martes, 16 de enero de 2018

POR UN 2018 CON EXPANSIÓN DE LA RESISTENCIA POPULAR, Por Jorge Luis Cerletti, para Vagos y Vagas Peronistas.


"En el campo emancipatorio,  al que pertenezco -dice, Cerletti-, un resabio de viejos hábitos nocivos es creerse dueños de la verdad y rechazar todo lo que no se aviene a nuestro pensamiento. Mantenerse fiel al mismo no significa excluir a la militancia del campo popular que cree y actúa en la política realmente existente. Abrir  los cauces disponibles para debatir ideas y compartir acciones favorables  al común, es tan conveniente para difundir nuestro ideario como indispensable resulta romper el aislamiento. Presumo que este enfoque ensaya una apertura."


 “Hoy resulta que es lo mismo     ser derecho que traidor,     ignorante, sabio o chorro,
 generoso o estafador…     ¡Qué falta de respeto,     qué atropello a la razón!  
(Del tango “Cambalache” de Enrique Santos Discépolo)

Ya se fue el 2017 y comienza el 2018. El año que concluyó, una feria de vanidades con políticas gubernamentales nocivas para el país y los sectores populares. El que ya cursamos, preanuncia la regresión que prosigue acorde con las realizaciones de Macri y cia. Las cuales no significan un atropello a “la razón” del oficialismo sino a cualquier inteligencia independiente. Decir lo contrario de lo que se hace ya no es un cambalache político. Es una receta de la derecha para que buena parte de la  sociedad viva influida y contaminada por la posverdad. Simbolismo de la mentira parida desde las entrañas del bloque de poder dominante. (1)

Con otra procedencia, aparece gran variedad de políticos que pegaron la vuelta: de “izquierda”, “progres” o “peronistas conversos”. Son quienes han adherido o resultan funcionales a este revés histórico-electoral que protagonizó la derecha. Luego, hicieron sobrados méritos como para figurar en el cambalache.

Similar fenómeno reaccionario afecta a los procesos políticos de nuestro subcontinente   combatidos por contrariar los designios del gran capital. Se abrió así una etapa dominada por las grandes corporaciones, internacionales y “nacionales”,  encubiertas por la “democracia” realmente existente. Tal cobertura abarca desde derrotas electorales producto de las insuficiencias y debilidades del campo popular, traiciones de los oportunistas sin principios, hasta elecciones amañadas y golpes blandos. Frente a esa ofensiva, la resistencia popular en nuestro país ha protagonizado manifestaciones múltiples y variadas que ganaron las calles con cientos de miles de personas en cada caso. De aquí en más es imperioso que se desarrollen  ideas creativas y acciones que apuntalen las resistencias y que se gesten nuevas  aperturas.

La resistencia popular plantea un más allá de la protesta.


Tenemos una larga tradición de resistencias populares triunfantes pero desvirtuadas a posteriori. Un ejemplo relevante fueron los 18 años de resistencia a la proscripción del peronismo. Ésta culminó en Ezeiza con la inédita  concentración de más de dos millones de personas (la mayor de nuestra historia). Culminación penosa del retorno del líder y de los cruentos enfrentamientos internos. Y después de su fallecimiento sobrevino el derrumbe y el triunfo de la dictadura genocida…

Ante las frustraciones, ¿qué significa una apertura? Por lo pronto no apunta a una solución inmediata. Es como abrir una puerta que estaba clausurada y habilitar la posibilidad de nuevos tránsitos donde cada paso se adentra en lo desconocido.

En política se plantea la cuestión del poder (quien decide por los demás).  Esto se manifiesta en diferentes niveles y en el capitalismo es determinante el económico. Mas, como es un sistema basado en la explotación y la dominación de una ínfima minoría sobre una vasta y creciente mayoría de la población (2), debe producir una subjetividad social y un sentido común que naturalicen las relaciones sociales que engendra.

La poderosa dominación mundial del capitalismo conlleva el problema de cómo enfrentarla. Es que la extensión y magnitud de la dominación incita al abandono de la lucha y a  renunciar a la apertura de nuevas puertas. También induce a la reiteración de anteriores intentos que desembocaron en las conocidas frustraciones.

En respuesta a esa opresiva dominación es dable señalar tres variantes: 1) mejorar las condiciones de vida dentro del sistema en función del desarrollo de las reformas generadas (políticas estatales de los partidos populares); 2) impulsar la superación del orden capitalista (movimientos que asumen la emancipación); 3) articular ambas variantes y avanzar hacia la superación del orden dominante gestando construcciones políticas a largo plazo.

El desafío de las nuevas aperturas.


“Uno busca lleno de esperanzas      el camino que los sueños      prometieron a sus ansias.
Sabe que la lucha es cruel y es mucha     pero lucha y se desangra     por la fe que lo empecina.”
(Del tango “Uno”, letra de Enrique Santos Discépolo)

Sostengo la tercer opción  por lo siguiente. La hegemonía mundial del capitalismo con sus injusticias e iniquidades, provoca múltiples y variadas luchas, ya sea adscriptas a partidos populares, a movimientos sociales o a corrientes emancipatorias de nuevo tipo. Y a pesar de las diferencias políticas que existen, en esta etapa se hace necesario unir fuerzas contra el voraz e implacable enemigo común. Es una situación contradictoria: debe mantenerse la identidad y los principios y a la vez postergarse las diferencias atentos al padecimiento de grandes masas del pueblo, en particular, de los de abajo.

