viernes, 8 de junio de 2018

ESTADO DE DERECHO Y NEOLIBERALISMO, Por Susana María Orcaje (") para Vagos y Vagas Peronistas


Neo liberalismo y Democracia

¿Este modelo neoliberal es compatible con la democracia?


El siglo XXI amaneció con una crisis del neoliberalismo en varios países de América latina.


Algunos gobiernos elegidos por el voto popular (Brasil, Bolivia, Ecuador, Argentina, Paraguay, Honduras) lograron por primera vez en la región la inclusión social que abarcó distintos sectores poblacionales. Se avanzó en políticas de DDHH y la participación social fue central en el funcionamiento de las políticas del Estado.  

El año 2001 fue un hito donde comienzan los rechazos a las políticas neoliberales. El FPV, apoyado por fuerzas progresistas, logra un espacio de estabilidad económica, cuyo logro más importante es haber saldado la deuda con el FMI. Los poderes del Estado logran funcionar con un equilibrio adecuado.

En el 2015 las elecciones nacionales dan como resultado un vuelco hacia ideas conservadoras, llamadas también: neoliberales. Es la primera vez que se logra restaurar un gobierno conservador sin un golpe de Estado.

Los paradigmas que aparecen en este nuevo escenario se caracterizan por un crecimiento exponencial de las fuerzas de seguridad. El modelo económico está basado en la especulación financiera y este error nos lleva nuevamente a endeudarnos con el FMI. Hay detenidos políticos (caso Milagro Salas). Se utilizan mega DNU (Decretos de Necesidad y Urgencia) como en el 2018, que se oficializó la derogación de 19 leyes y se modificaron otras 140. Entre estas medidas hay cambios importantes en áreas sensibles del ANSES. Otro ejemplo: cuando la oposición logró sancionar la ley que frena la suba de tarifas, el Poder Ejecutivo la vetó a las pocas horas. Se investiga la desaparición forzada de personas (caso Santiago Maldonado), la muerte dudosa a manos de Prefectura Naval (caso Rafael Nahuel). Derogación de derechos adquiridos (caso de Jubilados y Discapacitados). Ataque a la Educación Pública denostando a sus dirigentes gremiales, a sus docentes y generando enfrentamientos innecesarios. Cierre de los bachilleratos en la Provincia de Buenos Aires. Cierre de escuelas en el Delta del Paraná. El Cierre de los Profesorados de formación docente se anuncia para fines del 2018. Miles de trabajadores despedidos de organismos del Estado sin otra justificación que el ajuste (SENASA, INTI, INTA y otros ministerios). Presiones y extorsiones para que funcionarios del Estado dejen sus cargos (caso de la Procuradora General de la Nación Gils Carbó) y distintos magistrados del Poder Judicial. Opinión crítica permanente en contra de los organismos de DDHH. Desprecio contra los pueblos originarios (caso pueblo Mapuche).

Esta enumeración es solo un ejemplo parcial de las medidas que está tomando el Gobierno Nacional.

¿Cómo podemos llamar a este fenómeno político-social?

Estamos frente a un fenómeno político de manipulación mediática. No es privativo de la Argentina, ya que otros lugares de la región, por ejemplo Brasil, lo esta experimentando. Tiene distintas manifestaciones. Una denominada “lawfare”, es decir, la guerra judicial contra el adversario político, otra “post-truth” que significa posverdad, que es nada menos, según la definición del diccionario de Oxford “la distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en sus actitudes sociales”. Otra es fake news (noticias falsas) que tomando el imaginario social se crean relatos que no son verdaderos y les da publicidad a través de las redes y el resto de los medios de comunicación. Esta actitud persecutoria es un permanente fusilamiento mediático que no acepta apelaciones ni razón de ningún tipo. Los periodistas que no están alineados están sufriendo el aislamiento sistemático, ejemplo de esto es el caso Roberto Navarro, quien se vio impelido a dejar un canal de TV por informar noticias de archivos que molestaban al oficialismo.         

Las escuchas ilegales son moneda corriente en la Argentina hoy. Desde el poder político se desconoce así la garantía de los ciudadanos.  

Neoliberalismo y democracia parecen ser antagónicos en este momento. El Estado de Derecho está en peligro. Hay exceso de mecanismos de manipulación social, llámese: post-truth (posverdad), lawfare (guerra legal), fake news (noticias falsas), sobornos, extorsión o sutiles amenazas.

Debemos preguntarnos frente a este panorama cómo podemos abordar estos desafíos históricos democratizando el poder con una estrategia acorde a los nuevos tiempos. La opresión debe ser resistida. Cómo lo haremos, es un camino a construir.   
     
Para concluir citaré un texto de Thomas Piketty, de su libro El Capital en el Siglo XXI : “durante los últimos 40 años el neoliberalismo se caracteriza por una concentración de Capital Patrimonial sin precedentes. La concentración del poder (económico, político y mediático-cultural) en minorías atenta en sus fundamentos contra cualquier soberanía en manos de los ciudadanos. Sus intelectuales orgánicos hacen lo imposible por negarlo y hace tiempo luchan por la apropiación simbólica de la “democracia”.

No le regalemos esa denominación, no le hagamos el trabajo fácil, no lo merecen”.

(") Socióloga
4 de Junio 2018


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