda para la mayoría del pueblo argentino. 

Las reestructuraciones con quita de capital producidas durante el 2005 y 2010, las peleas en tribunales extranjeros ante diversos embargos decretados, la cancelación de la deuda con el FMI y el arreglo con el Club de París, habían disminuido notablemente la incidencia de su peso ante la vida del común de la gente, estábamos frente a un panorama cierto y manejable. 

Sin embargo, los fallos del juez neoyorquino Thomas Griessa trajeron a la escena nacional nuevamente la cuestión y se popularizó el reclamo de los denominados “fondos buitres”. 

En junio de 2014 el entonces Jefe de Gobierno porteño y candidato a Presidente de la Nación señalaba: "… Ahora hay que ir, sentarse en lo del juez Griesa y hacer lo que diga…" dando indicios del futuro que nos depararía el destino. 

Esas declaraciones públicas y ese posicionamiento permitieron poner de relieve como un importante grupo de políticos, periodistas, mediáticos… mostraban a diario su “adoración” por los criterios y comportamientos de los países del primer mundo y su falta de sentido nacional y orgullo patriótico. 

La Historia está llena de ejemplos similares, de “próceres” que se arrodillaron ante los poderosos del exterior y no viene mal recordar como se resolvieron algunas cuestiones y las conductas de esos “venerados” personajes. 

29 de noviembre de 1859 

Según cuenta el gran historiador argentino José María Rosa: “… Paraguay era rico, riquísimo. Sus inmensos yerbatales y tabacales abastecían la mayor parte del consumo del sur del continente y sus maderas valiosas se exportaban a Europa, donde alcanzaban alta cotización. Eran bienes del Estado en su mayor parte, pues la propiedad particular era escasa en esa inmensa república que pasaba de millón y medio de habitantes; la misma población de la vecina Argentina. La tierra era pública en su casi totalidad, arrendándose en lotes. Los pocos propietarios eran paraguayos nativos, pues la ley impedía a los extranjeros el dominio del suelo; el comercio exterior era monopolio exclusivo del Estado…” “…su riqueza se traducía en mejoras que hacían del Paraguay el Estado más próspero de Sudamérica…” . 

Tenía ferrocarril, una numerosa flota mercante, telégrafo… “era un verdadero estado socialista la paternalista República del Paraguay…”. 

No solo la mayor parte de la propiedad rural era estatal, sino que poseía muchas granjas de cría y agrícolas y hasta las mejores casas de la ciudad pertenecían al Estado. 

Asunción, era “una ciudad moderna, de calles bien delineadas y cuidada edificación”. Elevada cultura, todos sabían leer y escribir, además la Escuela Normal era un modelo en América donde “… se hacían estudios intensivos de gramática, matemáticas, historia, lógica, catecismo…” y existían otros establecimientos de muy buen nivel en las ciencias exactas, filosofía, teología y aquellos alumnos distinguidos en derecho, medicina, ingeniería o humanidades eran becados por el Estado a perfeccionar su educación en las universidades europeas. 

Por otra parte, no utilizaba empréstitos del exterior para su desarrollo es decir que carecía de deuda externa y contaba con industria metalúrgica que le permitía tener fundiciones de acero para la elaboración de implementos agrícolas, como así también cañones y armas para proveer a su ejército que era el mejor de América del Sur. 
Carlos Antonio Lopez Pte. del Paraguay 1844-1862

Para 1859 era gobernada por Carlos Antonio López, abogado, primer Presidente Constitucional, un gobernante que había elegido no depender de los capitales y recursos extranjeros, sino administrarse con las propias riquezas de su Patria. 

Por supuesto que “pretender” ese modelo de país en esta región no “encajaba” en los proyectos de expansión de las potencias de la época, especialmente Gran Bretaña. 

Justamente los británicos eran expertos en crear conflictos en países pequeños, proseguir con reclamos diplomáticos, escalar los conflictos enviando parte de su flota como amedrentamiento, bloquear los puertos si era necesario, no evitaban algún cañonazo y finalmente, cuando conseguían su cometido, llegaba la firma de un tratado de libre navegación y comercio por lo general “más beneficioso” para sus intereses que para el país invadido. 

En Paraguay, “el apriete” comienza con un complot, más precisamente en febrero de 1859 es desbaratada una conspiración para asesinar a su Presidente, motivo por el cual son detenidos un grupo de personas, entre ellos Santiago Cansttat, un oriental de nacimiento que circulaba con documentación británica. 