Lo expresado supone tener en cuenta las conquistas de algunos partidos de signo popular, pero esto no significa resignar la independencia ni las ideas que impulsan la emancipación.  De allí que la convergencia, con vistas a que surja algo nuevo, debe promover un proceso en el que se sustituyan los aparatos tradicionales que remiten al Estado generando una creciente participación popular. Y uno de los grandes desafíos es crear las condiciones. Éstas demandan el desarrollo de  ideas creativas aplicadas a construcciones políticas de nuevo tipo. Existen varios ejemplos de fenómenos originales a contracorriente de la política tradicional que unas pocas décadas atrás no afloraban y menos se visibilizaban. No voy a describirlos aquí pues la valoración de esas aperturas ha sido algo recurrente en varios de mis artículos.

Ahora bien, debatimos en torno a ejes de construcción de un nuevo poder popular sin dilucidar si debemos encarar una actualización de lo conocido o si se trata de emprender algo distinto. En consecuencia, disentimos acerca de los proyectos políticos y de cuáles son sus tiempos. Ante la ausencia de alternativas gravitantes se mezcla la coyuntura y las acciones que demandan la inscripción de las mismas en una construcción de largo plazo. Frente a ese confuso panorama tenemos que desechar las antinomias y despojarnos de sectarismo. Es necesario persistir en la construcción colectiva de aperturas sostenidas por el desarrollo de subjetividades contra hegemónicas que favorezcan la gestión de lo común.

Enfocando la realidad actual, el caso de Argentina es ilustrativo de las contradicciones que afectaron y afectan a las aperturas que se dieron en Sudamérica en el presente siglo. Diversas sí, aunque comparten una misma problemática: lograr la mayor independencia nacional considerando  la hegemonía mundial del gran capital y sus Corporaciones. El triunfo de Macri vino a convalidar  dos aspectos ligados: la debilidad política que implica la intangibilidad del poder económico y por lo tanto, la vulnerabilidad de los proyectos nacionales. (3)

A lo anterior cabe agregar que la metodología de construcción tradicional reproduce vanguardismos y liderazgos que giran en torno al Estado. Metodología que hoy se mantiene incólume sólo que los revolucionarios de entonces tienden a ser sustituidos por políticos “profesionales”. Y semejante “profesionalismo”  porta un corporativismo rentístico donde prevalece la preocupación por acomodarse a los factores de poder a cuyo amparo se medra. El gobierno PRO induce y cosecha tal centrifugación. Es un gran imán de políticos conversos ganados por la simbiosis del Estado dirigido por los ejecutivos de las grandes corporaciones. Esto exhibe un cuadro de época que por supuesto incluye los claroscuros y las lealtades a la causa popular.

Ahora si traemos a escena la principal oposición, emerge la Unidad Ciudadana que hoy promueve el kirchnerismo con vistas a derrotar al PRO en el 2019. Indudablemente  la intención es válida pero no proponer un rejunte indigerible. Un digno exponente de esto es la pretendida reconstitución del PJ. Sabido es que en el mismo conviven numerosos ex menemistas, burócratas sindicales, intendentes punteriles, en suma, oportunistas de distinta calaña. Y si bien es preciso luchar para que se ganen las elecciones en el 2019, a ese precio sería como querer construir un instrumento liberador introduciéndole un gigantesco caballo de Troya…

Por distintos recorridos retornamos a la necesidad de impulsar nuevas aperturas. Más, antes de cerrar, vale una reflexión autocrítica. Los que impulsamos la emancipación “combatiendo al capital” también somos “pecadores” producto de los lazos que nos unen a las relaciones sociales existentes. Romper con ellos es una lucha interno-externa permanente y sin garantías. Por lo que es fundamental mantenerse fiel a los principios y favorecer la producción e intercambio de ideas.

Dentro de esa tesitura advierto, en el campo emancipatorio al que pertenezco, un resabio de viejos hábitos nocivos. Creerse dueños de la verdad y rechazar todo lo que no se aviene a nuestro pensamiento. Mantenerse fiel al mismo no significa excluir a la militancia del campo popular que cree y actúa en la política realmente existente. Abrir  los cauces disponibles para debatir ideas y compartir acciones favorables  al común, es tan conveniente para difundir nuestro ideario como indispensable resulta romper el aislamiento. Presumo que este enfoque ensaya una apertura.------

Jorge Luis Cerletti
15 de enero de 2018
NOTAS:

(1) “El lberalismo moderno, como ideología de legitimación del poder,…colonizó el lenguaje ilustrado de la moderación, la libertad, la igualdad y la fraternidad hasta vaciarlo de contenido. El liberalismo aprendió a hablar en el leguaje y la cultura de su enemigo, y en ello reside su éxito.” (“Más allá de la izquierda” de Ezequiel Adamovsky – pág. 51)
(2) “El 1% más rico tiene tanto patrimonio como todo el resto de mundo junto. “  (Informe sobre Riqueza Global 2015 de Credit Suize).

(3) Ver mi artº “Alcances del Desarrollo Nacional” de setiembre de 2015 con reflexiones sobre uno de Aldo Ferrer publicado en Cash del 16/08/15 de Página 12) 

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