Un 1° de marzo del año 2015 quedará en la retina y en el recuerdo por siempre de tantos jóvenes y también de muchas familias que desde las primeras horas del día se fueron acercando a escuchar el mensaje de nuestra Presidenta.
Sí para los de enfrente el eslogan había sido "el silencio", el silencio de quien no tiene mucho que decir, por supuesto que para nosotros es y será el verbo.
Y en esta tónica, con claridad meridiana, Cristina nos mostró que no es tiempo de callarse, sino más bien de levantar la voz con rebeldía para acompañar este proyecto Nacional y Popular, ahora más que nunca, redoblando fuerzas.
Desde unas pantallas gigantes asistimos a una cátedra medular para la militancia y un señalamiento de los enemigos externos y los peores, los internos con varios llamados de atención a la gorilada -y sus esbirros-, con el claro mensaje de que la soberanía política, ha vuelto para quedarse y sin duda, no se negocia.
Como estiletes, llovieron críticas justificadas para la Justicia servil del poder económico. Un anuncio de estatización de la administración de los ferrocarriles; referencias claras de los motivos estratégicos del acuerdo con China y tres proyectos de ley para las empresas, algo más de los números increíbles de nuestra línea de bandera, Aerolíneas Argentinas y una frase para la historia: "El Partido Judicial se ha independizado de la Constitución, de las leyes, de los códigos y de todo el sistema normativo vigente. Sustituye lo que es una función específica del Poder Legislativo votado por el pueblo".
Como si eso fuera poco, el anuncio para los próximos meses del lanzamiento de una "nueva línea de créditos para vivienda que saldrá con una tasa muy baja", en otra muestra más de teoría y práctica de peronismo.
Y como epilogo de estas líneas, tres horas y cuarenta y un minutos del mensaje de nuestra líder que quedarán en la memoria de los compañeros y la alegría en los corazones, por otra plaza llena y por qué no -como dice mi amigo Chuni- por otro 17.
Roberto C. Suárez
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