Cansttat recurre a Mr. Henderson, cónsul inglés, quién presurosamente requiere la liberación del detenido, más el pago de una indemnización y una reparación económica al gobierno de Su Majestad la Reina Victoria de Inglaterra. 

Al rechazar el Presidente López las pretensiones británicas, el cónsul Henderson, es retirado del país dando inicio a un pleito diplomático. 

Mientras tanto, en nuestro país, la situación era muy tensa debido a las fuertes disputas entre el Gral. Justo J. de Urquiza (al frente de la Confederación Argentina) y el Gral. Bartolomé Mitre (máxima autoridad del Estado de Buenos Aires), la realidad indicaba que se estaba al borde de un conflicto armado. 
Omar Néstor Miliano

Por ello, el Presidente del Paraguay envía a su hijo mayor, el Brigadier Gral. Francisco Solano López, en gestión de buenos oficios y tras su actuación diplomática, consigue la unidad de los argentinos firmándose el Tratado de San José de Flores. 

El 29 de noviembre de 1859 cuando Solano López intenta volver a su país, naves inglesas bloquean su salida del puerto de Buenos Aires y pretenden reducir al buque Tacuarí en el cual se desplazaba. 

El almirante inglés Lushington, que comandaba las flotas inglesas, reitera que Paraguay debía obedecer a la Corona Británica, restituir la libertad de Cansttat, indemnizarlo y además reparar económicamente a la Reina ofendida. 

Solano López logra eludir la emboscada y regresa a su país por vía terrestre. 

A pesar que el incidente se había producido en aguas jurisdiccionales porteñas, el Gral. Bartolomé Mitre prefiere “no ofender” a los británicos y ordena a Carlos Tejedor, Ministro de Relaciones Exteriores de Buenos Aires a guardar silencio. 

El Brigadier Solano López quien acababa de prestar un servicio a favor de la paz interna de nuestro país, era así correspondido por el Gral. Mitre. 

El Presidente Paraguayo López ordena entonces reforzar las fortificaciones de Humaitá por cualquier ataque inglés y desarrolla su estrategia de patriotismo y no sometimiento a las provocaciones de la potencia, ordenando al Jurista Carlos Calvo, especialista en Derecho Internacional, viajar a Londres y defender la causa con todas las herramientas a su alcance. 

Carlos Calvo, era un joven abogado uruguayo, educado en Buenos Aires e influido por ideas latinoamericanistas. 

A pesar de no ser recibido por las autoridades británicas, Carlos Calvo expone el caso en los principales diarios de Europa señalando que Cansttat, era juzgado por la justicia de un país soberano como era Paraguay, ejerciendo su derecho a la defensa y no debían existir interferencias de otras naciones. 

A pesar de que Cansttat es liberado y expulsado del país, las autoridades inglesas siguen reclamando indemnizaciones. De cualquier manera, el Presidente Carlos A. López no retrocede y Carlos Calvo elabora la defensa jurídica con profusa cantidad de pruebas y solicita la opinión de reconocidos juristas europeos que habían actuado en muchas controversias internacionales, entre ellos el inglés Phillimore y el francés Drouyn de Lhuys. 

Ambos catedráticos apoyan los argumentos del Dr. Calvo quién, intenta reforzar su estrategia, apelando a la opinión del Ministro Plenipotenciario de la Confederación Argentina ante Francia e Inglaterra el Dr. Juan Bautista Alberdi. 

Su desilusión es muy grande pues Alberdi le contesta: 

“… yo creo que Paraguay se hace más daño a sí mismo en el simple hecho de estar en enemistad con Inglaterra que el que se haría con todas las concesiones que esta Nación le exige…” 

“… Para una república pequeña que acaba de nacer, que harto feliz es ser tratada como una nación soberana e independiente por las primeras potencias de Europa, es una calamidad interrumpir por un solo día el honor de su contacto con un gran país como la Gran Bretaña…” 

“…Yo creo que el Paraguay debe acceder a lo que le pide Inglaterra y renovar a todo precio su amistad con esta nación, que le dará más provecho que la brillante resistencia…” 

“…el mayor servicio que pudiera hacerle al Paraguay es decirle a V. que lo autorice para arreglar a cualquier precio la cuestión actual…” 

Aunque sorprendido por la postura de uno de los más grandes pensadores de la época, el Dr. Carlos Calvo no cambió su estrategia y contestó enérgicamente a Alberdi: 

“… Si bien creo que en ciertos casos y en ciertas ocasiones de menor importancia debemos hacer concesiones para evitar males mayores hay otras de un carácter vital, como por ejemplo la que da mérito a esta carta, que valdría más que esos pueblos desapareciesen del mapa de las naciones antes que acceder a semejante humillación…” 

“… ¿para que derramaron tanta sangre nuestros antepasados para darnos independencia, si hoy que estamos en su pleno ejercicio, abdicamos todos los derechos y prerrogativas que ella nos confiere, conquistadas con armas en la mano?...”. 

