Cerletti
se explaya sobre las subjetividades políticas, manifestadas
principalmente en consignas, ilustrando la temporalidad de esas confrontaciones,
y destaca, que cuando tiene primacía la
política, es porque se ha inclinado la balanza a favor del pueblo, mientras que
las distintas variantes de la derecha, cuando tienen hegemonía, siguen siendo voceros
del gran capital. “Las cambiantes subjetividades sociales transitan por un
andarivel determinado por las coordenadas del sistema. Los momentos en los que
la lucha política del campo popular logra influir en la subjetividad social
perturbando los planes del capitalismo hegemónico, semejan las brazadas de un
nadador que golpea las bandas que limitan su andarivel y del cual no puede
salirse so pena de la descalificación”. A partir de la opinión de Evo Morales,
sobre los motivos del deterioro de la
centroizquierda en América Latina,
percibe “en la militancia actual una falta de formación
política-ideológica que la hace más vulnerable a los discursos inmediatista”, y
una primacía de la “sindicalización de la política” que reduce la batalla
política a los puestos de trabajo, olvidando la “cuestión fundante de la
explotación”, y explica la matriz objetiva
y subjetiva de esta. El texto de Cerletti, como tantos otros de su
autoría, vuelve a hundirse en cuestiones raigales del movimiento nacional y
popular, y de la militancia política en el siglo XXI.
ARGENTINA: SUBJETIVIDADES CAMBIANTES, por Jorge Luis Cerletti, para Vagos Peronistas
Jorge Luis Cerletti |
El significado político económico de lo que advino
por obra del gobierno que asumió el 10/12/16, el de los CEOS y las Multinacionales,
responde al poder real que propició los diversos golpes militares que padeció
el campo popular. En este regreso, legitimado electoralmente y disimulado bajo
la máscara “democrática”, sobran las evidencias y el repiqueteo de sus medidas
como para dudar acerca de lo que representa. Distinto es preguntarse por las proyecciones
de este fenómeno a nivel socio-cultural al darse la conjunción de lo
estructural y la hegemonía político-ideológica que por ahora han recuperado. Éste
es un terreno complejo atravesado por distintos factores que inciden en la
problemática de la cambiante subjetividad social. Sus manifestaciones se pueden
rastrear de acuerdo a los momentos que se consideren.
Me parece importante evaluar, en dichos
momentos, las contradicciones que se dan al interior del campo popular. Es que las
mismas traslucen las limitaciones que debe encarar toda apertura que intente la
gestación de una subjetividad opuesta al orden existente como sustento de
semejante transformación. Tarea que desde las últimas décadas del siglo XX tropieza
sistemáticamente con la inesperada consolidación del capitalismo, local y
global, que bloquea o anula el desarrollo de alternativas. Entonces, emerge la tan
insoslayable necesidad de superación como las sombras que la rodean.
En función de lo expresado, apunto dos niveles
interrelacionados que gravitan en la conformación de la subjetividad
social. El político, en el que se libran las batallas por imponer
los discursos que moldean dicha subjetividad. Aquí juegan el factor mediático y
el institucional proveniente de organismos del Estado, grandes empresas,
partidos, sindicatos, etc. En tanto que el nivel estructural remite a la
base económica donde la concentración de capital es determinante en la
dominación. Ésta configura el escenario en el que se desarrollan los conflictos
y las confrontaciones que están condicionados por las leyes del sistema. Las luchas por el poder se inscriben dentro de ese
marco que tiene una inviolable frontera: la ruptura del orden social
capitalista que es el “imposible” sistémico. Esto, traducido, significa desterrar
toda política que se oponga a la legalidad interna del capitalismo e intente gestar
nuevos procesos emancipatorios.
Breve crónica nacional “minimalista” y contemporánea.
Como aproximación a la cambiante subjetividad social
que mencioné al principio, resulta útil esbozar una mini-historia comparativa. Arranco
de la fundación del peronismo dado el peso político-ideológico que aún conserva
a pesar del vaciamiento y falacia de gran parte de quienes lo invocan. En
consecuencia, seleccioné algunas consignas y frases simbólicas de diferentes
momentos para ilustrar metafóricamente los enfrentamientos que portan subjetividades
sociales de signo opuesto en ese período. A continuación, expongo la serie
elaborada:
1) Perón o Braden; 2) alpargatas
sí, libros no; 3) cabecitas negras -
gorilas; 4) Perón: nombre prohibido - el tirano prófugo; 5) laica o libre; 6) patria sí, colonia no; 7)
luche y vuelve - “no le da el cuero”; 8)
el año 2000 nos hallará unidos o dominados. 9) Liberación o dependencia; 10) socialismo nacional - “nacional…ismo”
peronista; 11) derechos y humanos – “humanismo”
genocida; 12) “la casa está en orden”
- hiperinflación y golpe blando a
Alfonsín; 13) “estamos mal pero vamos
bien” – hacia el desastre neoliberal; 14) “dicen que soy aburrido” - “espectacular”
crisis económico-social; 15) “que se
vayan todos”; 16) del chirolita de
Duhalde a los 12 años K.; 17) inflando
globos amarillos – inflación y embustes discursivos.
1) es una marca política inaugural del
peronismo. 2) condensa el enfrentamiento con vastos sectores de la
intelectualidad y de los universitarios. También denota un componente clasista
ligado a los orígenes de la clase media antiperonista. 3) expresa las luchas sociales implicadas en los prejuicios
que generaba el arribo de grandes masas trabajadoras desde el interior. 4)
señala la agudización de la proscripción del peronismo encabezada por el Alte.
Rojas, antesalas del fusilamiento del Gral.Valle y el Tte Cnel. Cogorno y de la
“Operación Masacre” (asesinatos en los basurales de José León Suárez). 5) alude
al surgimiento de la enseñanza privada instaurada por el gobierno de Frondizi.
6) emblema de la resistencia peronista durante los 18 años de proscripción. 7)
consigna que acompañó los intentos de retorno de Perón al país que coronó en el
73 a
pesar de la oposición de Lanuse. 8) vaticinio de Perón que resultó “dominados” y
al que contribuyó en su declinante último mandato y el ascenso de su secretario
José López Rega gestor de las 3
A. 9) bandera de lucha de la militancia de entonces con
referentes como Cuba (el Che), Vietnam, China Popular… 10) remite a los enfrentamientos entre la izquierda y la derecha
peronistas que estalló con los tiroteos en medio de la enorme movilización de
Ezeiza para recibir al líder que luego aterrizó en la base aérea de Morón. 11) falacia de la dictadura genocida que produjo un quiebre histórico en
nuestro país instaurando el terror que
se devoró a 30.000 desaparecidos y generó la subjetividad del “no te metás” en
la gran mayoría de la población. 12)
Inicio del período democrático con el gobierno de Alfonsín. Comenzó con cierta
expectativa popular (pretendido 3er. movimiento histórico), debió lidiar con
los conatos de golpes carapintadas y fue
eyectado con el golpe blando del poder económico y la hiperinflación inducida. 13) asunción de Menem que sirvió en
bandeja al peronismo con una cruda política neoliberal absolutamente explícita
en su segundo mandato. 14) gobierno neoliberal
de De la Rua que
terminó en la formidable crisis del 20 de diciembre de 2001 con cerca de 40
muertos y la sucesión de cinco presidentes en quince días. 15) “Que se vayan todos”, lema que descalificaba a los partidos políticos, proliferan las asambleas
y nuevas iniciativas pero luego se va diluyendo la participación popular. Dhualde se hace cargo de la presidencia
interina. Manda reprimir la ola de protesta popular y se perpetran los
asesinatos de Kosteki y Santillán, tragedia que lo implica y acelera el fin de
su mandato. 16) en el 2003 se realiza
la reñida elección que luego de la renuncia del riojano, gana Néstor Kirchner
con el 22 % de los votos. Lo que parecía una presidencia débil (el chirolita de
Dhualde) se consolida como una fuerte gestión de corte popular que prolongará
Cristina K. en las dos presidencias subsiguientes. 17) El 10/12/15 jura la presidencia Mauricio Macri, avalado por la
legitimidad electoral y con él asume la
derecha explícita que desmantela lo positivo realizado por la gestión K.