“…Cual es la entidad política que nos reservamos en la comunidad de las naciones y cual la ventaja de dejar de ser colonias españolas?... 

“…Por ultimo si las repúblicas sudamericanas deben someterse tan humildemente a las exigencias de la Inglaterra y de las naciones poderosas ¿cual es nuestra misión en Europa? ¿Porque se preocupa Ud. de la organización de un pueblo que no sabe o no puede repeler la humillación que impone un extranjero altanero?...”. 

El Presidente López respalda al Dr. Carlos Calvo en su estrategia y finalmente su postura es aceptada por Inglaterra quien firma un Tratado en 1862 donde reconoce la jurisdicción del Paraguay para hacer cumplir sus leyes y deplora la actitud hostil de sus fuerzas navales al intentar detener al Brigadier Solano López, nace así lo que se conocerá como “la Doctrina Calvo” en la cual se establece que un Estado soberano no puede someterse a la potestad jurisdiccional de otro Estado. 
Carlos Calvo, Jurista (Montevideo 1824-París 1906

Aunque pareciera que Inglaterra había abandonado “su presa”, esto no será así… pocos años después en 1865, desde los escritorios británicos se planea lo que se conocerá como la Guerra de la Triple Alianza para lo cual “necesitaron” aliados indispensables en la Banda Oriental, en la Argentina de Bartolomé Mitre y fundamentalmente en el “imperialista” Brasil. La sangrienta guerra contra Paraguay se extenderá hasta 1870. Nada quedará de ese proyecto de país independiente y los vencedores se repartirán porciones importantes de su territorio. 

Paraguay pierde prácticamente la totalidad de su población masculina y el Brigadier Solano López luchará, en los montes paraguayos, hasta las últimas consecuencias, rodeado por tan sólo 400 hombres de los más de 100.000 que comenzaron la guerra. 

Hoy, entre las formas de conquista de las potencias, suelen utilizarse los estrados de la Justicia norteamericana para avanzar sobre los países soberanos, hemos escuchando a muchos políticos que prefirieron opinar a favor de los “fondos buitres”, defendiendo a los fondos especulativos, sugiriendo “pagar” cómo sea, sin discutir; o a otros políticos desentendiéndose de lo que sucedía cómo si fuera un problema de quién gobernaba en ese momento. 

La Historia proporciona muchas enseñanzas que no deben desatenderse… hasta el propio Juan Bautista Alberdi, quién había sido el autor de esas frases de desaliento al pensamiento de Carlos Calvo, se opuso firmemente, una vez que estalló la Guerra contra el Paraguay, a la actitud de los gobernantes porteños, obteniendo con ello el odio de Bartolomé Mitre y de Domingo F. Sarmiento. 

Quién pronunció esa frase con la cual se inició esta reflexión, hoy es el Presidente de la Nación y no sólo PAGÓ lo que los Fondos especulativos quisieron sin revisar si era lo correcto, sino que PERMITIÓ que nuevamente endeudaran en forma escandalosa nuestro país y ENTREGÓ mansamente la conducción económica al FONDO MONETARIO INTERNACIONAL. 

Contó para ello con la complicidad de un sector importante de los legisladores nacionales y la cobertura mediática indispensable para “convencer” a parte de la sociedad. 

La salida de este laberinto sólo será posible si se comienzan a revertir los procesos que hoy gobiernan las mayorías de los países de Latinoamérica. 

Brasil es el primer paso en octubre próximo(1) y nuestro turno será el año que viene cuando tengamos que elegir entre un gobierno nacional, popular y latinoamericanista o volver a ser una colonia dependiente de los centros de poder extranjeros.

(") Contador Público Nacional-Perito de la Deuda Externa Argentina

(1) La nota fue escrita antes de las elecciones en Brasil

No hay comentarios:

Publicar un comentario