Las cambiantes subjetividades.
De este esquemático y opinable pantallazo
histórico se pueden inferir las variaciones de la hegemonía político-ideológica
en Argentina. Aquí vale destacar dos campos opuestos, al margen de sus
transvasamientos. Uno, el vinculado a los movimientos populares. El otro, a las
distintas expresiones de la derecha ligada al poder estructural. El mismo exhibe
la hegemonía del gran capital que incluye su dinámica interna y sus
contradicciones sectoriales. Mientras que en los momentos hegemónicos afines a
los movimientos populares, prevalece el
nivel político como producto de sus luchas. Lo que supone las modificaciones
económico-sociales que aportaron, de mayor o menor profundidad según los casos,
pero siempre condicionadas por el marco estructural al que se sujetaron.
En los últimos 70 años se desprenden,
básicamente, tres períodos: de 1946 a 1976 donde la hegemonía en
el campo popular la tiene el peronismo aunque en el lapso 69-73 se dan grandes
luchas populares de diverso signo político (el Cordobazo, el Rosariazo, la CGTA, SITRAC-SITRAM…), la
explosión de la lucha armada (los Montos, el ERP, las FAL y otras formaciones
menores). Este fenómeno culmina con el derrumbe del peronismo (desgobierno
reaccionario de “Isabelita”), una suerte de antesala de la tragedia en marcha. El
siguiente de 1976 a
1983, el “agujero negro” producido por la dictadura genocida (Proceso de
Reorganización Nacional). Finalmente, de 1983 a la actualidad período en
el que se instala la Democracia Representativa.
En el primer período, después de 1955, la
subjetividad social prevaleciente en el campo popular está fuertemente
arraigada en la tradición peronista y sus conquistas sociales. Y a los pocos
años se produce un giro cultural político de amplios sectores medios que
reniegan de su pasado antiperonista (tanto religiosos como laicos). Asimismo,
la mayoría de los grupos de izquierda que se diferencian del peronismo con un
variable discurso crítico, también integran el bloque opuesto a la sucesión de
golpes militares y al poder económico dominante. Se atenúan las contradicciones
internas en tanto que la derecha peronista, en sus distintas vertientes, queda
afuera aunque bajo el paraguas del líder que la usa como contrapeso. En suma, existe
una fuerte subjetividad social popular que se expresa con el voto a Perón del
62% en setiembre del 73. Mientras que el
bloque de poder económico que se apoyaba en las FF.AA. como su “partido
político” es derrotado y se repliega ante el peso de su pobre relevancia social
y electoral. Con sus distintos vaivenes,
en ese período la subjetividad dominante en el campo popular se alimentaba con firmes
convicciones y la gran energía de la lucha política.
Isabel Martínez de Perón |
Todo va a cambiar a partir del calamitoso y
reaccionario desgobierno de Isabelita. Fue el que dinamitó la historia de lucha
precedente y deterioró gravemente la subjetividad social que la expresaba.
Allanado el camino, triunfa el golpe genocida del 24 de marzo del 76 y las FF.AA.
tendrán su gran revancha. Los efectos de la represión y el terror se introyectan en la subjetividad social de la
población y se expresan en el “no te metás”.
Caída la dictadura en el 83, se instala la Democracia
Representativa. Y a los mini-datos históricos apuntados, sólo
agregaré algunas consideraciones sobre la subjetividad social emergente en el período
sin detenerme en las variaciones que incluye. Aquí me interesa destacar lo que visualizo como un cambio de
fondo. Éste se da no obstante la
gestión del kirchnerismo que intentó frenar la ofensiva del gran capital
interno-externo y produjo el resurgimiento de la subjetividad social favorable
al campo popular. Sin embargo, las limitaciones que configuran lo que mencioné
como cambio de fondo, emergen con el triunfo electoral de Macri, tanto por lo
que representa como por lo que impone vertiginosamente. A la vez, transparenta
los alcances de la “Democracia” realmente existente que, confrontada a las
dictaduras militares, se erigió en la panacea de las libertades y la
convivencia social.
Ahora miremos las dos caras de la moneda.
Por un lado, el kirchnerismo realizó una política
de corte nacional apoyado en el control del Estado que le permitió la
recuperación de instituciones como YPF, el ANSES, Aerolíneas, una sustantiva reducción de la
deuda externa y una distribución más equitativa del ingreso. Por otro, no
comprometió la hegemonía del poder real del bloque económico financiero, ni la
rentabilidad de sus negocios. Las Corporaciones falazmente “nacionales” y en
particular las multinacionales extranjeras, mantuvieron los principales lugares
de la industria, el agro, los servicios y la banca. Intereses defendidos a
“capa y espada” por la fortísima prédica de las grupos mediáticos, verdaderos
baluartes en la generación de subjetividad social.
La derecha logró medrar en la subjetividad
social de buena parte de la población que no se corresponde con sus intereses
reales. Y esto luego de largas décadas en las que exhibieron su verdadero
rostro, hoy apenas disimulado con la lluvia de embustes incorporados en la
hipócrita propaganda que motorizan.
En definitiva, las cambiantes subjetividades
sociales transitan por un andarivel determinado por las coordenadas del
sistema. Los momentos en los que la lucha política del campo popular logra
influir en la subjetividad social perturbando los planes del capitalismo
hegemónico, semejan las brazadas de un nadador que golpea las bandas que
limitan su andarivel y del cual no puede salirse so pena de la descalificación.
Sin embargo, nadie puede predecir las secuelas
que dejan y dejarán las luchas populares para el desarrollo de un proceso emancipatorio.
Sí que de esa siembra tienen que surgir nuevas alternativas al orden capitalista.
Y en ese sentido cobra relieve la gestación de una subjetividad social que
cuestione los valores inherentes al capitalismo. Tarea tan ardua como inclaudicable
y en la que, desde lo micro, debemos avanzar en la construcción de lo colectivo, difundiendo
y practicando principios antagónicos a toda forma de explotación y dominación.
Ahora, por su significación autocrítica,
concluyo citando ideas de Evo relacionadas
con la temática expuesta: “Para Evo
Morales son tres debilidades de la “centroizquierda” que explican sus
retrocesos políticos y sociales: a) la incapacidad para enfrentar una guerra
mediática; b) para usar las redes sociales y; c) la falta de preparación política
y el alejamiento de las bases.” (*).
A modo de cierre y por los
sentimientos que me suscita, considero la primer debilidad señalada en el punto
c.
De entrada aclaro que no planteo un juicio de
valor sobre las nuevas generaciones. Sólo menciono lo que para mí resulta una
constatación de circunstancias muy diferentes a las que se vivieron en los 70. Percibo
en la militancia actual una falta de formación política-ideológica que la hace
más vulnerable a los discursos inmediatistas. La TV. es un buen ejemplo de ello pues reduce la
política al día a día y la transforma en un espectáculo: platea sí, militancia
no. Y no se trata de una cuestión de
“saberes” sino de la inquietud por fortalecer los fundamentos en los que uno se
apoya en la actividad política. Por extensión, pienso en los efectos de la
hegemonía cultural que abierta o subrepticiamente ha creado el aparato
mediático del orden existente y que, de una forma u otra, gravita sobre nuestra
subjetividad. A propósito, vale señalar la
sindicalización de la política. Sin duda es legítima y necesaria la lucha
en defensa de los puestos de trabajo y de los salarios. Mas, lo impropio es que
se haya esfumado de la escena política la cuestión fundante de la explotación. ¿Cuál
es su matriz? Nada más ni nada menos que la ganancia del capital que expropia a
los obreros parte de su trabajo. De allí brota su riqueza y la dominación que
ejerce y a su vez crea la subjetividad del sometido naturalizando su
condición. Pero de eso no se
habla.------
Jorge
Luis Cerletti (30
de agosto de 2016)
(*) Citado por Heinz Dieterich en su artº del 08/8/16 (ver blog de Vagos
Peronistas).